Algo sagrado
habrás querido legarme. Seguramente, si fue así, no pude captarlo del
todo. Casi no existían lazos afines que nos unieran. Los sanguíneos —la vida me
lo ha demostrado—, no alcanzan.
Para vos eran
sagradas cuestiones que no tenían repercusión en mí: la obediencia más absoluta
hasta el sometimiento, guardar las apariencias.
Tal vez en la
importancia de la casa, del hogar, en eso coincidimos. En mantenerlo limpio,
ordenado, en sentir que ese espacio es nuestro amparo. Claramente, yo lo
experimenté mucho después, porque el hogar primigenio no brindaba calor,
libertad ni comprensión y menos el cobijo emocional que necesité en la infancia.
Estaba hecho con
paredes de nieves eternas que no daban reparo a los sueños, los congelaban. Sin
embargo, en ese interior levanté el andamiaje necesario para construir mi
propia casa. Un mundo dentro de otro mundo, una serie de matrioskas que
albergaban otras en su interior, los escondites perfectos según fueran las
circunstancias externas: cuanto más destempladas, más adentro me instalaba.
Es probable que
haya sabido hacer ese hogar porque vos me enseñaste a colocar los ladrillos, a
levantar los muros.
Mirella S. -Julio 2016-
Ilustración de Martina Troise
A veces pienso que cuando en la niñez uno no encuentra el calor y el amor que necesita en su casa , se escapa soñando. Quizá ese sufrimiento del alma sea buen caldo de cultivo para desarrollar la imaginación, y la sensibilidad en algunos casos. También se da lo contrario y hasta salen monstruos.
ResponderEliminarBesos, Mirella.
Se dan los dos extremos y los dos sufren.
EliminarA veces la imaginación y la sensibilidad te sacan de este mundo por un rato, pero ineludiblemente hay que volver y el encuentro con la realidad es duro.
Gracias, Celia, abrazote.
Bueno querida Mirella, esto es grandioso. Pequeño pero contundente. Sabrás que me identifico en muchas líneas. Es tan íntimo pero me lo apropio. A veces uno aprende a construir paredes que luego no se caen con nada.
ResponderEliminarTe abrazo muy fuerte.
Beeeeesos.
Imagino que te identificás, formamos parte del mismo rebaño...
EliminarBeeeeesos, querido Gildo y gracias.
I love this sketch.
ResponderEliminarIt's lovely, yes. Thanks for the visit.
EliminarKisses, Rick.
Tu cuento habla de niñez fría de cariños, de obediencia, ajena a la alegría de la libre expresión, todo por el orden, el orden es fascista, no admite juegos, pobre niño!!
ResponderEliminarBesote, Mirel!!
No creo que el orden per se sea fascista, el orden se necesita mientras no sea arbitrario y dictatorial. El niño precisa límites, así como amor.
EliminarGracias, Edu, con un abrazote.
Como un cuento, como son los cuentos, personajes fuera de lugar, castigos y aventuras, disciplina que forma el carácter, guía de modos y respetos. Al final si sale bien los educadores han sido fantásticos y si se tuerce es que el niño no tenia posibilidades. Un abrazo grande
ResponderEliminarY también como en la vida. Hay hogares fríos, donde el énfasis está puesto en una disciplina desprovista de toda ternura o afecto y más parecida a las órdenes dadas en un cuartel. Eso deja marcas, el mundo puede volverse un lugar inhóspito y entonces queda el recurso de las Matrioskas.
EliminarUn gran abrazo, Ester.
La niñez es el comienzo de la vida, sino tiene amor, no deja huérfanos. Por eso hay que levantar barreras, hacerse un mundo propio, exiten tantas formas para alejarnos de una realidad que nos duele; libros, pintura, escribir, siempre encontramos la matrioska que nos viene bien.
ResponderEliminarmariarosa
Bien captado, Mariarosa. Los primeros años son decisivos, la reacción al poco cariño y a las muchas obligaciones se expresará en la adultez según el carácter del niño y como enfoque esas carencias.
EliminarMuchas gracias y besos.
O sea la casita que construyo dentro de la casa, ella se copió e hizo lo mismo y ahora ninguno de los dos saben como salir de ellas y chau convivencia. Creo que a mi me paso lo mismo.
ResponderEliminarNo sé si quedó claro en el texto, Chaly, pero yo me refería a la relación que tenía la protagonista con la madre.
EliminarBesos.
La infancia marca de por vida.
ResponderEliminarEsa socialización primaria nos predetermina para todos nuestros futuros.
Besos.
Cuando la mayor parte de la comunicación se basa en marcar los errores y enumerar las reglas a seguir, lo más conveniente es construir un mundo propio con las cosas que hacen bien.
EliminarGracias, Torito, con un abrazote.
Las vivencias de nuestra niñez son los simiendo de nuestra vida por completo, es la Matrioska mayor, la de más poder e inventica, despues nos vamos haciendo mas pequeños y nos vamos encasillando en nuestro mundo de confort.
