Mi sombra me precede, como si
quisiera mostrarme el camino. La veo, delante de mí, más baja (o está
encorvada). Esa proyección tenebrosa en la pared soy yo, con mi sombrero y mi
gabán, los puños ocultos en los bolsillos. Sigo sus pasos atormentados; hay una
luz que ciñe mis espaldas, una luz escrupulosa para definir la miseria del
lugar.
Me pregunto por qué mi propia
sombra me arrastró hacia esta casa cuarteada por el tiempo y la pobreza, que
termina en una encrucijada furtiva.
Nuestros pasos son tan lentos
que nunca vamos a llegar hasta las ventanas, casi a ras del suelo, con cortinas
que velan el interior y pueden guardar tibiezas o atrocidades.
Este transitar pausado
siguiendo a mi sombra me desconcierta y me veo envuelto en un juego de sombras
chinescas y de pronto soy una sombra que sigue a otra sombra, dos siluetas
espectrales proyectadas en la pared vieja de un barrio lejano.
Y si en algún momento llegamos
a la esquina, donde los edificios se borronean sin identidad, allí seremos uno
solo: yo sin mi sombra o la sombra sin mí, vagando por Budapest.
Hay un hombre que me sigue por una calle miserable que desconozco. Es
una noche nublada, con un único farol que, a nuestras espaldas, alumbra lo
necesario. La luz da de lleno en la pared cenicienta de una casa, sobre la que
destacamos el hombre y yo, como si fuera una pantalla.
Él es más alto (o quizás estoy encorvado) y nuestras figuras se revelan
en esa pared tosca, con manchas de humedad que suben desde los cimientos.
Los pies nos pesan y nos resulta difícil despegarlos de la vereda sucia,
con el borde pespunteado de adoquines.
En mi nuca percibo la respiración anhelante del hombre que me buscó por
toda la ciudad hasta encontrarme en este escenario absurdo. Y ahora se pega
detrás de mí con su aliento frío, de muerto en vida.
Cuando pasemos por los ventanucos y doblemos en la esquina, el farol ya
no iluminará y la oscuridad de este suburbio extranjero nos tragará ávidamente.
© Mirella S.
— 2011 —
Excelente.
ResponderEliminarComo siempre, eso no es novedad.
Me has hecho evocar la película "El tercer hombre".
Y también este poema mío:
ENLOQUECÍ
Íbamos los tres/
mi silencio/
mi sombra /
y yo/
camino a casa/
cuando sucedió/
mi sombra se detuvo/
dijo que ya no podía más/
y me abandonó/
yo le dije adiós/
y definitivamente solo/
enloquecí.
Besos y salud.
Gracias, Torito, un poema fantástico, con el clima sombrío que dejan las sombras y el silencio.
EliminarBesos.
Las sombras siempe me han trido interesantes elucubraciones, ahora leyéndote a ti y a mi querido Toro, también me dan ganas de ponerme a escribir sobrelo que pienso.
ResponderEliminarNo lo pienses más, deja correr la imaginación y que las sombras te hablen.
EliminarBesos, Tracy, gracias por pasar.
·.
ResponderEliminarMe han encantado los dos textos, posiblemente más el primero. La adecuación a la imagen es perfecta.
De momento, vigilaré a mi sombra. Tengo curiosidad por el lugar al que pueda llevarme.
abrazos, Mirlo
(últimamente veo mucho a una pareja de mirlos (miruellos) por mi jardín.
· LMA · & · CR ·
Estoy de acuerdo, el segundo repite bastante lo del primero.
EliminarEsa foto siempre me impactó y un día decidí escribir lo que me sugería.
Qué cosa más bonita los mirlos. Por aquí no hay, demasiado cemento.
Otro abrazo, Bolo, y gracias.
Un placer leerte Mirella de verdad. Hermoso poema...
ResponderEliminarGracias por la visita, Demián, me alegra que te haya gustado.
EliminarAbrazo.
Estupendos textos... eso que rescatar posts anteriores es un gran acierto ....
ResponderEliminarUn abrazo
Era el segundo que publiqué, en noviempre de 2012 y tenía un seguidor. Estos rescates sirven para las épocas de sequía.
