Intento atrapar
el infinito detrás de los barrotes, pero el azul es escaso, cubierto por
nubarrones oscuros. La ciudad me confina entre sus muros bestiales.
La imagen
refleja mi estado actual.
Este blog, que
fue un rincón lleno de alas y trinos, se encuentra silencioso, melancólico. Todavía no me
decido a soltarlo, aquí recibí mucho afecto, compañía y mi agradecimiento es enorme hacia todos los que pasaron -y pasan- dejándome sus cálidas palabras de
estímulo.
Sin embargo, una
voz interior me dice que se acabó, perdí el placer de escribir hace ya un
tiempo.
Me alejaré de a
poco, porque me va a ser difícil. Fue mi nido, mi refugio, y como los pájaros,
lo construí laboriosamente, con alegría. No quiero mantenerlo por obligación, a
desgano. Cuando realmente sienta el impulso de publicar una foto, un texto, viejo o
nuevo que surja espontáneo, no por la presión de mi autoexigencia, lo haré.
Mi espíritu y mi
cuerpo están pasando malos momentos, necesito descansar. Más adelante los
visitaré, nunca los voy a olvidar.
Gracias a todos
y un abrazo inmenso, queridos amigos.
© Mirella S. (texto y fotos) 2020