Aquí estoy, empuñando un lápiz igual que si fuera
una espada, ante un cuaderno que me desafía con sus páginas blancas. No quiero
escribir con un bolígrafo, detesto las tachaduras, por eso, en este reto, me
acompaña una goma nueva y un sacapuntas reluciente.
Hay emociones que no consigo pintar y busco otro
recurso para hablarme de Elio, para desenterrar el secreto. Puedo pintar su
figura, las facciones, las que conozco de cuando todavía no había cumplido los
treinta y cuatro años. Era alto, flaco, el pelo siempre revuelto, los ojos
claros como los de nuestra madre, aunque con un matiz glauco y sin su
severidad. Sí, me sería fácil pintar el agua nítida de su mirada, como si en
ella se reflejara el follaje de mi amado limonero, el de la casa vieja donde
nací y viví veinte años.
El embrión de idea que pugna por salir y derramarse
en mi caligrafía alargada es una mixtura de palabras e imágenes que mi mente
dibuja con fatiga. Es arduo seguir y me hundo en este cuadro hecho de letras.
Quiero hablarme de cuando fui a ver a Micaela, después que César me planteara su teoría y antes de tomar la decisión de cerrar esa
puerta de mi historia y esconder la llave. Fui, más que nada, para refutar la
hipótesis de César.
Micaela nos visitaba con frecuencia en la casa del
limonero. Me trataba con un afecto distante, tal vez porque era unos once, doce
años mayor que yo. Me costaba entender que le gustara Bruno, tan seco y poco
demostrativo. Vino para mi fiestita de los quince de la que no recuerdo
demasiado, estaba pendiente de Juan, quería que fuese él quien me diera el
primer beso, pero no ocurrió esa noche. Sé que en algún momento Bruno se tuvo
que ir y Mica, como la llamaban, se quedó charlando con Elio.
César, con los contactos del estudio jurídico donde
trabajaba, me ayudó a encontrar su dirección al cabo de todos esos años sin
saber de ella. Vivía en un barrio apartado, en una casa antigua, modesta, con
rejas en las ventanas que daban a la calle.
Era un sábado de otoño por la tarde, el escaso follaje de los árboles formaba un caligrama parduzco, indescifrable. Toqué el timbre y Mica abrió la puerta. No me reconoció en seguida. Mis manos transpiraban a pesar del aire fresco. Con voz no muy segura le dije “hola, Mica, tanto tiempo…”
Era un sábado de otoño por la tarde, el escaso follaje de los árboles formaba un caligrama parduzco, indescifrable. Toqué el timbre y Mica abrió la puerta. No me reconoció en seguida. Mis manos transpiraban a pesar del aire fresco. Con voz no muy segura le dije “hola, Mica, tanto tiempo…”
La cara, que había envejecido más que su edad, se
craqueló, como una pieza de porcelana golpeada, en una red de arrugas. Con tono agrio me preguntó por qué la molestaba, no tenía derecho a… La interrumpí
y con la rebeldía renacida, le contesté que sí, tenía el derecho de saber qué
había pasado con Bruno y si era cierto que ella y Elio…
Escupiendo las palabras, me contestó que era cierto,
se habían amado y las explicaciones las dio en su momento a quien correspondía.
Me miró con la superioridad que yo creía me miraban todos y, en
voz baja, me pidió que no fuera más a verla. Antes que cerrara la puerta de un
golpe, escuché a sus espaldas unas risas infantiles.
En los minutos que permanecí estática observando la
casa, vi una sombra detrás de una ventana y el movimiento de la cortina al
descorrerse.
La escritura me cansa, no es mi dominio. En el
resto de la hoja en blanco dibujo un portón antiguo, dos mujeres, una de
frente, la otra de espaldas. Dos formas de dolor.
Sinopsis
Piera
(1970): rememora y reflexiona sobre momentos claves de su historia. Es maestra
de arte y artista plástica. También decide recurrir a la escritura para profundizar en ese viaje al pasado.
