Te sentís envejecida y
no es solamente cuestión de años. La vida te va diluyendo en matices
abstractos. Te empuja hacia adelante para terminar en el mismo punto de
partida: una noche de agosto que no querés recordar ni olvidar y que flota en
tu memoria como un cadáver hinchado en una ciénaga. Quedó a medio hundir, aún
asoma su putrefacción, siempre a medias, no se va y emerge cuando menos lo
esperás.
Leíste que la rabia es
un gran consuelo. Falso. Puede servir al principio, después, si se instala, te
carcome como una polilla angurrienta en un canibalismo espiritual improductivo.
Como si fuera poco,
ahora se le agrega lo físico, que encaraste con un tratamiento no tradicional
al que resultaste alérgica: una en un millón y te tocó a vos. Las inyecciones
en el abdomen embadurnan su palidez con ronchas enormes, que viran del rosa
oscuro al violáceo, duelen, pican e, impertinentes, se estiran por toda la
panza.
Tu destino sería la
cama, un sitio del cual escapás. Tus últimos escritos se refieren
exclusivamente a hechos tristes que ocurren en dormitorios. Por eso preferís
apoltronarte en el sofá, ubicado junto a la puerta ventana que da al balcón.
Desde allí observás la amplitud del cielo, sentada también alcanzás a ver el
fragmento del río que no ha sido ocultado por la proliferación descontrolada de
torres.
Te preguntás en qué
devino este blog que el mes próximo cumplirá tres años. De los relatos
iniciales no quedan rastros y cada vez más se asemeja a un diario ambiguo de
tus estados anímicos y corporales. Tenés la necesidad de compartir virtualmente
aquello que nadie sabe de vos en la realidad, salvo esa amiga de oro.
Qué pasó con la tana
reservadísima, de mirada intensa y sonrisa gentil, que ahora desviste sus emociones
en un striptease sin sentido, ni siquiera literario. Expone su miedo, la
incertidumbre, la decepción, la melancolía que la conduce de la mano y no la
abandona, el escepticismo que nunca experimentó y que ahora la envuelve en un
halo amargo. Quién es esta que aparece.
No podés escribir sobre
otra cosa y te estás planteando la posibilidad de no publicar más hasta que
salgas de esta jaula, encuentres temas que te saquen del ensimismamiento y que
tu ombligo enronchado deje de ser tu limitada visión del mundo. Hay demasiado
dolor afuera como para añadirle tus egoístas gotas de hiel.
A través del vidrio comprobás
que ha regresado una especie de golondrinas -de la que desconocés el nombre-, que
todos los años vienen para esta época. Son pequeñas, revoltosas e
incansablemente vuelan en círculos. ¡Ojalá logres escribir algo sobre ellas!
©
Mirella S. — 2015 —
Me has entristecido, entiendo porque todos hemos tenido cerca un dolor inexplicable, un ir y venir al hospital para nada, una medicación que no cura pero que levanta ampollas, una desazón enorme y sobre todo unas dudas y unos miedos que no pasan por la puerta. La vida puede ser un tallo de rosa pero si no vamos quitando poco a poco las espinas no podemos llegar al premio. Y es que todos tenemos dentro ese premio, todos tenemos una inteligencia, un don, un alma bella, unas capacidades, todos tenemos alguna y tu muchas, casi todas.
ResponderEliminarNo es consuelo saber de penas ajenas, ni siquiera de penas infantiles, pero es egoísmo cobijarse en las propias. Un abrazo y siento la regañina.
Ninguna regañina, Ester, lo tomé con la intención con que lo escribiste: el afecto. En la vida, desde muy chica, tuve poco apoyo y demasiadas exigencias y que alguien a quien no conozco personalmente se interese por mí, me lea siempre, me llena de alegría.
EliminarTodo mi agradecimiento, querida amiga virtual.
Abrazo fuerte.
Querida Mirella, escribir es curar, bien lo sabes tú y no siempre son dulces las medicinas. Dejar tus sentimientos como golondrinas que van y vienen es bueno para ti, no lo dudes y para mi, ten la seguridad de que lo que tú escribes me llega al corazón. Besicos.