EliminarGracias, guapa, con muchos besos.
Las dos partes del texto me han parecido fiel retrato de la imagen, Mirella.
ResponderEliminarNo sé el por qué, pero he pensado en esas sombras que van delante o detrás y quisieran desorientarnos, pues todas tienen algo que decir. También en esos "espectros" que a veces vemos o creemos ver y nos llevan a lúgubres lugares.
Me encantó leerte y gracias por seguir publicando aunque sea de otro momento, para mí son actuales.
Un fuerte abrazo!!
Para todos los que me leen ahora son actuales porque fue el segundo que publiqué y entonces no me leía nadie.
EliminarLas sombras dan para muchas historias, son proyecciones nuestras por las jugarretas que nos hace la luz.
Gracias, Mila, un abrazo grande.
Reeditar es repasar nuestro pasado y compartirlo con los amigos, se agradece que lo hagas, dos textos sobre un mismo caminar.
ResponderEliminarEs la sombra el alma que sale a nuestro encuentro.
Un abrazo y cariño
Qué frase más poética para definir a la sombra, me encantó.
EliminarGracias por estar siempre, querida Ester y siempre con palabras positivas.
Abrazo fuerte.
Dos micros que son el anverso y reverso de una misma realidad, ¿es un hombre pegado a su sombra? ¿Es la sombra la que se arrastra tras él? Una lectura hechizante, Mirella. Un abrazo!!
ResponderEliminarSí, la misma situación vista desde la mirada de cada uno, sin saber quién conduce a quién. Muchas gracias por la lectura, David.
EliminarAbrazo.
Qué bien jugaste al cuento con esta dualidad. En un clímax depresivo, nos contaste una versión oscura y dramática de Peter Pan de adulto fuera de Nunca Jamás.
ResponderEliminarSaludos.
Una atmósfera opresiva que da el entorno, el no saber hacia donde van y el misterio de quién lidera esa caminata.
EliminarGracias por tus apreciaciones, Raúl.
¡Que tengas un buen día!
Me encanta mirella, es una gran idea retomar viejos escritos y hacerlos presente
ResponderEliminarBesitos
Cuando no hay ideas novedosas, mejor sacar a relucir viejos textos.
EliminarGracias por tu visita y lectura, linda.
Besos.
Me encanta leerlo y pensar en esa maravillosa ciudad, que aún no conozco personalmente.
ResponderEliminarsaludos
No te queda tan lejos y podrás visitarla. Yo tampoco la conozco y me basé en la foto de Kertész, que no muestra lo mejor de la ciudad y es de principios del siglo XX.
EliminarGracias, Karin, con un fuerte abrazo.
Me encantó el contrapunto entre el narrador-personaje y el pensamiento-parlamento de la sombra. Esa decisión estética de hacer hablar la sombra me fascinó. Habla de una imaginación e inteligencia fecunda de la autora. Mirella, lo digo desde la humildad, y como puedo, ya que no tengo formación literaria, tal vez esté usando los términos en forma errónea, pero estoy tratando de comunicarte lo que imaginé. Me deslumbró que la sombra, en su último pensamiento, fatal, sepa el destino de ambos, cosa que el hombre ignora.
ResponderEliminarLos textos, para mi, no tienen edad, son siempre frescos aunque les tengas que sacar un poco el polvo.
Una belleza, como siempre. Un abrazo grandote.
Ariel
Me encantan tus comentarios, Ariel, cómo te fluyen las palabras y encima decís que no tenés formación literaria. Yo tampoco la tengo, de ningún tipo, solo la lectura continua y correcciones de gente amiga. Cuando escribo soy muy "lenteja", siento que nunca termino de redondear la idea, que me faltan o sobran palabras.
EliminarMe pone contenta que te haya gustado el texto, es cierto, no tienen edad y a este, que no tuvo comentarios en su momento, me pareció que debía darle la oportunidad.
Gracias, compañero de letras, un fuerte abrazo.
CUANDO LLEGUEN A LA ESQUINA, Y ENTREN EN LA OSCURIDAD DESAPARECERÁN...! EXCELENTÍSIMA CREACIÓN.