Luciana
(1932-1980): su madre, mujer de carácter fuerte, en la casa todo giraba
alrededor de ella. Muere cuando Piera tiene diez años.
Renzo
(1928-1996): su padre, al poco tiempo de enviudar se casa con la Segunda. Es
profesor de francés, italiano y latín. Cae en depresión con la muerte de Luciana.
Elio
(1952): el hermano dieciocho años mayor, muy querido por Piera. Es periodista. Estuvo
poco en la casa, durante la dictadura militar tuvo que exiliarse.
Bruno
(1954): el segundo hermano, con el que se lleva mal y lo considera el
culpable de que Elio tenga que abandonar para siempre la casa paterna. Ella desconoce el motivo de la pelea entre los hermanos. Es agente financiero.
César
(1962): abogado, Piera se casa con él a los veintiún años.
© Mirella S. — 2017 —
Maravilloso!
ResponderEliminarUn beso grande.
Gracias, Dana. Qué suerte que te gustó, estoy muy arrepentida en haberme metido en este balurdo.
EliminarUn gran abrazo.
Me imagino! Pero está muy bien...y podes dejarlo. Por qué no?
EliminarOtro abrazo!
Tengo ya varias entradas listas y esas las publico. Llegaré hasta donde pueda.
EliminarGracias, linda.
Besos.
Beautiful capture.
ResponderEliminar(I love writers.)
xx
Dear Rick, thanks a lot.
EliminarBig hug.
Me he puesto día leyendo desde el capítulo primero. Creo recordar que antes te leí uno dos, no lo suficiente para retomar la narración, así que, ahora, todo lo tengo fresco. Y te animo a continuar, Mirella. Los cimientos de la historia están echados y solo te queda seguir con la construcción.
ResponderEliminarDisfrútala y haznos disfrutar a nosotros.
Ya presiento secretos en lo que esconde Micaela, secretos de estirpe, risas de niño, ¿tal vez sobrino de Piera? Pero no me anticiparé. La historia vendrá poco a poco.
Un beso muy grande, querida.
Te agradezco mucho el trabajo que te tomaste y también el estímulo. No estoy conforme con haber empezado algo con continuidad, creo que no es para un blog. Tengo adelantado unos cuantos episodios, pero no estoy bien y veré hasta donde pueda seguir con la historia.
EliminarSomos parecidas, en cuanto un dato nos llama la atención, armamos posibles tramas.
Un gran abrazo, querida Isabel.
Creo que Piera está entrando en un mundo de misterios familiares que nunca se cuentan del todo y que cuando los descubrimos nos dejan sin palabras... Muy buen retorno, valió la pena la espera.
ResponderEliminarmariarosa
Es un experimento, nunca se me dio por escribir historias que continúen. No estoy contenta con los resultados, pero soy muy mala juez de mis textos.
EliminarMil gracias, Mariarosa.
Besos.
Tendré que empezar a leerlo como lo ha hecho Isabel , pues asi me pierdo. . Gracias por visitar mi blog y comentar.
ResponderEliminarLo siento, Chelo, fue un error empezar a publicarlo con tan poco material escrito. No te preocupes ni sientas la obligación de seguirlo.
EliminarMuchas gracias por acercarte, guapa, con un enorme beso.
Lo he leído y a pesar de la sinopsis, tengo que darle un pequeño repaso a los cap. anteriores porque me pierdo.
ResponderEliminarVolveré...¡es una amenaza!
Ya te diré Mirella.
Un cariñoso beso.
¡Anda! me pasó como a la compañera Chelo, ahora que leí comentarios...pensaba que era incomprensión mía, eso pasa por estar tanto más de un mes sin enseñarnos a tu Piera.
EliminarHasta pronto Mirella.
