martes, 14 de abril de 2020

Renglones vacíos





La mujer que iba al mismo café a escribir delante de una taza humeante, que de a poco se iba enfriando cuando las palabras se empujaban unas a otras por salir, ahora lo hace de un modo esporádico. Automáticamente saca el cuaderno que vive en su bolso, la birome, los apoya junto al pocillo y se toma el café bien caliente.

Ni siquiera abre el cuaderno, lo deja sobre la mesa, como un testigo mudo de algo que fue y ya no es. Antes estaba lleno de voces, los renglones y las páginas se sombreaban con su letra redonda. Desde hace un tiempo en él anida el silencio.

Ha vuelto a ese espacio que todavía le atrae y se ubica en el lugar preferido. Mientras bebe, en las volutas de vapor que emana el líquido, le parece descubrir formas indefinidas que la alertan. Espera que sean la punta del ovillo que la conduzcan a ideas nuevas, pero se disipan con rapidez y ella regresa al estado de inercia.

Le sobreviene una repentina sensación de desdoblamiento, como si algo se desprendiera de su cuerpo y la contemplase desde una posición ubicada por encima de su cabeza.

La que queda sentada mira por el gran ventanal que le permite acceder a un ángulo de la calle. A veces el viento agita el follaje de los árboles en una danza cimbreante. Hoy el aire está quieto y las ramas permanecen inmóviles, como a la expectativa, igual que la mujer.

La que observa tiene una amplia visión del local, el ir y venir de las camareras, los clientes y escucha la música de fondo que se pierde en el murmullo de las conversaciones.

Sin embargo, el interés de la observadora está puesto en la que ocupa la mesa del ventanal. Es una curiosidad más que un interés y acaso ni llegue a esa categoría.

Últimamente, la otra lleva a cabo el mismo ritual monótono, como congelado en el tiempo: bebe el café, dirige los ojos hacia el exterior un largo rato, guarda cuaderno y birome, paga y se levanta.

Llega ese momento y la que observa cae como un avioncito de papel y siente que vuelve a formar parte del antiguo cuerpo.

Está en la calle y a través de los ojos, de la piel de la mujer se nutre del sol, ve las nubes, huele el levísimo aroma del tilo de la esquina y nota que las veredas empiezan a tapizarse de hojas. 

Afuera el tiempo no se ha congelado.



 ©  Mirella S.   — 2020 —


Este texto es anterior a  la disposición de la cuarentena.
Ahora la mujer se toma su café asomada al balcón, 
mirando un cielo de peltre y una calle solitaria.

Gracias a todos y abrazos. 




52 comentarios:

  1. En un momento del día en que me asomé al blog vi que habías publicado y me alegré mucho. Hasta ahora no pude leerte, y al hacerlo más me alegro de que hayas publicado, jajaja.

    Me parece muy original esta mirada de la autora que no puede escribir. Más que hablar de ella, que también, hablas del contexto, de lo que la rodea... Y lo haces desde ella misma desdoblada en su parte creativa y gozosa. Me encanta, Mirella.

    No olvides que esa parte creativa y gozosa volvió a la mujer que no puede escribir. Está con ella. Es ella.

    ;)

    Besitos

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    1. Gracias, Alís, es una forma de volver a conectarme con las palabras que se unen para decir algo.
      Espero que no se desvanezcan como el humo.
      Un abrazo.

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  2. Ayer quise hacerlo y no puede. Te decía que en realidad somos este lado y ese lado, somos lo que proyectamos y lo que en realidad sentimos, pudiendo verse como dos partes de un mismo ser, y no pasa nada.

    Muy buen post. Un abrazo y feliz día

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    1. Muy agradecida por volver, Albada. Anoche cuando me di cuenta de que no salían los comentarios me dio tristeza, porque hace ya un tiempo que este nido estaba vacío.
      A veces ese desdoblamiento puede ser productivo, nos vemos desde otra perspectiva.
      Un gran abrazo.