ResponderEliminarABRAZOS
Desde luego has bordado la imagen propuesta, además de que la fecha 1914 no puede ser más oscura, la sombra de la guerra se cernía sobre Europa, sobre el mundo, así que la sombra individual tiene también connotación colectiva.
EliminarEn los dos relatos complementarios la falta de luz es evidente, hay palabras que así lo ratifican a través de ambos textos: “sombra” “proyección tenebrosa”, “siluetas espectrales”, “noche nublada”, “oscuridad”…, y el paisaje interno del sujeto de la sombra es igual de umbrío…pasos atormentados, miseria del lugar, casa cuarteada por el tiempo y la pobreza,
Y lo que, a mi parecer, lo hace más interesante aún, es el doble juego de las sombras chinescas, doble sombra o ausencia de sombra según se proyecte la luz... como las luces y sombra de la vida, de las vidas.
Mirella, no dejes de subir tus historias, así tendremos la oportunidad de conocerlas los que no te venimos leyendo desde hace poco tiempo, y además, un buen relato no tiene fecha de caducidad.
Un beso señora escritora del otro lado del charco.
¡Gracias ADOLFO! Probablemente se esfumarán en la oscuridad y serán una sola cosa: sombra.
EliminarBesos.
TARA, efectivamente la fecha es la del inicio de una época sombría. No lo pensé cuando lo escribí, pero después, al releerlo, comprendí que esa oscuridad que surgía al doblar la esquina era muy simbólica.
EliminarLa vida -y nosotros- somos un manojo de luz y oscuridades, por momentos somos "el hombre" y en otros, apenas la sombra.
Es muy posible que vuelva a publicar alguno de los textos más viejos para ustedes, los más nuevos.
Un gran abrazote, guapa.
Me gusta el ejercicio de escribir tomando como inspiración una fotografía. Lo he hecho en alguna ocasión y sale mucho más de lo imaginado en un principio.
ResponderEliminarA ti te ha salido muy bien, con esa doble perspectiva de la persona y la sombra.
La foto es impresionante.
Un abrazo, Mirella.
Esa foto siempre me llamó poderosamente la atención hasta que un día me decidí a armarle una trama mínima, a dejar que hablaran el hombre y su sombra.
EliminarTe agradezco mucho la lectura, Isabel, sobre todo sabiendo lo ocupada que estás. Te deseo muchas uerte en la difusión de tu libro.
Un fuerte abrazo.
Dos textos y una historia. Que bien escrito y cuanta imaginación para lograr desde una fotografía un relato que interese por su creatividad. Felicitaciones, muy bien por traerlo de nuevo al blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
mariarosa
Dos puntos de vista de la misma situación, me gustó tanto la foto que me sugirió esta pequeña historia.
EliminarMe alegra que le encontraras creatividad.
Gracias y besos.
Quien sabe si somos sólo eso, una sombra de nosotros mismos. Eso es lo que se desprende de ambos relatos, los dos transmiten la decadencia de los personajes, del lugar y de la época en la que son narrados. Y cuando la luz se apaga la sombra se desvanece, igual que la persona. Un abrazo Mireia.
ResponderEliminarEn algunos momentos pienso que lo somos: sombras que deambulamos sin saber bien qué hacer con nosotros mismos ni hacia dónde nos dirigimos.
EliminarMuy agradecida por tu comentario, Jorge.
Un abrazo.
me encanta como escribes
ResponderEliminarGracias, por la visita. Hace tiempo que no paso por tu blog.
EliminarEn cuanto pueda te haré una vista.
Besos, Mucha, un gusto que disfrutaras del texto.
Querida Mirella, pues le supiste sacar el máximo partido a esa umbría foto. Esa doble interpretación te quedó fabulosa. Por allí no sé si se estilará; pero por aquí cuando alguien ha perdido mucho físicamente de lo que fue, y cuando alguien con el tiempo y por los motivos que sea se le ve demacrado, decimos: "ya no es ni sombra de lo que fue". Mirella o haces de tripas corazones, o te veo un poquito más animada: espero que sea lo último querida:
ResponderEliminarBesos y abrazos Mirella.
Sí, por estos lados también decimos esa frase de alguien que decayó físicamente.