Te digo lo mismo que a Chelo, si no puedes no te hagas problema, Isabel. Me equivoqué en meterme en una historia tan larga.
EliminarGracias, linda y un enorme abrazote.
Sí que puedo Mirella, y lo hago encantada porque escribes muy bien... pero para poder comentar con honestidad no me gusta leer a vuela ojos. Ya he copiado de nuevo los 5 cap. y he empezado a leerlo desde el principio, pues hay pasajes que no recordaba.
EliminarEsta madrugada estoy desvelada y aprovecho para leer.
Hasta muy pronto compañera.
Yo le recomendaría a Piera que huyera de su pasado.
ResponderEliminarQue escarbar en las emociones suele dar malos resultados.
Pero claro... consejos vendo y para mí no tengo.
Besos.
Depende de cada uno, a veces una buena catarsis o destapar la olla puede limpiar todo lo oscuro que se guarda y traer un poco de serenidad.
EliminarMuchas gracias, Xavi.
Un gran abrazo.
Si fuera paciente guardaría todos los escritos y los leería al final como un libro, pero la historia me tiene atrapada y necesito saber mas, saberlo todo, aun no me atrevo a darle consejos a Piera, voy a esperar. Siempre te digo lo mismo, escribes mejor que muchos. Un abrazo preciosa
ResponderEliminarMe parece que no fue una buena idea desarrollar una historia tan larga. Especialmente en un blog. Pero ahora que estoy metida en el baile no me queda otra que seguir bailando.
EliminarAgradezco infinitamente tu entusiasmo, querida Ester.
Abrazos y besos.
Seguro que Piera todavía tiene grandes sorpresas, y muchas cosas que contarnos: yo creo que hasta con un final que muchos no lo imaginamos. A la espera estamos.
ResponderEliminarBesos querida Mirella.
Ni llegué a pensar en el final, probablemente no sea nada espectacular ni sorpresivo. No sé, Rafita... algo así como "y la vida continúa..."
EliminarNo tengas muchas expectativas, todo esto es pura experimentación.
Gracias y un abrazote enorme.
Me atrae ese momento en que alguien del pasado se planta ante la puerta de tu casa para pedirte explicaciones. Lo sorprendente de ese instante es que, aunque podemos mandarle a la mierda sin mayores contemplaciones, entendemos que para quien nos viene a ver ese momento es importante, traza un antes y un después en su vida. El día que sucedió el hecho; el día en que se atrevió a pedir cuentas.
ResponderEliminarFijate, no solo no le echamos de la puerta de nuestra casa sino que le invitamos a entrar, le pedimos que nos recuerde el hecho del que habla, pues nuestro recuerdo es mucho menos nítido que el suyo. Y cuando lo hace emerge algo en nuestra memoria que parece querer convertirse en un recuerdo. Y claro, como la memoria es siempre reconstructiva, reconstruimos ese hecho para nuestro interlocutor, lo llenamos de detalles, lo adornamos. Aunque solo sea para que se vaya feliz pensando que para nosotros también fue un día importante.
Y ya sé que no es así en tu historia.
Pero me apetecía compartir contigo, Mire, lo que ha venido a mi mente al leer tu texto. Justo en ese momento en que a Mica le pide explicaciones un fantasma venido del ayer.
Besos.
Lo que proponés es lo que hay que hacer, Luis. Por qué el mundo anda como anda, precisamente por esa mala predisposicón de limpiar viejos rencores, de no hacernos cargo de nuestras culpas, si las hubo. Mejor es negar, cerrar puertas, agredir, evitar la reconstrucción de los recuerdos, que quizás, todavía duelen.
EliminarY así estamos: algunos aferrados al pasado en una continua autocompasión y otros dando vuelta la página lo más rápido que pueden, pero lo que estaba escrito de su historia sigue estando allí.
Muchas gracias Luis por el comentario tan jugoso.
Un abrazo.