ResponderEliminarTe agradezco profundamente que me sostengas con tus palabras en esta crisis que me toca vivir. Estoy hecha un desastre y mi cuerpo me está pasando la factura.
EliminarHe escrito bastante en este tiempo forzada al reposo, pero cosas muy tristes, que me daba pena publicar, por ustedes, lectores muy queridos. Pero si me aguantan, las iré subiendo de a poco, para no abrumar.
Un enorme abrazo, Angelines.
Mirella si escribes sobre ti ahora es porque lo necesitas.
ResponderEliminarYo llevo haciendo eso desde el principio.
No te cierres esta ventana, no te aísles, escribe sobre lo que sientes, lo que te pasa, lo que te de la gana.
A mí me gusta leer todo lo que escribes, creo que hasta si escribieras en chino me encantaría leerte.
Va bien vaciar tristezas y compartirlas. Doy fe de que esa es una buena terapia.
Ojalá pronto te pongas bien.
Besos guapísima.
Sí, Xavi, lo necesito. Trato de no ser melodramática, pero me sale la amargura a borbotones y no era así, por lo menos lo amargo y el dolor lo guardaba para mí y siempre buscaba la palabra positiva para alentar al afuera.
EliminarSos un lector de oro, siempre alentándome y presente, no sabés lo bien que me hace.
Gracias, querido Torito, seguiré tu consejo.
Un abrazo ítalo-porteño.
:)
EliminarMuakkkkkkkkkkkkkkkkkkk
Gracias, Xavi, te dejo otro más para el viaje de vuelta, que es largo hasta Barcelona.
EliminarMi querida Mirella...¿y para qué queremos tener aquí este espacio, blog que le llaman sino para desahogo compartido además de complacencia literaria?
ResponderEliminarHas de escribir de lo que te apetezca, de lo que sientas, de lo que revolotee a tu alrededor como esa especie de golondrinas de las que estoy segura escribirás algo hermoso, con sólo dejar de lado esos pensamientos de imposibilidad...
Eres auténtica, grande en tu forma de escribir, tanto, que hasta compartiéndonos tus pesares, nos embaucas.
Todo mi ánimo y por favor, escribe, escribe lo que te nazca sin más porque nada más te hace falta.
Muchos besos.
Así que soy una embaucadora, Marinel... jajajaja... ese adjetivo no me lo dijeron nunca, pero sí entendí muy bien el significado que le diste.
EliminarOcurre que cuando se escribe poesía lo que está a la vista siempre es la emoción del poeta, puede ser su yo poético, hablar de la luna de Valencia y nadie sabe si le está pasando o inventa. Es más disimulable.
Creo que en general me escudaba en mis historias, pero en el fondo siempre está la óptica del escritor, desde dónde cuenta y mira. Pero ahora hablar directamente de lo que me está pasando me resulta rarísimo, pero lo voy a tener que asumir, porque son malos momentos como hace tiempo no me ocurrían.
Agradezco la opinión que tenés de mí a través de lo que escribo y espero no defraudarlos a todos en mis futuras publicaciones.
Un gran abrazo.
la palabra tiene eso. Capaz de hablar de todo
ResponderEliminarque suerte tenemos
Gracias, Oscar, procuraré usarla como corresponde.
EliminarBacio, profe.
Si me pongo a cavilar sobre mi vida, me entristezco, me deprimo, sabiendo eso ¡no lo hago! ¿qué gano? nada. Yo encerre en el baul del olvido todos mis males, todos los dias me digo a mi mismo: estoy salvo, estoy sano y soy bello.
ResponderEliminarBesos
Hay momentos en que la vida te para sí o sí y tenés que enfrentarte con vos mismo, Chaly.
EliminarNunca me escapé de las crisis, las manejé sola. Evidentemente hoy necesito compartirlas y me cuesta.
Gracias por pasar y dejarme tu opinión.
Un beso.
La palabra es catársica: una especie de limpieza psicológica que permite la fumigación de demonios, un modo de arrancar cizañas y malas hierbas en los sembrados de la mente. También es un acto de valentía.
