Bailo. A mis espaldas la sombra me acompaña bajo un sol
desaforado.
La música tañe su ritmo, impregna la atmósfera oleosa y gotas saladas se
escurren por mi piel. La sombra, en cambio, está seca y danza conmigo, ensayando
movimientos sigilosos de marioneta.
Bailo con los pies descalzos que azotan el suelo y buscan el frescor de las
baldosas. Ella se me arrima, copia la coreografía que improviso. Quiero que se
vaya, pero medra con el sol que declina, se estira y me precede, en el deseo de
liderar el baile.
Levanto un pie y la aplasto con fuerza, aprovechando el tam-tam de un
tamboril candombero. Cuando intento despegar el talón del piso, no puedo: dedos
largos, penumbrosos, trepan por mi empeine.
Con el pie libre procuro soltarme. Sin embargo, ella ha desarrollado
rizomas que, como grilletes, me sujetan los tobillos.
Debo balancearme según
sus designios, me dirige, zarandea. En la música que enlentece, soy tan sombra
como ella.
© Mirella S. — 2014 —
Una sombra misteriosa y un relato que mete miedo. Muy buena narración.
ResponderEliminarEstimada Mirella, que descanses y no te olvides de nosotros, que lo pases bien y regresa.
mariarosa
Cómo me voy a olvidar de ustedes que me acompañan desde hace tanto.
EliminarLos seguiré visitando, un poco menos, específicamente a los que publican a diario.
Lo peor (o lo mejor, no sé) es que no voy a descansar sino a tratar de concentrarme y escribir algo potable.
Un gran abrazo, Mariarosa.
la sombra propia es fiel y nos acompaña siempre
ResponderEliminarlas sombras de otros ... a esas hay que vigilarlas jajaja
abrazos energéticos y acá estaremos al agüaite como dicen los viejos del campo
:D
Cuántas sombras pasan por nuestras vidas, Elisa, la nuestra externa nos sigue fielmente cuando hay sol... pero también tenemos las internas.
EliminarTe seguiré leyendo, dentro de mis posibilidades, porque publicás muchísimo.
Un beso grande y gracias por estar siempre.
gracias Mirella, muchos de os textos son de los antiguos blogs ya antes publicados , pero me gusta rescatarlos de los pixeles pasados, por eso se ven que son muchos ( en realidad son muchos jajajaj), besitos y ánimos pa'la semana
EliminarSon muchísimos, Elisa ¿tenés conciencia de cuánto publicás?
EliminarBesos, gracias, igualmente para vos.
Vamos y venimos.
ResponderEliminarComo si bailáramos.
Un beso!
Así es, Dana, el paso constante hay momentos en que no se puede mantener. Entonces lo mejor es bailar suelto. Sobre todo cuando hay síndrome de hoja en blanco.
EliminarAbrazote.
Las sombras están siempre dispuestas, animadas e incansables.
ResponderEliminarSombra hermana y ágil como su real dueña.
Giro, saludo y aplausos Mirella!!!
:)
Mil gracias, Nieves, por tu presencia tan estable. Me alegra mucho haberte conocido.
EliminarY nos seguiremos encontrando, con o sin sombras.
Abrazo enorme, linda.
Todos hemos jugado con nuestra sombra, lo difícil es ganarle. Cuando vuelvas estaremos esperándote con los brazos abiertos, solo espero que los motivos sean buenos. Un cesto de abrazos para que te duren
ResponderEliminarMuchas gracias, Ester, por pasar y leerme siempre. Los motivos son sencillos: no tengo ganas de escribir o no tengo nada decir en estos momentos, lo cual es grave para mí, porque hace mucho que no me pasa durante tanto tiempo.
EliminarGracias por el cesto, seguro que los abrazos me durarán, tampoco pienso desaparecer de los blogs amigos.
Besazos, guapa.
Las danzas siempre me parecieron misteriosas y, ahora que la describes a dúo con la sombra el misterio adquiere certeza. Muy logrado el poema!!
ResponderEliminar¿Por qué siempre nos castigas con que vas a dejar de publicar por un tiempo? NO SE SOPORTA ESA AUSENCIA!! Otra cosa: ¿La bailarina de la foto sos vos?
Una reverencia y una sacada de sombrero, Mirella!!
El castigo es mío, Eduado, el castigo de no poder escribir. Estoy vacía como un limón exprimido, del que no sacás ni una gotita.