Es un acierto dejar el pasado donde está. Ahí detras. Y aferrarse al presente, vivir lo mejor que se pueda, con dolor o sin él.
ResponderEliminarUn abrazo Mirella.
Sin embargo, querida Nieves, me parece que para que el presente sea armonioso y disfrutable, antes hay que depurar todo lo que llevamos a cuestas y que, nos guste o no, repercute en el hoy.
EliminarUn gran abrazo, linda.
Sigo a Piera, e iré hasta donde ella quiera seguir contándonos.
ResponderEliminarMe fascinan estos universos donde ambientes y entresijos psicológicos se aúnan, y que tú hilvanas con filos hilos de seda.
Un beso, Bella Dama de las letras.
Un placer leerte en cualquiera de tus fases literarias.
Gracias, Zarcita, lo que publico es apenas un borrador y probablemente se me escapen muchos detalles. A través de la opinión de ustedes iré viendo si la historia pierde interés.
EliminarContenta de que te gustara.
Un fuerte abrazo.
Queridísima Mirell.
ResponderEliminarDificultad de entrar facilmente en tu espacio y otros asuntos mios, me tenían alejada de tus últimas creaciones, para mi tan apetecibles y admiradas.
He leído todo lo atrasado y sin darme cuenta el tiempo corrió, y, como siempre, quede feliz y enredada en tu historia. Estoy segura, que lograrás un trabajo superatrayente y superbién narrado.
Seguiré sus pasos.
Mi mejor abrazo y gracias siempre
Cada vez que puedas venir para mí es una alegría. No te preocupes yo sé de tu dificultad con la conexión.
EliminarTe agradezco enormemente que hayas leído lo que publiqué antes, eso demuestra tu gran corazón, querida Soco.
Me encanta que te hayas ido feliz con lo que encontraste.
Un abrazo muy fuerte.
Mirella, tu Piera tiene todo el derecho del mundo de saber lo que le preocupa.De su querido hermano Elio y de su vida.Me encanta tu relato y tu Piera.No lo dejes.Cuidate mucho.Un beso con mucho cariño.Soy Elisabeth.
ResponderEliminarYa te reconozco, sos la única Betty que viene por aquí. También pienso que las verdades no deben ser ocultadas, hacen daño y entre las sombras empiezan a deformarse.
EliminarUn gusto que disfrutes la historia de Piera, gracias.
Besos, Elizabeth
Hay momentos en que el pasado reclama cerrar puertas, es necesario retomar esas conversaciones pendientes aunque duelan, porque esas heridas pueden estar condicionando las vidas sin darnos cuenta. Cerrarlas, dejarlas atrás para poder construir un presente y el futuro.
ResponderEliminarMe ha gustado Piera aunque he visto que tengo que ir hacía atrás porque en este tiempo ausente me he perdido algún capítulo.
Un beso enorme Mirella
Tendemos mucho a negar lo que nos duele pero llega un momento que hay que encararlo para seguir adelante.
EliminarTomate tu tiempo, Conxita, aunque creo que leíste todo porque para adelantar y corregir dejé de publicar un mes y medio.
Gracias por tus opiniones, con un abrazo bien fuerte.
No es nada fácil lo que has escrito Mirella, porque paseas desde el interior de la mujer que escribe (una mujer enfrentada a sus recuerdos, tiene una espada por lápiz, y es perfeccionista, puesto que no le gustan las tachaduras), y el resto de personas que pululan por sus recuerdos ¡todas tan distintas!...César, Mica, Bruno, el ausente y a la vez presente Elio… y la historia entre él y Micaela, en un encuentro que parece decisivo para que Piera pueda saber…
ResponderEliminarEn cuanto a tu forma de escribir, gran riqueza de vocabulario, delicadeza casi cromática, y una composición de frases largas tan bien delineadas como la larga grafía de Piera.
Un enorme abrazo Mirella, compañera escritora.
