Foto: Luisa Möhle |
No es que de pronto hubiera sentido un afecto
repentino por la Segunda, es decir Sonia. No soy de amores fulminantes, es más, soy de querer a contadas personas.
Es brutal decirlo así, pero esta nueva afición por la escritura que sirva al
menos para quitarme las máscaras de la amabilidad y los buenos modales a los que estuve sujeta desde mis primeros años.
Escribo para bajar a las profundidades de mí misma, hurgar en las costuras del subconsciente
y descubrirme.
Pocos me inspiran amor y rara vez es de inmediato.
El sentimiento crece —o se apaga— en la medida que conozco al otro y que, además,
logre abrir el portón de hielo tras el cual me resguardo.
Soy solidaria, sin embargo, no me simpatiza todo el
mundo y tampoco necesito estar rodeada por docenas de amigos que, si son
tantos, terminan siendo simplemente conocidos superficiales.
En ese momento, cuando tomé del brazo a Sonia y
salimos de la casa, que quedaría con su limonero en mi memoria, me inundaba la
indignación y la culpa. Una culpa a la que hoy no le veo razón, porque en la familia
no me habían expresado ni enseñado amor. Recibí pequeñas muestras de que yo
existía solo de mi madre, cuando era muy chica y con su modo brusco: un tirón
de pelo y una carcajada, o pellizcos que pretendían ser caricias. Y de Elio, en
las escasas oportunidades que volvía de sus viajes. Mamá murió pronto y el
afecto de Elio lo disfruté con cuentagotas.
Cómo podía ser demostrativa si no había sido
entrenada ni tenido modelos. No recuerdo que mi padre me abrazara o besara y de
Bruno obtuve desprecio, retos y algún coscorrón.
Con este bagaje conocí a Sonia a los diez años. No
me agradó y la mantuve a distancia. Internamente la desvaloricé, igual que mi
padre con su silencio indiferente y Bruno con las burlas. Por fuera le
demostraba obediencia, porque así me había criado mi madre.
De Sonia tenía la imagen de una mujer rústica, de
pocas luces, totalmente pasiva y sometida. Para mis adentros era la Segunda y
evitaba llamarla por su nombre, mientras que Bruno le decía la Rusa, también delante
de ella, a pesar de que en varias oportunidades, con su voz mansa, que
contrastaba con su físico robusto, lo corregía, diciéndole “soy ucraniana”.
Había nacido en una aldea próxima al río Dniéper y
sus padres eran campesinos. Después de la hambruna por la sequía en el 47’, la
entregaron a unos parientes que vinieron a la Argentina. Apenas supo moverse la
hicieron trabajar con ellos en el campo que habían alquilado. Cuando mi padre
la tomó como empleada doméstica tenía treinta y cinco años.
Mientras dejábamos la casa, que para mí ya era un
espectro de otros tiempos, la noté avejentada. El pelo rubio con estrías grises;
la espalda, antes erguida, tendía a encorvarse; las manos fuertes parecían blandas,
lívidas. No la podía querer, no aún. Sí sentir empatía y el deber moral de no
abandonarla.
A Sonia no la habían amado ni en Ucrania ni aquí.
Teníamos eso en común. Éramos dos indigentes de afecto.
La conduje hasta el bar de la avenida, tomamos café
y comimos unos tostados. Anoté su nueva dirección y le di la mía. Vi como
intentaba disimular la humedad de los ojos.
—Sos una buena chica, Pieri, siempre lo fuiste.
Sus labios se abrieron en una sonrisa de
agradecimiento que me hizo un tajo en el alma.
Sinopsis
Piera (1970): rememora y reflexiona sobre momentos
claves de su historia. Es maestra de arte y artista plástica. También decide
recurrir a la escritura para profundizar más su viaje al pasado.