ResponderEliminarBesos
Es cierto, fue pura catarsis, a la que intenté darle una forma literaria y de alguna manera quise mostrar esa faceta que me cuesta que los demás vean en mí, lo oscuro, escéptico, la desesperanza. Una forma de recordarme que también soy humana.
EliminarMuchas gracias, guapa, por tu estímulo.
Besotes.
Sigue escribiendo expulsa lo malo en cada texto. No importa la tristeza, importa que siempre lo haces con calidad.
ResponderEliminarLa rabia, la bronca, solo nos hace mal a nosotros. No sé como quitarla, tal vez tu sí. Trata de perdonar, es la mejor forma de remontar vuelo.
Un abrazo y que te mejores.
maria rosa
Gracias, Mariarosa, por tu interés, afecto y buenos deseos.
EliminarUn beso grande.
Mucha fuerza desde estos lares (sudeste de la provincia de Buenos Aires) para salir de ese duro trance, Mirella.
ResponderEliminarAlguna vez, como nos ha pasado a todos, he sufrido la crisis de la hoja en blanco y del no saber qué escribir; en una de esas ocasiones me salvó Fernando Vicente, a través de los «Viernes creativo» que divulga desde su blog «Escribe fino»: a partir de una imagen que cuelga allí, nos desafía a crear un cuento, microcuento, o lo que sea con palabras. POr si te interesa, te dejo el link a su web: https://elbicnaranja.wordpress.com/
¡Saludos!
Gracias por la fuerza que me enviás, Juanito, me viene bien, ando demasiado flojita.
EliminarLamentablemente esto es más que una crisis de la hoja en blanco. Esperemos superarla pronto.
Muchos saludos.
Se ve que te hacía falta esta especie de "confesionario" público, que venías bordeando por la periferia hace rato...Pero entiendo que no es necesario justificarse, después de todo nosotros somos unos puntos poco identificables que te aplauden cuando se abre el telón.Probablemente cada uno sea también "uno en un millón" de algunas cosas en las que no quisiera serlo, yo lo soy, y entonces tu texto me acerca más a vos, y por un momento dejo de ser el punto en la platea para reconocerte y reconocerme, mucho más allá de esa especie de golondrinas sobre las que no tenés ganas de escribir esta vez. "...Tu sei come una terra/ che nessuno ha mai detto./Tu non attendi nulla/ se non la parola/ che sgorgherà dal fondo come un frutto tra i rami..." (C.Pavese). Solo date un espacio. Abbraccio, cara, e forza.
ResponderEliminarGracias por Pavese y por tu cálida comprensión, Patzy. No buscaba justificarme, solo quise expresar lo que siento, lo que me produce comunicarlo aquí y lo que me pasa con respecto al blog.
EliminarUn bacione.
El caso es escribir, Mirella. Que ahora te sale todo triste, pues bueno. No mandamos en nuestras emociones o, al menos, no del todo. Verbalizar lo malo nos evita entrar en lo peor, así que escribe, sea de lo que sea y tenga el tono que tenga. Además, muchas buenas obras son sombrías.
ResponderEliminarDesde el punto de visto más personal, te abrazo con mucho cariño. Pasará la mala racha, como pasa todo en esta vida.
Miles de besos, Mirella.
No he dejado de escribir, Isabel, eso no. Además escribo continuamente en mi cabeza y sería práctico tener una mano electrónica con un cable que se comunique con mi cerebro, para no tener que transcribirlo después.
EliminarGracias por el cariño y por el abrazo, son detalles que confortan.
Besotes..
EN ESTOS AÑOS SUPE ALGO AQUÍ: QUÉ ESCRIBES DE PUTA MADRE!!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Tu entusiasmo es contagioso, Adolfo, gracias.
EliminarBesos.
Tu crónica de los malos momentos que estas pasando me deja perplejo y aumenta la expectativa por ver el instante de la sanación, mientras tanto, te acompaño de corazón y pido por tu alivio y porque no dejes de escribir, te has hecho muy necesaria, leerte se ha hecho un hábito nutritivo de pensamiento y estética, el universo Mirella!!