ResponderEliminarHermoso relato Mirella.
Besos!!
Tal cual lo dijiste, Nieves. Aunque salgamos al mundo de afuera siempre habrá un momento en que sintamos ganas de regresar a ese otro íntimo, propio.
EliminarBesotes y gracias.
Uno construye a partir de sus vivencias y dependiendo de la voluntad emocional con la que afronta eso vivido. En este caso se rescató lo bueno y salió adelante. Es un buen mensaje.
ResponderEliminarSaludos.
Es el mensaje de alguien que quedó preso, detrás de esos muros de Matrioskas, pero si vos lo sentiste positivo está bien, porque una vez que publicamos algo ya no nos pertenece, es del lector.
EliminarGracias, Raúl.
Un abrazo.
Esos pilares básicos que nos forjan y nos tambalean o nos hacen más fuertes...
ResponderEliminarUna escritura universal, la tuya. Difícil no sentirnos de alguna identificados con ella.
Y tú lo logras casi siempre. Es un don; contigo las palabras vuelan como pájaros en aleteos mágicos.
Besos, Bella Dama.
Gracias, Zarcita linda, escribí muy poco este año, lo que salió no me dejó demasiado conforme. Me está pasando algo muy raro: postergo y postergo el momento de escribir, de modo que la idea que había aparecido se diluye poco a poco y deja de interesarme. Ya vendrán tiempos mejores.
EliminarUn enorme abrazo.
Es un texto muy bueno, Mirella. Te hace pensar y darte cuenta de que siempre hay un momento para construir algo bueno, a pesar de que la infancia haya sido nefasta.
ResponderEliminarMe encantó
Besos
Ana
Gracias, Ana, bienvenida a este espacio, en los últimos tiempos lo he descuidado bastante... es un período de sequía literaria.
EliminarMe da gusto saber que te fuiste conforme.
Besos.
Tal vez por eso me gusta volar , soñar y sentir(me)
ResponderEliminarno es lo mismo la disciplina que la frialdad en la educación
en marcar límites , y ensalzar las cualidades
Suelo escribir en la cocina tal vez esa es mi estancia preferida, el calor de mi hogar donde me siento más libre donde solo entran los que quiero , aprecio y están conmigo siempre
Tal vez divagué, o hice propio tu texto.. tal vez un día me compre esas matrioskas me tanto me gustan y siempre pospongo porque lo genuino se debe de adquirir en su lugar de origen
eaaa me fuí del texto perooooooooooooooooooooo.............. es que leerte es tan hermoso que mi imaginación vuela y mi corazón te abraza
Es agradable que tu imaginación vuele y en el "divague" van saliendo pequeños detalles personales que hacen que nos vayamos conociendo.
EliminarTambién en el divague te cuento que a mí me gusta mucho escribir en un bar, delante de un café, en un cuaderno y con bolígrafo. Ahora estoy escribiendo muy poco y en casa, por motivos de salud.
Gracias por pasar, María. Te dejo un fuerte abrazote.
Me hiciste remontar a muchos años atrás. En mi casa en Cuba había una colección de estas distinguidas figuras que ibas metiendo una dentro de la otra... eramos colonia de los rusos.
ResponderEliminarel texto impecable, así como esa inmensa nostalgia queme hizo sentir.
Abrazos desde muy lejos.
Carlos alberto
Cuánto tiempo, Carlos, espero que tus cosas estén bien.
EliminarMuchas gracias por la visita y esa nostalgia por la patria es inevitable.
Un gran abrazo.
Mirella, gracias por tu presencia y apoyo para mi hija en el blog de Eva.
ResponderEliminarSaludos y lindo domingo
Ni lo menciones, Mayra. Sé lo que es estar enfermo y comprendo la angustia de una madre. Te deseo que tu hija se recupere y toda la fuerza para que ocurra pronto.
EliminarMucho aché.
Yo creo que desde muy chiquita ya tenías habilidad de inventar mundos internos para evadirte, sólo era cuestión de tiempo que esa nena sacara a la luz todo ese potencial de escritora mata. La creatividad, en la mayoría de casos, crece en los individuos como medio de salvación sea cual fuere el proceso que nos agobia. Todo buen escritor es también un buen escapista de la realidad, porque como ya sabes, supera con creces la ficción.
ResponderEliminarGusto en visitarte, Mirella.
Abrazo.
Esos mundos inventados me salvaron y me perdieron. Volver al mundo real fue, es y será muy difícil.
EliminarEl gusto ha sido mío, Jonh, de recibir tu visita, tus palabras afectuosas y comprensivas.
Un abrazo, Cuba.
Qué belleza de relato. Y que precisa imagen la de las matrioskas para expresar esos pequeños mundos que creamos para protegernos de los alfileres que a veces nos rodean. Estremecedor y hermoso. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Andoni, bienvenido a este espacio. Lo de las matrioskas se me ocurrió porque vi la imagen y me pareció apropiada para explicar lo que quería contar.
EliminarMuchos saludos.