Luciana, su madre, muere cuando Piera tiene diez años. Renzo,
su padre, al poco tiempo de enviudar se casa con Sonia (la Segunda). Es
profesor de francés, italiano y latín. Cae en depresión con la muerte de
Luciana. Elio, es el hermano dieciocho años mayor, muy querido
por Piera. Es periodista. Estuvo poco en la casa, durante la dictadura militar
tuvo que exiliarse. Bruno es el segundo hermano -con el que Piera
se lleva mal- es agente financiero y su única preocupación parece ser el dinero. Tiene
una feroz pelea con Elio, que es echado de la casa por su padre. Ella desconoce
lo que ocurrió entre los hermanos.
César es abogado, Piera se casa con él a los
veintiún años y se separa cinco años después. Es César quien le da indicios
sobre el secreto familiar. Piera visita a Micaela (que
fue novia de Bruno) y ella le confirma la sospecha de César: que con Elio eran
amantes.
Al poco tiempo de separarse de César,
muere repentinamente el padre de Piera y Bruno vende la casa familiar sin
consultarla.
© Mirella S.
— 2017 —
"Escribo para bajar a las profundidades de mí misma, hurgar en las costuras del subconsciente y descubrirme."
ResponderEliminarEntiendo a Piera cada vez mas...
Como me gusta esta historia Mirella.
Beso grande!
En este episodio hay unas cuantos pensamientos míos que los proyecto en Piera y éste, por supuesto, lo es.
EliminarQué lindo que te guste la historia y que tengas ganas de leerla. Te lo agradezco mucho, Dana.
Besotes.
Hay muchas cosas de Piera que me hacen identificarme con ella, como el hecho de necesitar poca gente alrededor y de ser un poco drástica a veces en ese sentido. Me conmueve mucho esta nueva amistad que esta surgiendo entre estas dos almas perdidas y un poco a la deriva, cuyas vidas tiene más paralelismos de los que se imaginan. Y tu lo narras con una emotividad que te llega dentro.
ResponderEliminarUn capítulo realmente tierno escrito con mucha sensibilidad.
Un beso muy grande, Mirella.
Con mis textos soy bastante obsesiva y el de hoy lo corregí mucho porque no quería caer en dramatismos ni sensiblerías.
EliminarMe da gusto que sí lo hayas percibido sensible y más que te conmoviera.
Todo mi agradecimiento por tus palabras y por seguir la historia.
Un besazo, Ziortza.
Hola Mirella. Esta es de las mejores partes de la novela. Me llegó un montón. Es poética y muy humana desde el comienzo, cuando Piera se explica a sí misma.
ResponderEliminarPocas palabras que cuentan sin decirlo toda una historia, como lo que dice Piera de Sonia, las cosas que le va notando y el colofón de que como la misma Piera, careció de amor.
Un abrazo grande!!
Tené en cuenta que es una "novela" para blog y que hay que reducir muchas cosas, entonces los primeros capítulos son más que nada de presentación de los personajes y sus circunstancias. Ahora ya se puede profundizar más en lo que siente cada uno, hilar un poco más fino porque el lector conoce los conflictos de base.
EliminarMuchas gracias, Simón, te dejo un abrazo bien grandote.
Me has roto el corazón, Mirella, pero de la mejor manera posible.
ResponderEliminarEste capítulo me ha conmovido. Espero de verdad que entre las dos aprendan el significado de la palabra amor, estoy segura que cuando lo descubran su relación será para siempre. Como esa familia que ninguna de las dos tuvo.
Un beso.
¡Gracias, Irene, ya te pusiste al día con los episodios!
EliminarHubo entre ellas un encuentro que está yendo más allá de lo físico y de lo material. Como dijo Ziortza: dos almas perdidas que se encontraron. Con el tiempo es seguro que esa cercanía se hará más profunda.
Encantada de tenerte por aquí, guapa.
Un abrazo.
This makes me want to kiss you.
ResponderEliminarIn person.
😘
OK, Rick, come to Buenos Aires.