ResponderEliminarAgraciada MIR, un cálido abrazo!!
No te pongas ansioso, Edu, esto va para largo y hay que tomarlo con paciencia.
EliminarNo me voy a curar de la mañana a la noche y tampoco sé cómo saldré de esto, pero sigo adelante, como hace todo el mundo.
Me alegra eso del universo Mirella y que encuentres nutritivo este espacio. No te preocupes, sigo escribiendo, solo expresé mis dudas de publicarlo.
Gracias por tus buenos deseos y por tus palabras.
Un abrazote.
Hola Mirella, si en estos momentos lo que dicta tu mente es escribir tristezas y dolencias fisicas tu salud mental lo necesita ademas dejame decirte que escribes maravillosamente que no importa sea algo triste lo que narras de todas maneras se disfruta al maximo.
ResponderEliminarAgosto y sus fisuras... es el titulo de una poesía que escribi hace poco a mi tambíen me a marcado terriblemente la vida este mes y tenemos algo más en lo que coincidimos me fascinan las golondrinas cada mañana que voy camino a mis clasesme alegran un tramo del camino por donde paso con su vuelo y sus gorjeos, me detengo a admirar sus nidos de lodo bien elaborados sobre los focos de algunas cocheras de las casas.
Te dejo un fuerte abrazo y mi saludo.
Muy grata tu visita, Eugenia, lo mismo que tus palabras y tu aliento.
EliminarParece que a las dos nos ha marcado un agosto, yo también escribí algo al respecto, titulado "Lividez de agosto". Son formas de sacarse de encima lo que duele.
Este fin de semana hace frío por aquí y las golondrinitas no estuvieron revoloteando cerca de mi balcón.
Gracias, linda, un enorme abrazo.
Siempre te escuchó con mucha atención, Mirella.
ResponderEliminarTodos necesitamos, tarde o temprano, momentos como estos, de desahogo y limpieza emocional, dar un grito a ver si así espantamos fantasmas perseguidores que no nos dejan ni a sol ni a sombra.
Aún así me gusta esa quietud de tu escritura que dice mucho de cómo te tomas la vida,colocando cada cosa en su lugar.
Triste pero verdaderamente aleccionador todo.
Un saludo
Muy amable, Tin, por la visita y el comentario sosegador. Es bueno saber que a pesar del tema triste te haya gustado el "como" está escrito. Es algo en el que pongo mucho énfasis.
EliminarLo positivo de todo esto es que finalmente lo publiqué y vencí un temor.
Un abrazo y mil gracias.
Escribir tiene un gran efecto curativo, expulsa los fantasmas que nos asechan y descubrimos que tiene un Gran efecto curativo, cuando escrubimos nuestra carga desaparece... :)
ResponderEliminarUn abrazo largo y ánimo si lo necesitas
Gracias, Nieves, sos muy dulce y acepto gustosa tu ánimo y el abrazo.
EliminarOtro más para el camino de vuelta.
Pura catarsis, Mirella. Pero no te preocupes, porque todo cambia incesantemente y las fases son fases y las épocas son épocas. No podemos estar siempre bien, no podemos estar siempre mal. Aun así, espero poder leer los escritos que has dejado macerar. No puedes despertar sino como te duermes, sin desearlo ni intentar no desearlo. La primavera no se plantea venir tras el invierno: si brota una flor, eso es la misma primavera. Pronto estarás mejor.
ResponderEliminar¡Un abrazote muy grande, Mirella! ^_^
Muchas gracias por tus buenos deseos, esperemos que este proceso haga su recorrido y mi salud se reponga, es lo principal.
EliminarUn enorme abrazo, Jorge.
Sabes, bella dama??
ResponderEliminarYo creo que tienes todo el derecho, absolutamente todo el derecho de escribir lo que te apetezca.
Qué no gusta?
Qué nos dan con la moralina?
Qué se apartan y no nos comentan?
Me encantó aquello de que tenemos derecho a hacer de nuestro culo un pito.
Y lo tenemos, ya lo creo que sí.
