Nuestros pies socavan el polvo, tan fino y sutil como la harina que usaba la
abuela para los bizcochuelos. Debo haberlo dicho en voz alta porque alguien del
grupo rezonga: estamos jodidos y a Ana se
le ocurre hablar de abuelas y tortas.
Somos una fila que camina por un paisaje lunar diseñado por Ballard para
algún relato que olvidó escribir. Creo que esta geografía surrealista, en la
que reina la nada, es inimaginable.
No entendemos porqué eligieron semejante lugar cuando nos bajaron de los
helicópteros. Vamos hacia el puesto de avanzada, somos el relevo, tal vez de
unos cuantos muertos.
Al fondo de este campo de maicena titila el lucero matutino. Con la
luminosidad del topacio toma el ropaje de distintos dioses paganos, a quienes se
les atribuye benevolencia o cualidades maléficas. También es el mensajero
celestial, el Ungido, o el mismo Lucifer. Oscilamos en nuestras convicciones, sin
llegar nunca a un equilibrio dinámico.
El polvo nos cubre los borceguíes y dejamos un rastro amargo a nuestras
espaldas. Huellas de los que quieren creer que hacen algo por el mundo y somos sólo
unos pendejos con el culo fruncido y los ojos inciertos, como este amanecer.
Calculo los miles de panes, de alfajores y masas que se podrían preparar con
tanta harina. El panettone de la nonna Giulia era una exquisitez. Acolchado
con pasas de uva y nueces, trocitos de fruta abrillantada, piñones y almendras
o escamas de chocolate. Lo hubiera comido crudo, mientras leudaba cubierto con
un paño blanco. Después, desde el horno, nos enviaba la bendición del aroma.
El sargento hace señas para que nos apuremos y estemos alerta. De uno en
uno las replicamos con la mímica espasmódica de un lenguaje olvidado. La línea que separa el cielo y la tierra parece inalcanzable, trabajosamente resaltada por la inminencia del alba. Encorvada bajo la mochila me cuesta mirar
el cielo. Es una hora especial, cuando la noche y el día se abrazan y se relevan,
como nosotros.
Tengo que apoderarme de este momento, después ya no habrá tiempo. Me
enderezo y miro el techo del mundo con la pretensión de guardar en mis ojos un
pedazo de infinito. Apenas unos segundos que se trizan con el estallido.
Un globo rojo invade la línea del horizonte, como si el sol hubiese
decidido apresurar su ascenso. El sargento grita que nos cubramos, pero la voz se distorsiona en ecos, las palabras
caen como cadáveres de cuervos en el felpudo blanco que estamos hollando. Corremos
como borrachos por la fécula manchada.
Hacia ninguna parte.
© Mirella S. - 2013 -
Foto de Mirella S. de la serie "Soldaditos de plomo"
Precioso relato
ResponderEliminarGracias Angel por pasar y bienvenido.
EliminarSaludos.
La destrucción que nos caracteriza.
ResponderEliminarSomos la especie más sanguinaria del planeta.
Buen relato de un momento final.
El hombre es el peor enemigo del hombre, repetía siempre mi padre, que estuvo en la guerra y vio el horror.
EliminarGracias Xavi, por acercarte al casi fin del mundo.
Besos.
Holis Mirella.
ResponderEliminarEl relato me gustó. Está equilibrado y mantiene bien los dos climas: el del interior de la protagonista que va narrando y el exterior por el que el grupo camina. Creo que los integraste muy bien en el mismo discurso y se mantiene tanto la objetividad como la emocionalidad en un buen equilibrio.
Las fotografías me encantaron. Le van perfectas a lo que escribiste, así que todo es una hermosa conjunción de dos artes.
Besoooooooooootes
¡Hola Luz! Una alegría tener un comentario tuyo y además tan bueno.
EliminarGracias y un abrazote.
Esperemos q vayamos a algún lado
ResponderEliminarHacia algún lado estamos yendo, dudo de que sea hacia el justo.
EliminarSaludos, profe.
Cuando me comentaste el tema de publicar tus fotos, estaba segura que iban a ser fuente de inspiración! Excelente idea...las imágenes comunican muchísimos mensajes, y alguien con tu talento de escritora, sólo tiene que recoger uno de ellos y darle vuelo, y sorprendernos. Sei bravissima! Abbraccio.
ResponderEliminarSon fotos viejas, reflejan una etapa en la que escribía con imágenes, porque las palabras habían enmudecido.
EliminarLas que me quedaron las voy a subir al blog. Como los cuentos infantiles y las ilustraciones pasaron por tantos inconvenientes cuando los quise mostrar, que decidí guardarlos en un cajón.
Ahora tengo la oportunidad de compartirlas en este espacio.
Gracias, Patzy por la calidez de tus comentarios.
Abbraccio ricambiato.
"La causa justa, toda causa justa, se convierte en injusta en el momento en que la llevamos hasta sus últimas consecuencias." Citas por allá arriba.
ResponderEliminarPor lo menos fue justo que guarde unos segundos esa imagen.