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  3. Así es amiga hay veces que parece que nos desdoblamos y luego todo vuelve a la normalidad, no a la que tenemos ahora que no tiene nada de eso. Pero volveremos sin dudarlo a esa que ahora nos falta. Sigamos mirando por los balcones.
    Tu nido vuelve a llenarse de palabras.
    Cuídate Mirella.
    Desde casa te mando este abrazo 🙅

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    1. La normalidad llegará también, claro que muy distinta de la que teníamos antes.
      Lo que estamos pasando transformará muchas cosas, esperemos que unas cuantas sean para mejor.
      Un gran abrazo, Laura y contenta con tu visita.

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  4. Es como la dualidad de la protagonista, una fusión o sincretismo del pensamiento, yo practico el examen nocturno, tu lo llevas al relato y nos hace reflexionar. Gracias por avisar, abrazos coloreados ya que el arco iris no asoma.

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    1. Los opuestos mente y cuerpo que en algún momento se separan para observarse.
      Gracias por el arcoiris de besos, te mando otro grande que cruce el océano.

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  5. Supongo que todos tenemos una parte que observa y otra que vive.
    Desdoblarse de esta manera he de decir que me encanta...
    Es vivir todo dos veces . 😍
    Besitos bella.

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    1. De vez en cuando es lindo y positivo practicarlo; verse desde distintos ángulos.
      Gracias, linda, con un abrazo.

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  6. Compañero es el café y motivados de historias. Me gustó y me parece cierto, somos dos y diferentes.

    mariarosa

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    1. El café es un compañero muy atractivo, especialmente cuando una escribe o lee.
      Contenta de que te haya gustado.
      Un abrazo.

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  7. ¡Hola, Mirella!

    Has conseguido recrear de una manera fantástica esa hoja en blanco de la que hablan tantos escritores. Y desde luego lo has realizado con un texto limpio y que se entiende de manera perfecta. Por otro lado, siempre me ha fascinado cuando he visto a algún autor en algún local público con su café, antes con su cigarro y con su pluma hilvanando alguna historia que quizás años después pudiera estar publicada en la librería de unas calles más allá.

    Un abrazo y no queda otra que escribir desde el balcón :-)

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    1. Miguel, de textos sobre esta temática tengo una colección.
      Me acostumbré a escribir a mano y en algún bar tranquilo, los que me ven desde las otras mesas (todos con sus notebook o tablet) pensarán que soy un bicho raro de otra época.
      Veremos si desde el balcón las nubes me dictan algo interesaante para contar.
      Gracias y un fuerte abrazo.

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  8. Hola Mirella, siempre me ha gustado tu narrativa y a fé que no has perdido brillo. Me alegra que estés bien.
    Leyéndote me he imaginado a Jean-Paul Sartre y Joseph Kessel jugando al ajedrez entre divagaciones y humoradas en un bistró de París. Muy bueno!
    Creo que cada relato construye un secreto.
    Gracias por compartir.
    Un fortísimo abrazo

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    1. ¡Qué alegría saber de vos, Maribel! Ha pasado el tiempo tan lindo de Google+ y me hace bien saber que me recuerdas. Estoy escribiendo poco y nada y casi todo va a parar al cesto. Siento que perdí fuerza, pero si te gustó algo tendrá el texto, porque sos una lectora de gran nivel.
      Todo mi agradecimiento por dejarme tu comentario.
      Otro abrazo enorme.

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  9. Esta simbiosis entre la observadora y la que permanece sentada mirando en el pasado por un ventanal que le deja acceder a un ángulo de la calle y la actual asomada al balcón teniendo una vista mucho más amplia, se entrelazan en un mismo punto espacio-temporal a través de esa taza de café invariable que hace de ese instante vital algo eterno y comparable a una fotografía.

    Sigo sin actualizar, aunque pronto compartiré mi relato para la próxima convocatoria del Tintero. Ya ves, ando a paso de tortuga con el blog, pero tampoco me preocupa demasiado.

    Deseo querida Mire que el ánimo no decaiga y podamos remontar el vuelo tras esta crítica situación sanitaria y lo que venga después.

    Un abrazo enorme y cuídate mucho.