Personalmente estoy tan negra últimamente, que hasta lo bonito me da naúseas.
Se me pasará...
O no.
Eres tan grande, tan bella, y me gusta tanto cómo escribes que me da igual lo que me cuentes y hasta cómo me lo pintes.
Yo te leeré igual. Fan numero guan tuya.
Besos, mi Bella Dama.
Fui muy afortunada con los lectores que aparcan el carro por estos lares. Salvo en un par de oportunidades, en los primeros tiempos del blog y que resolví tajantemente borrando a dichos personajes, me visita gente encantadora, educada y amorosa.
EliminarNo me reprimo por el qué dirán o qué van a pensar de mí. Tengo otro rollo: no entristecer con mis cosas, porque todo el mundo tiene problemas y yo siempre fui muy introvertida y guardé lo oscuro para mí o lo transformé en ficciones.
Tampoco estoy pidiendo permiso, simplemente comparto mi estado de ánimo actual del que no logro salir. Como si quisiera hacer un conjuro, ya no sé.
Eva, guapa, vas a estar de parabienes, porque las cositas que escribí en estos días tienen gusto a hiel y el color de la noche más negra.
Gracias, querida Zarza, por la compañía y la sinceridad.
Miles de besos en tu cumpleaños, aérea libriana.
Hola Mirella
ResponderEliminarNo hace mucho que te leo no, por eso no sé como eras hace tres años, lo que intuyo es que eras tú, tu esencia al igual que ahora .
La vida nos regala sonrisas y lágrimas , rosas con sus pétalos y su afiladas espinas y si es bonito "compartir" alegría y palabras que vuelen llenas de vida ,
Lo que llega, quien nos llega al corazón son aquellas personas que escriben sin corazas, desnudas ... mostrando su esencia ... a veces con esa especie de pudor desvergonzado .. porque las corazas les ahogan y no les van las sonrisas de enseñar dientes ...
un abrazo y ojalá pronto te mejores
Así es, Piel, ya no puedo sostener las corazas y tampoco me van los fingimientos.
EliminarGracias por tu comprensión y el soporte de tus palabras.
Otro abrazo.
Gracias por venir a mi casa ( que es la tuya) no visito por obligación Mirella por eso , a veces guardo silencio cuando se que no se puede "cumplir", y lo aclaro de nuevo porque se que muchos se toman este mundo como mal juego de dominó donde si vas voy y si no vas no vienen ..
EliminarLeo quien me llena y por supuesto a quien aprecio, ( los últimos serán los primeros ... dice un libro bien gordo ...)
Leer a quien escribe sin corazas enriquece, nos enriquece por no decirte que tu blog es un canto a la cultura .. no hay más que mirar el lateral .. pura belleza , que por suerte voy tb descubriendo ( a ratos) gracias a ti
un abrazo y lo dicho, siendo libres nos leemos ...
Que te vayas mejorando, pasito a paso pero en firme que es al fin lo que cuenta .
Cuando descubro un blog que me gusta de verdad -y no abundan- no quiero perderme ninguna entrada, pero ahora no me da ni el cuerpo ni el espíritu y hago lo que puedo con los que publican diariamente como vos.
EliminarTampoco soy de ir por obligación, porque vinieron al mío. Lo más preciado que tenemos es la espontaneidad y la libertad. Sigamos ejerciéndola lo mejor que podamos.
Un fuerte abrazo, Piel y gracias.
A veces es bueno querida amiga expresar lo que uno siente. La vida no es un camino de rosas, debería serlo, pero por desgracia no lo es. Es bueno que cuando la persona esté pasando por malos trances, lo exprese y comparta con los amigos, ya que aunque nadie te pueda ayudar, parece que la cosa sea más llevadera y reconfortarle dentro de lo que cabe. Todo no van a ser risas y alegrías, y si estás apenada, y entristecida por tu dolencia, haces muy bien en manifestarte y mostrar como te sientes, porque esa es la grandeza del ser humano, el poder compartir lo bueno y lo malo. No dudes en publicar este tipo de entradas, porque muestra tu serenidad, valentía, sencillez humildad y coraje. Comparte con nosotros los amigos, para darte el apoyo y fuerza que necesites. Tus escritos aunque sean tristes, están plasmados de una gran belleza, porque desparramas todo lo que llevas dentro de ti. Pronto estarás mejor, porque como decís por allá sos una gran mujer, pero muy grande. Recibe todo mi cariño y mucho ánimo.