EliminarThanks a lot!
:D
Qué emotivo episodio. Creo que esta manera de escribirlo siendo Piera la que se explica desde sus profundidades es maravillosa, íntima y bella.
ResponderEliminarAl ser dos indigentes de amor van de iguales.
Me ha gustado mucho, como todas tus letras querida Mire.
Abrazos y beeesos.
Ayer en la tarde me llegó el pensamiento de que hoy era martes y publicarías algo nuevo :)
Desde la primera persona llega más, por eso la uso para describir los sentimientos y emociones más íntimos de Piera.
EliminarLos carenciados de afecto siempre terminan reconociéndose y se juntan.
Tuviste el pálpito exacto: los martes son de Piera.
Gracias, querido Gildo.
Un fuerte abrazo y el beeeso.
La emoción humana que se describe es muy auténtica
ResponderEliminarGusto de leer
Besos
Gracias, Óscar, contenta de que te guste y sigas enganchado.
EliminarBesos.
Utilizar la escritura como catarsis para espantar los demonios interno es una buena terapia Mirella.
ResponderEliminarMe parece coherente que Piera no sintiera un amor inmediato por Sonia, sino que la moviera, en principio, cierta piedad hacia ella y cierto sentido de la justicia o del deber, no la enseñaron a querer porque no tuvo en espejo donde reflejarse. Has descrito el sentimiento de ambas: “indigentes de afecto”
Los capítulos se me están haciendo muy cortos, y quédate tranquila porque tienen la emotividad justa, sensibilidad pero no sensiblería.
Un abrazo fuerte Mirella.
Es que como yo la veo e imagino, Sonia no es una persona que se pueda querer de entrada, por su cortedad, la dificultad para expresarse, el sometimiento a las desvalorizaciones que padeció siempre (ya sabrás algo más de ella). Cuando se conoce un poco de su historia, ya todo empieza a cambiar.
EliminarLos últimos capítulos serán más largos para que el relato no quede muy trunco. Me falta redondear los últimos dos capítulos, en total son dieciocho.
Gracias, por tu aliento, querida Isabel.
Un abrazo enorme (para que llegue hasta tu isla).
Me hizo un tajo en el alma....que bueno. Me gusta mucho tu escritura. Este me lo llevo.Un beso grande
ResponderEliminarGracias, Elizabeth, por no perderte ningún episodio. Sos la lectora ideal.
EliminarUn fuerte abrazo.
He dejado las hipótesis (frío, frío) y voy a centrarme en leer desde fuera, pero es difícil obviar las querencias hacia alguno de los personajes , y hoy la sensibilidad esta mas presente nos has tocado el alma, los sentimientos de ellas son cercanos. Un abrazo
ResponderEliminarEs imposible que un buen lector no haga alguna hipótesis, por lo tanto no dejes de hacerlas porque es otra parte divertida de la lectura.
EliminarHay personajes "malditos" con los que uno se encariña y otros que son ángeles no nos llegan, según como sean presentados por el autor. Siempre mi agradecimiento por tu infaltable presencia, Ester.
Un gran abrazo.
Hola, Mirella. Coincido con Simón en que este capítulo es quizás el que más nos ha acercado a Piera, quizá porque ya la tenemos interiorizada o porque la historia se ha centrado en solo dos personajes, lo que consigue un grado de intimidad y profundidad en su relación con la Segunda. Capítulo a capítulo Piera va tornándose en un personaje de carne y hueso. Fantástico. Un abrazo!!!
ResponderEliminarA medida que la historia avanza el lector se familiariza con los personajes, ve su evolución, para bien o para mal. En este caso se da un cambio en Piera, que puede mirar a Sonia desde un lado más humano.
EliminarMe produce una gran alivio tu comentario, junto con el de los demás compañeros, porque tenía dudas sobre esta entrega.
Muy agradecida, David, con un fuerte abrazo.