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    1. Hola Estrella, se hace lo que se puede y escribir o cualquier arte se aborda por placer y no por obligación. Me costó entenderlo, porque hubo un tiempo que escribía ante el menor estímulo. Ahora debo poner más voluntad y no siempre lo logro.
      Muchas gracias por dejar tu opinión y adelante con la convocatoria de El Tintero.
      Besos y suerte.

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  10. Un texto luminoso, sin duda. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
    Un abrazo.

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    1. Gracias Rocío por acercarte, bienvenida al nido (ahora con pocas palabras).
      Un gusto que disfrutaras de este espacio, también visitaré el tuyo.
      Besos.

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  11. Cualquier método es bueno para recuperar a las musas perdidas,... y creo que las rutinas son una buena manera de hacerlo,... me ha encantado tu testo Mirella y me alegro que hayas decidido volver por la globosfera y regalarnos esos relatos con un estilo tan personal.

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    1. Todavía estoy en "convalecencia" de ideas y lo que se me ocurre es bastante descartable. Iba a decirte que reaparecí por la web porque con la cuarentena tengo más tiempo, pero no es así, porque hay que limpiar y desinfectar todo el tiempo y aparecen nuevas tareas.
      Y no te preocupes por los errores de tipeo, los hago todo el tiempo. La mente funciona a mil revoluciones.
      Un abrazo y gracias, Norte.

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  12. ¡Hola, Mirella! Vuelvo a tu relato que en su momento tenía confinados los comentarios, je, je, je... Las ideas surgen de dentro, pero también de la mirada a lo que nos rodea. Una mirada que filtra la enorme cantidad de datos que recibe nada más abrir los ojos. ¿Por qué nos fijamos en esto y no en aquello? ¿Qué estamos buscando? Algo así debe ser el funcionamiento de eso que llaman mirada de escritor. Ahora no tenemos cafés en los que detenernos, tenemos balcones y pájaros que los sobrevuelan. Y uno de ellos fue el que cazaste con este relato pausado y hasta cierto punto exorcistante. Un fuerte abrazo!!!

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    1. Gracias por pasar nuevamente y dejarme tus impresiones, querido David.
      Las ideas que surgen en estos momentos no me gustan, porque giran alrededor de lo mismo. Ahora por la calle solo vemos gente ensimismada dentro de sus barbijos y largas colas para todo lo que se te ocurra.
      Sí, el balcón me sugirió algo, voy a corregirlo y probablemente lo publique la semana próxima. Los pájaros también estan en cuarentena porque no aparecieron.
      Un gran abrazo.

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  13. Una inspirada descripción de un lugar, en algún momento, con un estado de ánimo de la observadora.
    Un abrazo.

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    1. No sé si es un texto "inspirado", es lo que salió y lo publiqué para no tener tan abandonado este espacio.
      Gracias y abrazos, Demi.

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  14. Gracias por acercarte Luiz, pero en estos momentos no visito nuevos blogs y menos en otros idiomas. Estoy muy estresada.
    Saludos.

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  15. Hola, Mirella!
    Me paso por aquí después de mucho tiempo, y me alegra comprobar que tu cuaderno de escritura, pese al encierro, sigue sin dejar que gane el silencio.
    Un relato corto fantástico con una belleza sutil y elegante.
    Espero que estés bien en estos tiempos tan raros y difíciles.
    Un abrazo.

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    1. ¡Un placer tener noticias tuyas, Sofía! Espero que te mantengas en la web, aunque no publiques seguido. Me voy a pasar por tu blog para ver si hay novedades porque no me llegó ninguna notificación.
      Ya no escribo como antes, lo hago muy de vez en cuando, hay pobreza de ideas y un poco de depre. Me alegro que te haya gustado este texto, del que no estaba nada convencida.
      También te deseo que estés sobrellevando bien estos momentos difíciles.
      Otro abrazo.

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    1. Gracias, José Ramón, un gusto que hayas disfrutado de este espacio.
      Saludos.

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  17. Me parece que entre las opciones que tenemos en este período, el desdoblamiento está permitido... imaginamos y no salimos de casa.
    Gracias, Julio, otro abrazo para vos.