ResponderEliminarBesos y abrazos querida Mirella.
Gracias, Rafa, por tu enorme corazón y por tantas palabras de aliento, comprensión y apoyo. No sabés cuánto lo aprecio.
EliminarLamentablemente no tengo casi familia y pasar este trance sola me está costando mucho, por eso quizás, los he tomado a ustedes como familia sustituta. Parece mentira cómo se pueden crear lazos a la distancia y con gente que no conocemos personalmente. Para mí es un gran alivio contar con tan buenos lectores y amigos.
Un fuerte abrazo y contenta de haberte encontrado en este mundo virtual.
Todos en algún momento pasamos un episodio como el que te ha llevado a plasmar palabras tristes en tu escrito. No pasa nada. La vida sigue. Eres una luchadora nata con pensamientos mayormente positivos y la alegría en las palabras que escribes, volverá como esas golondrinas cuyo nombre desconoces, pero que seguramente y a corto plazo,veremos lo que haz escrito sobre ellas. No pasa nada. Un gran abrazo desde mi rincón privado, donde pergeño también cosas, si bien no tan inspiradas como las que he tenido el placer de leer, tuyas
ResponderEliminarMuchas gracias Arpon Files por tu cálido comentario y por pasar a leer mi catarsis.
EliminarExtraño las historias que me gustaba inventar, pero este momento es para depurar otras emociones.
Un gran abrazo.
Mi querida Mirella: creo que ya te había dicho que escribieras así fuera tu pesar y dolor; las letras salen como vienen, no piden permiso, y creo que si trataras de escribir otra cosa no estarías siendo sincera. Creo entender tu sentimiento, es lo que nos pasa a los tímidos, no disfrutamos de la exposición pública. Pero parece que estás entre amigos. Somos tantos los que disfrutamos tus escritos, los que hemos aprendido a quererte y los que esperamos que las cosas te salgan bien.
ResponderEliminarYa ves que nos hemos conocido a través de nuestras letras.
Te quiero Mirella.
Beeeeesos y abrazos.
Gildo, sos un gran amigo, sensible y dispuesto, te agradezco mucho todo lo que me decís, que es muy cierto. No puedo simular estados de ánimo que no tengo, pero en mí siempre está la preocupación de no entristecer que, en última instancia, me juega en contra. Creo que con la opinión de todos los que me leen, eso ya lo tengo que superar.
EliminarUn abrazo enooooorme, también te quiero mucho.
Hola mi correctora favorita,
ResponderEliminarNo he querido comentar en el blog porque tengo últimamente la moral por los suelos, sí, ya sé que tú estás pasando fatal, y por supuesto, las palabras como pájaros pasaran por mi perfil, es un placer llevarte de tourné conmigo (como las folklóricas de renombre) el baúl tuyo está a estas alturas más lleno que el de la Piquer, como relatas, no puedo decir tacos pero lo diría de lo bien cojida que tienes a la palabra, tú a ella y ella a ti,
Te traigo algo de Conchita (Concha Marquez Piquer) la de:
Era hermoso y rubio como la cerveza
el pecho tatuado con un corazón
en su voz amarga, había la tristeza
doliente y cansada del acordeón.
Y ante dos copas de aguardiente
sobre el manchado mostrador,
él fue contándome entre dientes
la vieja historia de su amor:
Mira mi pecho tatuado, (Le dice el marinero)
con este nombre de mujer,
es el recuerdo del pasado
que nunca más ha de volver.
Ella me quiso y me ha olvidado,
en cambio, yo no la olvidé
y para siempre voy marcado
con este nombre de mujer.
(Tatuaje)
A ver si esta historia de marineros te alegra, quiero buenas prosas tuyas pero también que estés bien y eso no está en mi mano, mi reina mora.