EliminarTuve ganas de compartir nuevamente este post porque casi nadie lo leyó en su momento y me pareció de lo mejorcito que publiqué en los inicios del blog.
Trato de estar animada, pero no es más que un intento para sobrellevar todo mejor.
Gracias por tu interés y tu cariñoso comentario.
Enorme abrazo, Rafita.
Con el paso de la vida , hasta la sombra nos pesa ,
ResponderEliminarporque ya nos sentimos sombra de un pasado que a veces hasta engalanamos
Tus relatos son tan dulces, Mire, o no sé si es la palabra adecuada, digo dulces porque se pegan a la piel ... con ese clima tan esquisto con que narras
No me preguntes porque pero al ver tu post y antes de leerlo ( y aún ahora ) me recuerda ciertas partes de la pelicula "la deuda " The Debt de John Madden , en fin ya sabes que solemos asociar textos a temas mas nuestros , o más próximos y esa película también me gusta bastante
Un abrazo muy cálido con mucho cariño Mire
espero vayas mejor , vale?
Tuvimos una niebla espesa casi todo el día, parecía Londres. Con el 100 % de humedad me pesa hasta el alma.
EliminarLa dulce sos vos, con tus comentarios siempre positivos y llenos de tibieza. Me encanta que me leas y me dejes tus impresiones.
Un abrazo inmenso, María y gracias.
Sombras y paredes.
ResponderEliminarCreo que un poco va de eso la vida.
De alguna forma, las paredes que podemos atravesar son esas en las que la sombra apenas anidó un momento.
En las que fueron muros infranqueables nuestra sombra se queda charlando con las otras sombras allí instaladas: ¿Qué, tú tampoco pudiste pasar? No, yo ya lo he intentado cinco veces y sigo de este lado.
A veces se me pregunto, Mirella, si las sombras que he ido dejando en las paredes con las cuales me fui encontrando durante la vida, una vez que yo ya las rebasé, me pertenecen.
(No sabes cómo me alegra verte publicando de nuevo, guapísima). Mil besazos.
No pude atravesar ninguna pared, tal vez ocurra cuando solo sea espíritu o un soplo de viento y me cuele por donde quiera. Las sombras sí que pueden atravesarlas y aunque a veces nos sintamos como sombras de nosotros mismos, todavía somos materia.
EliminarTrato de no pensar en el no-escribir y mientras tanto remodelo cuentos viejos, algunos ya publicados, otros no.
Una alegría tenerte por el nido, Luis.
Enorme abrazo.
Hola Mirella
ResponderEliminarEs increíble lo que puede desatar en la imaginación una imagen, por eso a las dos nos gustan tanto las fotografías.
El texto es muy bueno, profundo, todo ronda alrededor de una sombra, a la que muchos verán como eso; una simple sombra (valga la redundancia) Pero volaste alto, bonito.
Has hecho bien en publicar nuevamente el relato, no lo había leído, es como un gran estreno.
Buen fin de semana!
Besos
Esta para mí es una foto muy especial. Ahora con la decadencia de mi imaginación me puse a mirar las imágenes de los grandes fotógrafos para ver si alguna me inspiraba algo... y no pasó nada.
EliminarPero en el momento en que escribí este texto era como si la foto me hablase.
Un abrazo grandote, Vivian y muy contenta de que hayas vuelto a los blogs.
Una sombra que sigue a otra sombra siendo una misma.
ResponderEliminarHermoso como todo lo que escribes y nos haces pensar o soñar al leer tus textos.
Besos, que estés bien.
El tema de nuestras sombras siempre me ha fascinado y escribí algunos textos al respecto. A veces son largas y van por delante nuestro, otras nos siguen...
EliminarMuchas gracias por leer y dejarme tus impresiones.
Un montón de besos, Euge.
Gracias por dejar tus impresiones, Julio y contenta de que te haya gustado.
ResponderEliminarCoincido con vos que el relato desde la mirada del hombre está mejor que el de la sombra.
Buen domingo y saludos.
Un Rashomon en miniatura.
ResponderEliminarExcelente.
Siempre creí que mi sombra me ocultaba algo. ¿Creerá ella lo mismo de mí?
Saludos,
J.
Seguramente, José, las sombras tienen secretos.