Qué lindo comentario me dejaste, te lo agradezco mucho, también que hayas releído lo que publiqué antes, querida Isabel.
EliminarLo que me pone un poco mal es que, como Piera, soy perfeccionista y como tengo que adelantar la historia sé que se me deben escapar muchos detalles de la trama.
Como sabés analizar muy bien y a fondo, espero que me los marques si notas algo que no encaja.
Otro abrazo de vuelta, compañera de letras.
Hola Mirella. La verdad es que me pone muy contento verte escribiendo de forma tan poética y clara la historia de Piera.
ResponderEliminarDas pocas pinceladas pero se ve que Piera nació pintora, porque en cuatro trazos delicados y cuidadosos, pinta una situación, una personalidad, un sentimiento.
El párrafo final es una verdadera belleza, amiga. Cala hondo.
Un abrazo grande!!
Trato de no irme por las ramas porque esta es una "novela de blog"... jeje... acabo de ponerle nombre a un nuevo género. Aunque vos ya lo conocés y practicás muy bien.
EliminarEs complicado, se publica con suerte una vez por semana y no se puede pretender que el lector recuerde tantos detalles, cuando el bloguero está abocado a múltiples lecturas. Entonces, desde mi punto de vista, es conveniente resumir situaciones a su mínima esencia.
Me alegro que a pesar de estos límites hayas disfrutado del "capítulo" de esta semana.
Gracias, amigo Simón y un fuerte abrazo.
¡Nunca te arrepientas de escribir, Mirella! No podríamos perdonártelo. De hecho, estás sembrando una estupenda novela, descubriéndola palabra a palabra. Piera está exorcizando sus demonios, puede que mirar atrás sea un lastre para seguir avanzando, pero también lo es que las heridas que no curan no cicatrizan. Si lo consideras, en su momento, deja de subirla pero nunca dejes de escribirla porque tus personajes ya están vivos. Un abrazo!!!
ResponderEliminarEs una experiencia nueva para mí y todavía no me acostumbro del todo, David. Un poco por la falta de tiempo para corregir (mi manía) porque debo adelantar capítulos y también, como le decía a Simón, hay que ser mucho más sintético en la web.
EliminarEs una historia para el blog y llegaré hasta donde pueda o hasta donde ustedes soporten leerla.
Muchas gracias por tu comentario tan alentador.
Un abrazo.
Nos adentramos cada vez más en el mundo instrospectivo de Piera. Me ha encantado las metáforas sobre la escritura y cómo ese miedo a la página en blanco se traspasa a otros aspectos de su vida.
ResponderEliminarEspero que poco a poco aprenda a dejar sus temores ahogados en tinta.
Abrazos y bienvenidas de nuevo (tú y Piera).
Desde la mirada actual, Piera comprende todo el camino recorrido, el crecimiento, la maduración sobre ideas fijas, prejuicios y una reinterpretación de sí misma. Eso es lo que más me interesa profundizar y que, espero, se pueda vislumbrar en las futuras publicaciones.
EliminarMuchas gracias por tu atenta lectura, Sofía.
Un fuerte abrazo.
Si Piera escribe como Mirella ya la tiene ganada.
ResponderEliminarHa valido la pena la espera querida amiga, es como siempre: magistral. Bueno, ya sé qué pasó con esos dos hermanos.
Qué placer me ha dado volver a leerte querida Mirella.
Un gran abrazo y beeeesos.
Mirella está haciendo lo que puede con este culebrón y no tanto lo que quisiera.
EliminarAhora que sabés cuál es el origen del secreto te habrá bajado la ansiedad, querido Gildo. Contenta de que te gustara.
Abrazo fuerte, beeeso y gracias.
Hola Mirella, te contesto aquí, porque ya sabes que en mi blog no lo suelo hacer. Me dices en el comentario, que tal me defendía con el inglés; pues te diré que fatal querida, no me entendían ni por señas, jajaja. Yo soy muy borrico para los idiomas.