EliminarPor eso voy a entrar en un período de introspección, porque la el mundo blogger absorbe demasiado tiempo y energía. Además en el nido queda bastante material para leer, anterior a tu aparición por estos lados.
No soy la bailarina de la foto, hacés cada pregunta...
Abrazo.
La sombra suele ser el símbolo del otro lado, sea lo que sea éste, de aquéllo que simplemente no podemos abandonar, de la parte oscura o, al menos, no alumbrada por la luz, de lo inefable y misterioso en nosotros. Son símbolos y la sombra es una sombra. Pero hasta de las sombras se puede aprender. Lo difícil es no aprender, no en vano nadie puede desembarazarse de su sombra... Quizás es demasiado para las tinieblas, pero pese a ser un amante de la éticca, empiezo a pensar que el bien y el mal son sólo palabras. Lo cual lo cambia todo y a la vez no cambia nada, porque amo la ética. Bueno, que se me va la cabeza con muy poquito. Te deseo un descanso/trabajo fructífero. A veces viene bien un paréntesis y desde luego siempre es recomendable que te detengas cuando sientas que debes hacerlo. Si apareces con más relatos, aquí estaré para leerlos.
ResponderEliminar¡Un abrazote! ^_^
La simbología de la sombra puede ser muy jugosa: lo que no queremos ver de nosotros mismos, nuestras partes oscuras, que cuando el sol de la conciencia las ilumina, se nos muestran delante nuestro y las pisamos, en un intento de taparlas.
EliminarMe gustan las sombras, realzan la luz. Somos un claroscuro permanente.
Estoy muy poco productiva y lo que más me aflige es que no tengo ganas de escribir, las ideas que me surgen las encuentro sosas. No quiero publicar por publicar y lo que escribí últimamente no termina de convencerme.
Te dejo un abrazo enorme y gracias por pasar siempre.
Y hasta que nos convertimos en esclavos de nuestra sombra... Un abrazo.
ResponderEliminarEntonces ella actúa desde sus oscuridades.
EliminarGracias, Darío, un abrazote.
Baila....y en un traspiés, vuelve
ResponderEliminarBesos
Cuando haya un poco más de luz, seguro que estaré de vuelta.
EliminarBesos, Oscar.
Vaya, habrá que bailar de día y cuando esté nublado.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Siempre con tus comentarios chispeantes, Amando... jajaja.
EliminarUn beso grande.
Peter Pan sabría muy bien de lo que habla tu texto..
ResponderEliminarBello, como todo lo que escribís, Mirella.
Tomate el tiempo que sea, siempre que vuelvas voy a estar para leer y comentar.
Saludos.
Gracias, Raúl, claro que voy a volver, cada tanto necesito desenchufarme para renovar ideas y no estar tan pendiente del blog, que absorbe mucho tiempo.
EliminarUn abrazo.
ELLA ES PARTE DE NUESTRO ABSTRACTO Y EXISTE...! FULLL TEMA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
La sombra, en el suelo, contra una pared, es un reflejo nuestro.
EliminarGracias, Adolfo y un abrazo.
Un bolero: Sombras
ResponderEliminarBesos
Sombras nada más
Eliminaracariciando mis manos,
sombras nada más
en el temblor de mi voz...
Besos, Chaly.
Sombras, miedos...
ResponderEliminarQue sublime metáfora. Porque, era una metafora, verdad?
Me gusa la delicadeza con la que te expresas .
Todo es una gran metáfora, especialmente en literartura.
EliminarMe alegro mucho que te animaras, bienvenida y gracias por el comentario.
Un besote.
Otra gran historia tuya...y van?...sos buena, de verdad! Te esperamos, cuando gustes...estarás descansando un poco, no?! Gran abrazo, Mirella, que disfrutes de este "lapsus".
ResponderEliminarPublicados en el blog tengo algo más de 130 relatos... escritos, perdí la cuenta. No voy a descansar, sigo con mis actividades y trato de sacar el tiempo que le dedico al blog para concentrarme en la escritura. Hay bastante escasez de ideas.
EliminarUn beso grandote, Patzy.
Inquietante y hermoso como se espera de ti. No te nos pierdas y vuelve pronto.
ResponderEliminarAbrazolarguísimo.
Cuando menos te lo esperes estaré de vuelta, Soco, y gracias por tu calidez.
EliminarBesazo de agosto porteño.