Beso
En circunstancias terribles, en las que no sabemos como vamos a terminar, cada uno busca su pedacito de salvación, aunque dure unos segundos.
EliminarGracias Dana, un abrazo.
Un relato que si te soy sincera me costó entender, el ser humano a veces toma caminos que pueden ser equivocados pero el tiempo es el que delata si fue el correcto o no.
ResponderEliminarHe tenido que releerlo varias veces, pero eso no quiere decir que no me gustara, me gustó mucho y por eso he intentado comprenderlo.
Besos Mirella :)
Ana es soldado y va con su grupo a relevar a otro. Y mientras camina piensa todas esas cosas, de un modo confuso, que es como uno piensa, más si está en una situación de guerra.
EliminarNo es un relato claro, no doy informaciones, apenas las necesarias. Puede ser en cualquier guerra, hubo y hay tantas y ocurre en cualquier lugar del planeta.
Gracias, Nieves, por tu interés en comprenderlo. Yo creo que sí lo entendiste.
Un abrazo grandote.
GRACIAS !!!!
Eliminar:)
Prefiero pensar que esas pisadas son de alguien que me está llevando en alzas en mis momentos difíciles. Besos.
ResponderEliminarLo bueno del lector es que puede representarse todas las cosas que quiera. Una vez escrito el texto ya no me pertenece, es de quien lo lee.
EliminarGracias Norma, tu hermosa sonrisa siempre ilumina.
Besos.
ese es el pan de cada día
ResponderEliminary lo amasamos inmisericorde
abrazos y feliz semana
Un pan amargo, Elisa, y ni nos damos cuenta del sabor...
EliminarBesos y buena semana.
El resto de animales son -que sepamos- amorales: no se puede hablar de un tiburón asesino o de una cobra cruel sin añadir algo ajeno a la neutralidad de la naturaleza. El hombre en cambio se ve oblugado por la moral aunque sea ésta maleable. El hombre puede ser inmoral y puede organizarse para serlo. En la violencia se pierde. El llamado verdugo también es víctima, sólo que más ciega.
ResponderEliminar¡Un abrazo! ^_^
Los inmorales son muy organizados para serlo. Matar para los animales es pura supervivencia; en cambio los humanos crearon una industria para matar y los motivos son cada vez más lejanos a la búsqueda de la libertad o de la dignidad como pueblo.
EliminarGracias Jorge, otro abrazo.
:D
Muy buen texto, Mirella! Me gustó mucho esa idea de desierto o paisaje lunar, que bien podría ser cualquier punto del planeta, pues parece que estamos ahciendo las cosas tan mal, que ya no queda sitio donde no se combata en nombre de???? En nombre de la avaricia y la pseudo moral de ciertos grupos minoritarios que nunca se exponen. Total ahí está la carne de cañón joven para entregar. Un relato de a ratos intimista que se ensambla muy bien con el desastre exterior. Un abrazo, mi amiga!
ResponderEliminarSe combate en nombre de los intereses de un grupo ávido de poder o de fanatismo. A esta altura creo que es mejor decir "fanatismo del poder".
EliminarCuando pienso en las fortunas gastadas en material bélico y hay pueblos que no tienen agua ni comida, me gustaría irme a alguno de los otros mundos posibles.
A pesar del tema duro, me alegra que te gustara como lo planteé.
Otro abrazo grande para vos también.
Vaya, habéis alcanzado el infinito. Ya sois almendras o nueces para el panettone de todas las abuelas...
ResponderEliminarAbrazos, siempre
En los momentos peores se recuerdan las cosas simples o se mira el cielo ¿no?
EliminarAbrazo.
Real como la guerra misma, como el desastre mismo de un mundo en derrumbe.
ResponderEliminarPrecioso como lo narras, a mi humilde entender.
Abrazo y pan dulce
Un mundo que todavía no ha encontrado su rumbo como humanidad. A los que detentan el poder tampoco les interesa buscarlo.
EliminarMil gracias por la visita, con unas ricas mediaslunas.
Besos, Soco.
Todas las guerras son santas. No encontraréis un combatiente que no crea tener el cielo de su parte.
ResponderEliminarSe volete mangiare pane, non stare seduta sul forno...
Ese refrán no lo conocía, Lucre. El que combate lo hace por una causa que le vendieron los que se quedan apoltronados detrás de escritorios, y cuyo cielo es la ambición de poder.
EliminarTi ringrazio per il commento.
Bacioni
Una ceguera enfermiza y voluntaria nos lleva al abismo. Un abrazo.
ResponderEliminarTodos, de alguna manera, somos soldaditos de plomo de causas perdidas.
EliminarOtro abrazo.
Crudo relato donde el protagonista, infiero, busca en sus recuerdos más íntimos salir (aunque sea en viaje mental) del infierno que está viviendo. Con un final apocalíptico ideal, que te hace vibrar con su llegada.
ResponderEliminarGenial, Mirella.
¡Saludos!
Juanito, tiendo a ser una persona positiva, que le busca un sentido a las cosas, pero en estos últimos tiempos cada vez me cuesta más encontrárselo.