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  18. Qué preciosa e íntima escena relatas, con la sutileza y elegancia que te caracteriza, Mirella. La protagonista mantiene el ritual que en otro tiempo fue gozoso y fructífero, pero ante la falta de resultados, llega a evadirse de sí misma y de su parálisis creativa. Es una expriencia extraña, la de estar dentro y fuera de nosotros al mismo tiempo, que creo todos la hemos experimentado en alguna ocasión.

    Suerte que afuera todo sigue transcurriendo lleno de sensaciones y oportunidades...

    Un fuerte abrazo desde la distancia.

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    1. Muchas gracias, Julia, por tan cálido comentario. En verdad estoy bastante cansada de escribir sobre el tiempo en que no se tiene ganas de escribir. Ya escribí bastantes textos al respecto. También me tomé vacaciones del blog y de la web, tampoco dio resultado. Habrá que esperar a que vuelvan las oscuras golondrinas...
      Un gran abrazo, guapa.

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  19. Mirella me ha gustado ese desdoblamiento frente al café, ese ambiente acogedor y extraño al mismo tiempo en el que las sensaciones son intensas como tu relato y aunque siga la hoja en blanco no crea desasosiego y sí, esa sensación de irrealidad que a veces uno siente mirando aunque sea a sí mismo.
    Cuidate mucho, besos

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    1. Son momentos en los que parece que nos disociamos en materia por un lado y mente por el otro. Nos convertimos en observadores de nosotros mismos y no está mal, siempre y cuando después volvamos a unirnos.
      Un gusto que te haya interesado, Conxita.
      Besos y cuidémonos todos.

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  20. Linda, un abrazote por acá.
    Un texto impecable, como siempre.

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    1. ¡Gracias, Dana! A tu blog lo tenés medio abandonado... como yo a Facebook.
      Un abrazo enorme.

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  21. Impecable , un relato claro como siempre ... creo que la persona del café no necesita libreta, los textos le salen solos.

    Un abrazo y cuídate mucho

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    1. Usó el cuaderno, tachó, reescribió, bebió varios cafés, dejó el texto en reposo unos días, volvió a corregir... en fin, un proceso laborioso.
      Un gran besote, Esme y gracias.

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  22. Me siento identificado con la mujer que toma el café. Hay momentos en que parece que el grifo de ideas se secó. Menos mal que siempre se puede recurrir a la lectura. Sobre el texto, ¡me encantó!

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    1. Sí, Osvaldo o se vuelve siempre a las mismas ideas, temas, eso es lo que más me molesta.
      Un gusto que lo disfrutaras, gracias por acercarte.

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  23. Hola amiga Mirella. Me encanta este texto con tintes surrealistas...te quejas a menudo de no estar ya inspirada y nos regalas un magnifico texto sobre una escritora en mal de escritura.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Es que no estoy inspirada, me cuesta mucho desarrollar una idea y como le contestaba a Osvaldo, giran siempre sobre lo mismo.
      Un abrazo y gracias, Eric.

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  24. Hola Mirella! Que maravilla! Que impresionismo en tu forma de escribir. Cómo describes sentimientos en perfecta armonía. Quiero seguir leyendo todos tus post.
    Igual te gusta mi blog.
    Te sigo.
    Besos

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    1. ¡Bienvenida Raquel! Muy agradecida por tus elogios y apenas pueda también te visitaré.
      Besos.

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  25. ·.
    Un relato partido en dos. Llegado el momento del desdoblamiento todo cobra sentido. Después, otro momento álgido hasta 'despeñarse' el avioncito (bella figura) para reencontrarse en la realidad.
    Me encanta, a veces, mirarme desde fuera. Otras no. Somos contradictorios.

    Un abrazo Mirella... y a cuidarse !

    LaMiradaAusente · & · CristalRasgado

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    1. Los vivo como momentos de descanso, por un lado el cuerpo, sus dolencias, palpitaciones, por otro la mente, focalizada en observar, simplemente observar, sin juicios.
      Un gran abrazo y gracias, Alfonso.

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    Es posible que tarde en responder porque siempre está ocupado con las patentes, pero seguramente se pondrá en contacto con usted con una respuesta positiva.

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