La sombra como parte oscura es una gran creación literaria. Descansa si te sientes con deseos de hacerlo pero ... VUELVE, POR FAVOR.
ResponderEliminarSí, Angelines, la de la sombra es una gran metáfora. Claro que volveré, los voy a extrañar, pero también quiero tener un tiempo para mí. Igualmente te haré algunas visitas.
EliminarAbrazo, guapa.
No eres sombra Mire, eres luz.
ResponderEliminarPequeño pero lindo. Bailar con uno mismo, disfrutando el ritmo que te lleva. Un placer solitario. Bailar sin pensar si bailas bien o mal, es un gran placer.
Te abrazo.
Uy, Gildo, que lindo cumplido, gracias. Bailar a solas es muy placentero, inmersa en el ritmo y sintiendo el cuerpo libre, sin inhibiciones. Solía hacerlo en mi juventud y es una buena terapia.
EliminarTambién te abrazo, amigo.
Somos una/uno y somos, también, ninguna/ninguno...
ResponderEliminarSuerte
J.
Así es, José, me dejaste una reflexión muy existencial.
EliminarGracias por pasar.
Saludos.
YA REGRESANDO DE VIAJE Y LISTO PARA LEERTE.
ResponderEliminarSALUDOS
CARLOS
Espero que lo hayas pasado muy bien y estés descansado.
EliminarVas a tener que esperar un poco para leer cosas nuevas, estoy en un impasse.
Abrazos, Carlos.
Ya por aquí leyendo en detalle... este relato está de miedo. Me ha gustado mucho Mirella. Cada letra y palabras puestas donde van.
EliminarSoy tu fan.
Carlos con besos
Mi padre le decía a mi madre, que era muy miedosa: hasta te asustás de tu propia sombra... Que no te ocurra a vos, Carlos, con este relato. Es sólo una sombra.
EliminarGracias por pasar.
Un abrazo.
Pues este relato me parece espléndido.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por la visita y me alegra que disfrutaras del texto.
Eliminar¿Dónde quedó la Amapola... ahora sos sólo Azzul?
Besos.
Entiendo que busques descansar, especialmente cuando la sombra te intenta subyugar.
ResponderEliminarJamás permitas algo así, y no lo digo en plan control freak, sino porque a veces en lo que escribimos no podemos evitar que se asomen nuestras angustias. Todo parte del proceso creativo. Pero en ésta dominaste a la sombra.
Besos y que recargues y aportes más obras de Mirella. Siempre excelentes.
La sombra del cansancio me ha alcanzado, Carlos, por eso hago un alto. Hace muchos años que no tomo vacaciones y necesito desconectarme un poco de la red.
EliminarGracias por la visita y por la sugerencia, que aprecio, el mes próximo estaré de regreso con historias nuevas y algunas viejas.
Un abrazo.
Fascinante, Mirella. Ese giro del final, donde la protagonista se cela de su sombra y esta se venga, ideal.
ResponderEliminarMe encantó.
¡Saludos!
Un final con el que di después de probar unos cuantos fallidos.
EliminarGracias siempre, Juanito, por pasar.
Muchos saludos.
mil gracias por tus huellas
ResponderEliminarten una semana preciosa
acá salió el sol, después de mucha nube, temblor y lluvia y fríoooo
abrazos colorinches
Ayer fue un día de terror, viento huracanado, lluvia y fue el día más frío del invierno.
EliminarEspero que hoy haya algún rayito de sol.
Besos, Elisa.
La sombra, nuestra gran aliada !!!
ResponderEliminarDisfruta Mirella descansa cuanto puedas.
Un gran abrazo
No siempre está de nuestra parte, a veces hay que saber negociar con ella.
EliminarUn gran abrazo, Esme, gracias por acercarte.
Creo que bailé con ella, con todas ellas... que logré bailarles un tango y sin pisarles los pies.
ResponderEliminarP.S. me pareció ya haberte comentado aquí, pero lo vuelvo hacer, esperando tus textos y saboreando tu regreso.
Espero que todo vaya bien.
Besos, bella dama.
Y que tampoco cualquier sombra te los pise... gracias, linda Zarza, por pasar.
EliminarTodo está bien, con las complicaciones irremediables que debemos enfrentar en un país cuyo gobierno enloquece día a día.
Falta poco para mi regreso, lo haré la semana próxima...
Besototes.