EliminarTe mando un beso y gracias por leer.
"Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit."
ResponderEliminar("Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro").
Esta frase que, como comentás más arriba, parafraseaba tu padre, Mire, fue popularizada por Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII. Hobbes da por sentado el egoísmo en el comportamiento humano, aunque la sociedad intenta corregirlo a través de la convivencia. Se suele citar cuando se hace referencia a los horrores de los que es capaz la humanidad para consigo misma, y vos en tu relato das cuenta del gran horror de la guerra.
A mí me espanta la guerra, pero algo de verdad hay en la afirmación de Hobbs, evidentemente, porque no evolucionamos de eso, no sólo entre naciones y religiones, sino además entre personas y grupos dentro de la sociedad misma, en el barrio, en el colegio, en el trabajo, en los grupos de toda índole y hasta en las redes, lamentablemente.
A mí me da sosiego frente al espanto de nuestra propia humanidad, y de la mía en particular, leer a Jung y su concepto de la sombra. Copio y pego:
«La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y lo que, sin embargo, una y otra vez le fuerza, directa o indirectamente, así por ejemplo, rasgos de carácter de valor inferior y demás tendencias irreconciliables».
Jung enseña que la sombra nos habita a todos, que emerge, pero que desaparece con la luz. No es fácil encontrar la luz en tiempos oscuros, pero hay ciertos seres iluminados que pasaron por terribles desgracias, como Viktor Frankl, un psiquiatra austriaco de quien he leído varios libros, fundador de la Logoterapia y sobreviviente de varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. Esos seres arrojan luz sobre esa oscuridad que inevitablemente emerge desde nuestro interior y que con mucho amor y capacidad de perdón, logran superar una y otra vez.
Un beso.
Fer
Leí bastante a Jung e incluso tuve que hacer un trabajo sobre él cuando estudiaba astrología. También era astrólogo.
EliminarLa sombra no desaparece, son apectos nuestros que se deben hacer conscientes y eso es todo un trabajo a desarrollar a lo largo de la vida, porque somos reticentes a asumir nuestras oscuridades. Cuando Jung habla de la luz se refiere a la parte nuestra con la que nos identificamos, mientras que la sombra es lo que no queremos ver ni admitir que tenemos y opera en nuestro inconsciente.
Todos tenemos nuestros demonios, nuestro infierno particular y para sanearnos hay que meterse en las profundades y escarbar.
Para mí la guerra es terrible, mi padre era militar de carrera y todos sus hermanos también y vivieron sus horrores. Es un tema que está en mí y que traté de sacar a través de mis expresiones: la escritura, el dibujo y la fotografía.
Gracias Fer, un beso.
A vos gracias, gracias, Mire. Gracias por tolerar mi propia oscuridad!!!
EliminarBesos!
Angustioso relato en el que caminan paralelos vivencias añoradas y una dura realidad a la que se le augura un dramático desenlace.
ResponderEliminarY cuanta verdad hay en esa cita de Valery.
Un abrazo, Mirella
Qué gusto volver a tenerte por aquí, Victor.
EliminarLa cita de Valery me pareció muy adecuada para acompañar este texto, que tiene un contenido ciertamente duro.
Otro abrazo para vos.
Totalmente de acuerdo con Eva Lucía Armas, conseguiste un relato equilibrado, lleno de sugerencia, que no pierde de vista la poesía y vaticina un futuro cada vez más plausible.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Mirella, es muy original en su planteamiento y se agradece después de tanto tópico discursivo como una acaba leyendo.
Namasté.
Luz me hizo una devolución muy buena. De la parte teórica y de la construcción de un relato, sé muy poco, siempre me guío por lo intuitivo, que muchas veces falla sin un buen andamiaje.
EliminarMe pone muy contenta de que a vos también te haya gustado, ustedes son los que saben y tienen el ojo entrenado.
Gracias y un abracísimo, como siempre.
Me gusta más imaginar que esa huellas llevan a un lugar dónde a convivencia pueda ser pacífica, sin conflictos.
ResponderEliminarMe gusta esa foto que ilustra el relevo.
Unabrazo
Eso nos gustaría a todos los que amamos la paz. La realidad es otra.
EliminarMe alegro que te gustara la foto, voy a ir subiendo de a poco las que me quedaron y vos, como muy buena fotógrafa, me darás tu opinión.
Un besazo.
No soy un tipo que se vea afectado por las cosas feas que pasaron en el mundo, ni en mi país. Muchos dicen que no tengo sentimientos, pero mientras leía tu relato, me era inevitable no pensar en los pibes de Malvinas. Y no hablo desde el dolor, no sé como explicarlo. Hay mucha desesperanza en la historia, y llega al lector.
ResponderEliminarEs muy bueno tu relato.
Saludos.
No creo que no tengas sentimientos, a veces nos ponemos una coraza porque somos demasiado sensibles. Y si te llegó este pequeño relato, queda confirmado lo que te acabo de decir. Es el mejor elogio que se le puede hacer a alguien que escribe.
EliminarGracias por leerte todos los últimos post.
Abrazo.