ResponderEliminarBesos y abrazos querida Mirella, y que pases un buen fin de semana: yo tengo que trabajar.
Es complicado, pero suelen ser amables y pacientes, por lo menos lo eran en la época en que podía viajar. Además hay muchos latinos.
EliminarQue lo pases lo mejor posible con los "pavos" y gracias por contestarme.
Gran abrazo, Rafita.
Hola Mirella, quizás Piera al ser la pequeña de la familia se ha perdido algunas cosas durante su infancia,... quizás descubrirlas, ahora de mayor, sea todavía mas doloroso que haberlo interiorizado en su momento,... seguimos pendientes del desenlace pero me temo que este no está próximo. Quizás por eso y porqué tu estilo narrativo es tan intimista que, como tú, pienso si el blog es la mejor forma de dar a conocer la historia de Piera, No se merecerá otro formato? He estado leyendo los comentarios de tus seguidores y a muchos de ellos les cuesta este formato por entregas. Personalmente yo lo he intentado hasta en tres ocasiones y los resultados no han sido muy buenos. Un abrazo!
ResponderEliminarCreo que en la adultez se puede redimensionar hechos y comprender mejor a los que en su momento se juzgó más duramente. Es lo que intenta hacer Piera, mirar hacia atrás para comprender, librarse de dolores, de fantasmas o de cosas que no se dieron.
EliminarTu razonamiento es muy cierto, Norte, al ser largo no es un formato para blog, pero ya estoy metida en esto y durante agosto adelanté episodios para estar más tranquila. Entiendo la dificultad que entraña para los lectores, tanto en tiempo como en recordar de ciertos detalles, algunos se irán y otros, tal vez, persistan y acepto que así sea.
Agradezco mucho tu sinceridad y haber compartido tu experiencia. Por favor, no te sientas obligado a seguirlo. Publicaré lo que tengo escrito y trataré de darle un cierre que no sea demasiado brusco.
Otro abrazo de vuelta.
Te puedes imaginar que solo era un pensamiento en alto. Por supuesto que debes seguir si ya has trazado el rumbo y que todos nosotros, los que estamos al otro lado de la pantalla, te seguiremos.
EliminarUn pensamiento que comparto, Norte. Nuevamente gracias por estar ahí.
EliminarAbrazos.
Pasado el verano (invierno para vosotros ahí en el sur) regresa Piera con la historia de su vida. Me da la impresión de que la chica no descansará hasta saber qué es lo que motivó la huida de su hermano, es algo que la consume por dentro y necesita una respuesta como el respirar. En ese sentido tu personaje es muy humano, pues creo que todos necesitamos respuestas en la vida acerca de las cosas que nos han marcado de algún modo. Además Piera idealiza demasiado a Elio y me da la impresión de que no todo lo que descubra va a gustarle. Micaela esconde algún secreto tras las paredes de su casa que nos ha picado la curiosidad ¡queremos saber qué es! ¿ves¿ ya nos has metido el gusanillo dentro. Un abrazo Mirella.
ResponderEliminarMe alegra haber despertado tu curiosidad, Jorge. Tenías varias ideas al respecto que no sé si desarrollaré, por lo menos no a fondo, un poco porque concuerdo con lo que dijo Norte. En un blog es difícil seguir la trama como si uno leyera un libro: no hay suficiente tiempo, hay que leer a otros, comentar y se hace complicada la relectura.
EliminarEn cuanto al personaje, Piera me gusta y fundamentalmente porque reapareció después de un largo período de sequía de ideas. Claro que idealiza a Elio, lo conoció muy poco cuando era muy niña y unos años de su adolescencia. Pero es el miembro de la familia que más le demostró afecto.
Estoy muy agradecida por el interesante comentario y también por seguir leyendo este viaje al pasado que intenta hacer Piera.
Un gran abrazo.