Es imposible que no te remuevan sentimientos y emosiones al leerte.
ResponderEliminarUn abrazo grande Mirella
:)
Profundamente agradecida que el texto te haya llegado.
EliminarBesos, Nieves.
¡Hola, Mirella!
ResponderEliminarQuedé maravillada una vez más del gran estilo de tu escritura, de la profundidad que hay en tus palabras y el gran sentimiento que percibo en ellas. En los primeros párrafos me identifiqué con Piera.
La vida te envía lecciones a través de las experiencias, venidas estas de progenitores u otros, lo que nadie te enseña y has de aprender por una misma, siempre cuenta con un añadido esfuerzo. Por eso a Piera le cuesta tanto sentir afecto.
Estaría muy bien que ella y Sonia las cuales tienen al menos, un factor en común, aprendan a conocerse mejor y apreciar ese cariño que ya se vislumbra.
Muy bello episodio, querida, amiga.
¡Un fuerte abrazo!!
Los aprendizajes hechos de grande cuestan más, cuando no se recibe suficiente afecto durante la niñez, la persona suele cerrarse y tiene que desmontar todos los mecanismos que le sirvieron de defensa.
EliminarPiera está en ese proceso ¡Hay que desearle suerte!
Muchas gracias por tus cálidas palabras, Mila.
Otro abrazote.
Es encantador leer a Piera en primera persona y sumergirse en su mundo, son los tramos de esta historia que más me conmueven, parece que ella abre la puerta, un poco, para dejarnos husmear en su rica intimidad y en la tibia penumbra de sus sentimientos y de sus escaso afectos.
ResponderEliminarY qué decir de la segunda. ¡Cuántas Sonias hay en nuestro país! A veces me pregunto si los argentinos no somos más que una mezcla de razas exóticas y aborígenes, y que por nuestras venas corre una sangre mestiza, inevitable, un poco de cada lado y de ninguna parte en especial.
Una narración con la belleza de siempre, es un placer leerte. Un abrazo querida Mirella.
Ariel
La primera persona siempre llega más, pero también me gusta intercalarla con una mirada más externa, aunque es siempre la de Piera.
EliminarLa Argentina es un crisol de razas y tu reflexión es muy cierta. La mezcla de culturas, de etnias va a ser cada vez mayor y se está dando globalmente con las diásporas debido a la opresión y a las guerras.
Muchas gracias por tu hermoso comentario.
Un gran abrazo, Ariel
Piera la está descubriendo ahora, antes no se había puesto a mirarla porque era chica y estaba muy sola en ese hogar frío.
ResponderEliminarSobre Sonia habrá más datos en próximas entregas.
Gracias, Julio, muchos saludos... saludables.
Primera persona y letra cursiva para este capítulo, que rompe con la narración vista desde fuera y nos adentra en la psicología de Piera, porque este capítulo es sobre todo eso, una exploración del subconsciente de la muchacha. Toda esa falta de amor y de emotividad que ha conformado la personalidad de Piera se pone de manifiesto con los sucesos que le toca vivir atrapada en su propia soledad, y se rebela y aunque le cuesta empatizar con Sonia, siente que necesita por una vez en la vida la cercanía de alguien. Un capítulo introspectivo y como no, muy bien escrito. Un abrazo Mirella.
ResponderEliminarEs el tercer episodio que intercalo con la voz directa de Piera. El uso de la primera persona lo dejo para los temas más íntimos y que la movilizan. Está rompiendo el hielo como puede y, en este momento, la más cercana es Sonia y empieza a verla desde otro ángulo.
EliminarGracias por tu lectura, Jorge.
Un fuerte abrazo.
Hola Mirella. Es la primera vez que te leo, y creo que he empezado la historia bastante avanzada. Aun así me ha gustado muchísimo, porque es sensible y auténtica. No es necesario tener mucha gente alrededor, sino a poca y la adecuada.