EliminarGracias por pasar.
Muchos saludos.
Hay que tener mucho cuidado con los claroscuros que surgen de ciertas zonas con iluminación malintencionada, eso nos queda claro. Y menos si se trata de callejones de ciudad en los que cualquier cosa puede pasar, ahí los peligros son más de los que nuestros ojos pueden ver, y así nacen muchas historias.
ResponderEliminarLos callejones sombríos son peligrosos, en cualquier ciudad del mundo y a veces las sombras cobran vida y nada bueno se puede esperar de ellas.
EliminarGracias, Holden, con un abrazote.
Hola queridísima Mirella.
ResponderEliminarHe podido leer tus dos últimos textos y ha sido como tener una larga charla contigo. Un diálogo, porque cada párrafo te lo iba comentando mentalmente, con prisa.
Sé lo que es pasar por situaciones oscuras y angustiosas, sin ganas de hacer, crear o incluso disfrutar de nada, pero se sale, ya verás. Volverá tu nido a poblarse de pajarillos nuevos en una muy próxima primavera.
Mientras, se fuerte y sigue publicando esos textos que ya tienes, que te ayudan en la espera y que para los que no los conocemos son bellísimos y valiosísimos regalos.
Mímate. Te queremos de verdad. Abrazolarguísimo.
Y graciasmil por tus visitas.
Y gracias mil por tu hermoso comentario, Soco. Trato de salir adelante con todas mis fuerzas, y como así es la vida, hay veces que lo logro y otras menos.
EliminarUn enorme abrazo que, como un puente, cruce el mar que nos separa físicamente (pero no en espíritu).
Creo que Kertész, se sentiría sumamente complacido ante tal desborde de inspiración misteriosa, que sin duda sugiere, pero no todo el mundo sabe plasmar, esa foto.
ResponderEliminarMi aplauso sempiterno y complacido también tras leerte.
Abrazos.
Como siempre muy agradecida por tus comentarios, es un placer tener tu presencia en el nido.
EliminarAbrazos, Marinel.
Con este blog me pasó algo asombroso. Buscaba algo que leer que no me hiciera perder el tiempo, porque a veces me encuentro con cosas que empiezan bien, pero a la mitad se agotan, pierden fuerza o se convierten en comentarios políticos. Me ha pasado tantas veces que en ocasiones apenas leo la primera línea del primer texto, paso la página y desaparezco para siempre. No vuelvo a aparecerme por ahí. Pero con este blog me sucedió lo contrario: empecé leyendo "La del medio" y me quedé impresionado. Seguí con "Budapest" y tuve que contárselo a una amiga para desahogar la alegría que sentí. Seguí con "Sin Alas" y los textos siguientes y aquí estoy escribiendo sin saber cómo expresar tantas cosas. ¿Cómo puede alguien escribir de esa manera y ser tan desconocida, al menos para mí? No sé, Mirella S. si eres famosa o no, lo que sí es que me gusta mucho lo que escribes, lo que dices, lo que quieres decir y el espíritu que le imprimes a cada palabra. Si vieras las cosas que escribí en estas líneas y después las borré porque me puse cursi, tonto y sentimentalista. Me siento arropado por tu talento, tu sensibilidad y tu pluma. Siempre será poco lo que diga. Lo menos que puedo decirte es que a partir de este instante ya no serás desconocida porque todas mis amistades te conocerán y seguramente te consentirán. Soy venezolano y estoy a la orden. Cuenta, no con un admirador, sino con un amigo anónimo nuevo. Qué placer ha sido conocerte. Un abrazo enteramente fraterno.
ResponderEliminarQué hermoso comentario me dejaste Fratello venezolano con nombre itálico. Te lo agradezco mucho y te expresaste en forma clara y generosa, no fuiste ni cursi ni tonto, fuiste espontáneo y me alegra de verdad que encontraras el blog y disfrutaras tanto con mis textos.
EliminarSoy totalmente anónima, nunca publiqué y me conocen solo los que pasan por este espacio abierto al mundo.
¿Tenés algún blog donde pueda visitarte, también escribís?
Otra vez gracias por la lectura y por la recomendación a tus amigos.
Un fuerte abrazo.