En este tramo de la historia que se me antoja el más intimista de todos, aparece Mica, ese personaje lateral que apenas había sido mencionado y, que resulta el nudo de la discordia entre hermanos. Piera escribe (y escribe muy bien, aunque ella no piense lo mismo) contándose a sí misma. Intenta armar el rompecabezas de su pasado “pintando palabras” sobre la hoja, pero se cansa, y por fin dibuja, con naturalidad a esas dos mujeres, esas dos formas de dolor.
ResponderEliminarEs un placer leerte, como siempre, Mirella, y disfrutar de tus frases tan minuciosamente elaboradas. Tengo la sensación de que los pensamientos de Piera se pueden tocar si uno acerca las yemas de los dedos a la pantalla.
Un abrazo.
Ariel
Es más intimista porque ahora están todos los personajes presentados, necesita menos explicaciones y también por estar en primera persona.
EliminarEl secreto de Elio está develado aunque él sigue sin aparecer y Mica es solo una hoja seca que cayó del arbol y que el viento barrerá.
Muchas gracias, Ariel, tus comentarios siempre son interesantes, igual que tu mirada.
Ya compré tu libro, se lo encargué a una amiga porque no anduve bien, lo tiene ella, lo estaba leyendo y todavía no nos vimos. En cuanto me lo traiga y lo lea te digo mis impresiones.
Gracias y un fuerte abrazo.
No sabés qué alegría que me da saber que compraste el libro. Es un verdadero honor, en serio te lo digo. Y por supuesto, me va a encantar tener, nada menos, que una devolución tuya. ¡Un abrazo querida Mirella!
EliminarCon esta amiga no estamos coincidiendo con los horarios para encontrarnos y que me dé el libro, pero en cuanto lo tenga y lo lea, será un gusto darte mi modesta opinión.
Eliminar¡Buena semana, Ariel!
No es que no me convenza seguir escribiendo la historia, se me ocurre que no es para un blog porque se está alargando demasiado y no sé si muchos podrán seguirla debido a la continuidad de la trama.
ResponderEliminarNunca podría escribir por compromiso y estoy bastante enganchada con Piera... prefiero que sea por muerte natural aunque me queden dos o tres lectores. ¡Te cuento entre ellos, Julio!
Muchas gracias y abrazos.
Aunque parezca débil y depresiva, Piera resultó ser bastante valiente. Hay que decidirse a encarar así, de una. Aunque no funcione, lo que vale es el intento.
ResponderEliminarSaludos.
Piera representa un poco la fuerza de la fragilidad y con momentos de rebeldía. Se está formando a ella misma, como puede.
EliminarGracias por tu presencia y por leer lo ya publicado.
Un abrazo, Raúl.
Es un placer leerte, Mirella y disfrutar de tu rico y poético vocabulario: craqueló, caligrama..., de tu depurado estilo.
ResponderEliminarMe ha encantado y se me ha quedado prendida esa imagen con la que cierras el relato. Es de un impacto que te sobrecoge.
La historia me gustaría leerla de seguido. Hoy me he perdido un poco, pero con la ficha de los personajes principales y leer unas cuantas entradas desde atrás para ponerme al día, todo resuelto.
Te admiro, Mirella. Admiro esta escritura tuya que toca el cielo.
Muy agradecida por tus palabras, María Pilar y me alegra enormemente que te hayan dado ganas de seguir la historia.
EliminarDe a poco te pondrás al día, publico una entrada por semana.
Un gran abrazo, guapa.
Empiezo a dudar si esto será bueno para ella, no sé, este capítulo me deja una sensación de incertidumbre, y creo que cuando sepa la verdad, será demasiado hiriente para ella.
ResponderEliminarSigo, como Piera necesito saber más.
Besos.
Recién hoy leo este comentario, no me llegó la notificación.
EliminarTodo mi agradecimiento, por tu lectura, Irene.
Un gran abrazo.