ResponderEliminarMe quedo por tu blog para seguir leyendo tus preciosos relatos.
Un saludo!
¡Hola María, bienvenida! Me da gusto que disfrutaras de lo que ofrece el nido de mis pájaros. Vuelve las veces que quieras y si esta historia con continuidad te resulta complicada de seguir, no te preocupes.
EliminarTambién pasaré a visitarte apenas me sea posible (el armado de lo que falta de Piera me tiene muy ocupada, aunque la mayoría de los episodios ya los tengo esbozados).
Gracias y besos.
Hola Mirella
ResponderEliminarQué bonito y qué auténtico te ha quedado esta entrega. Me gusta como has construido el personaje que nos permite entender mucho más a Piera y esa relación con Sonia, con ambivalencias me ha parecido muy real y que permite empatizar con las dos.
Se está haciendo tan entrañable esta Piera.
Un beso
Gracias Conxita por tu comentario tan estimulante. Es bueno saber que el personaje de Piera está tomando consistencia y que logro transmitir el conflicto que le produce todavía Sonia.
EliminarMil gracias, guapa.
Un abrazote.
Segunda cargará toda la vida con esa etiqueta. Muy buen texto Mirella.
ResponderEliminarUn abrazo
Tal vez no, para Piera ya es Sonia.
EliminarUn gusto tenerte por aquí, linda.
Besos.
Buenas tardes, Mirella. Me parece muy coherente que cuando se conoce a alguien mantenerlo a una cierta distancia. El tiempo se encarga de poner a cada cual en el lugar que le corresponde.
ResponderEliminarLlevo mucho tiempo sin tiempo para mi blog y por tanto desconocía que estuvieras poniendo capítulos de una novela. Este es el único que he leído y me parece fantástico.
Felicitaciones.
Un abrazo!
En este caso Piera, la protagonista, ya la conocía a Sonia, era su madrastra, pero se había quedado con la rebeldía de no aceptarla y no verla tal cual es.
EliminarHay momentos en que debemos alejarnos del mundo virtual y es necesario hacerlo. Qué bueno que hayas disfrutado del texto, independientemente de no conocer la historia. Muy agradecida por el interés, Pilar.
Un abrazo.
A mí, como a otros lectores de esta estupenda historia, me ha impresionado mucho la frase "Escribo para bajar a las profundidades de mí misma, hurgar en las costuras del subconsciente y descubrirme". Creo que es hermosa en la forma en que está expresada y preciosa por su significado, como una verdad recién descubierta o una revelación única de la vida. ¡Para enmarcar, Mirella! :)
ResponderEliminarAunque me he incorporado algo tarde a la historia, gracias a los apuntes que ofreces al final voy comprendiendo la trama, que me resulta interesante y magníficamente bien narrada. A medio camino entre la acción y la emoción, has conseguido engancharme por completo. Te lo habrán dicho ya muchas veces, pero escribes mejor que bien :))
¡Un abrazo!
Es muy lindo tu comentario, Julia. Algunos aspectos de Piera me pertenecen, también soy una hurgadora de mí misma.
EliminarCuido mucho la forma de expresar algo, trabajo a fondo con las palabras, cómo contar y decir. Es una satisfacción que se vean los resultados de toda la dedicación.
Me alegra que la sinopsis te haya sido útil y que te engancharas.
¡Un fuerte abrazo y gracias!
Dos indigentes de afecto, me quedo con esa bella y a la vez tristísima frase que la propia Piera ha utilizado.
ResponderEliminarFuncionamos por imitación y al final somos el producto de lo que nos dieron o los que nos faltó en la infancia, por lo que se hace ahora necesario empatizar con la protagonista por esa carencia de cariño que arrastra.
A veces no hay mejor remedio para combatir la soledad que compartiéndola, así que pienso que entre la uncraniana y Piera hay suficientes cosas en común como para poder apoyarse la una en la otra.
Sigue contándonos más, Mirella, que la historia se hace cada vez más interesante.
Un fuerte abrazo.
Como fue la infancia es fundamental para el crecimiento y maduración posteriores. El que no recibió demasiado afecto se encierra en sí mismo o también se vuelve violento.
EliminarEl acercamiento entre Sonia y Piera pinta bien, ya verás si evoluciona.
Muchas gracias por tu lectura y las palabras cálidas, Sofía.
¡Otro abrazo fuerte!
Piera y la otra,... quién lo diría hace algunas entradas. Me ha encantado esa humanización de Piera hacia una persona que como ella, anda un poco escasa de afecto. UN abrazo fuerte Mirella!
ResponderEliminarLas circunstancias cambian y en momentos de crisis se puede empezar a ver, a quien nunca se prestó atención, desde el lado humano. Piera sabe de indiferencias y soledades, así que puede entender a Sonia, ahora que la ha visto.
EliminarMuy amable, Norte, gracias por leer.
Un gran abrazo.
Me alegra que Piera se porte bien con Sonia, quizá la más desprotegida de la historia.
ResponderEliminarSi no lo hubiera hecho estaría al mismo nivel de Bruno.
EliminarTe sigo agradeciendo, hermosa.
¿Qué tal Mirella?... Espero que vaya bien todo por allá.
ResponderEliminarEscribir para hurgar en esas costuras del subconsciente y deshacer los lazos de los corsés o "cortés" (ya ves con una letra de diferencia y como se asemeja el sentido de ambos vocablos) pues también me parece imprescindible para nuestro bienestar psíquico y físico.
La importancia que le has dado a este trabajo introspectivo en torno a la parte psicológica y emocional de la protagonista, me parece digna de mención y así se puede valorar cada vez que construyes esos párrafos donde su mundo interior queda muy bien descrito.
Nueva revelación respecto a estas dos mujeres: Sonia y Piera, al fin tienen algo en común, su falta de afecto...
Hay un dicho conocido por estos lares y supongo que allá también, que expresa muy bien todo esto:
"Las amistades mas reñidas, son las mas queridas"
Esperemos que nosotras no lleguemos a reñir, ja,ja,ja ¿verdad?... No me hagas mucho caso, porque ya sabes que algo de loca tengo.
Un abrazo muy fuerte.
Gracias por leer también este episodio, muy amable de tu parte.
EliminarMe dejaste un encantador comentario y me produce alegría que sigas la historia con tu habitual entusiasmo.
No tenemos por qué reñir Estrella, sos una persona muy simpática y esa pizca de "locura" te sienta requete bien.
Un enorme abrazo.
Extrañaba a Piera. Retomar tu novela es un placer, que bien escribes Mirella y voy notando en Piera que no es tan dura como quiere hacer creer. Voy a leer el próximo capitulo.
ResponderEliminarmariarosa
¡Gracias, Mariarosa, por leer lo ya publicado!
EliminarLa vida endurece pero también da posibilidades que aflore la parte sensible cuando es necesario.
Un abrazo.
La última frase es un tajo al corazón, sí.
ResponderEliminarPiera se hace la dura, y pese a todo, la vida y sus vaivenes, no ha dejado nunca de sentir...
Eres grande escribiendo, no me cansaré de decírtelo.
Gran texto, Mirella.
Un abrazo enorme, mi Bella Dama.
Sí, Piera se hace la dura, un modo de sobrevivir a la indiferencia que la rodea, pero tiene su corazoncito...
EliminarMil gracias, Zarcita, con un fuerte abrazo.
Me gusta que lleguen sentimientos hacia la ucraniana. Esta unión puede hacerse fuerte.
ResponderEliminarSaludos.
Ya lo creo, Raúl. Hay momentos en que se logra descubrir a otras personas y valorarlas.
EliminarValoro que leas los episodios que te faltaban.
Muchos saludos.