Quien pudiera materializarse en ese sofá para que me lo contaras, un buen oyente ayuda, bueno, en cierto modo es eso, nos lo cuentas virtualmente en imaginamos el salón y el sofá.
Un montón de besos.
¡Olé y Olé, Cubano! Ustedes, los de la isla, tienen el corazón soleado y la calidez del Caribe. Sería muy terapéutico juntarnos para compartir penas, espero que las tuyas sean de una índole mejor que las mías... si son del corazón, duelen, pero se van disipando. También las pasé.
EliminarGracias por el poema de la Piquer, que no conocía. Espero poder visitarte en el Tatuaje en cuanto esté un poco más animada y con fuerzas.
Un abrazo bien largo para que te llegue, Jonh.
Al fin vuelvo a disponer de ordenador para hablarte sin reservas. Te he leído y como siempre me ocurre, me identifico tanto contigo pero tanto, tanto... Siempre una sonrisa que oculte el sufrimiento que una arrastra, sin querer preocupar a nadie, sin contar con nadie. El nadie se convierte en aislamiento, autoimpuesto por mi parte, para vivir en soledad mis tristezas, fracasos y dolores. Únicamente en las letras vertí mi esencia, las lágrimas que nunca muestro y oculto en risas diarias. A pesar de todo mi bagaje, la única rabia que siento es hacía mi misma. Odiar, no he podido odiar jamás a nadie por más motivos que me hayan dado. Esa rabia e impotencia se ha instalado a sus anchas en mi presente por la incapacidad que me atenaza. Ni siquiera puedo soltar lastre en las letras pero tú si, Mirella. Así que haz lo propio y suelta lastre por ti, por mi y por todos tus compañeros. Quiero leerte o más bien saberte porque esta mujer que sufre, padece y siente, la que vuelca todo su ser en su cuaderno de bitácora es aquella a la que quiero conocer en toda su profundidad y su grandeza. Es la Mirella que quiero con todo mi corazón.
ResponderEliminarDe sofá a sofá, todo mi afecto y sobre todo, gratitud, por lo mucho que me aportas.
Un fuerte abrazo y achuchón.
Estamos en sintonía, Mabelita, hace un par de semanas escribí algo sobre mi imposibilidad de odiar y de cómo vuelco eso hacia mí misma, por eso enfermo tanto. Todavía no lo publiqué, pero próximamante aparecerá y nos seguiremos reflejando.
EliminarLamento mucho que no escribas más, que te niegues ese desahogo. No sé porqué dejaste de hacerlo, tus textos eran tan fuertes y humanos.
Ahora estoy en un impasse del tratamiento, porque sufrí las consecuencias de una sobredosis de la medicación, a la que -evidentemente- soy en extremo sensible.
Me encantó esta visita que hiciste al nido y que me dejaras aquí tus palabras, siempre cálidas y afectuosas, que me hicieron mucho bien.
Vos sabés que te quiero mucho y me gustaría que tu risa, que debe ser un cascabelito, te brote porque te despojaste de todo ese lastre que acarreas.
Un enorme abrazo y un montón de besos, preciosa.
Ya le comenté a Gildo, yo que soy tan poco dada a hablar de mi con los amigos, las causas de dejar de escribir. Soy todo oreja y hombro para mis afectos pero incapaz de hablar de mis cosas. Lo sé, soy difícil de entender aunque los que me acaban queriendo terminan por consentir mis rarezas. El motivo no es otro que el tremendo esfuerzo que tengo que hacer para concentrarme y conseguir escribir con cierta cordura. Estoy en un punto que un pequeño párrafo, me lleva más de una hora. Olvido las palabras, los significados, donde va el sujeto, el verbo... y las últimas veces, tanto esfuerzo, me llevó a perder el conocimiento. Así que ahora, leo muy poco y apenas comento. Alguna frase tonta y mis muestras de afecto a aquellos compañeros que supongo algo me aprecian. De momento, mi cabeza no da para más.
EliminarPor lo que veo coincidimos hasta en la sensibilidad a ciertos medicamentos. Pffff... no sé si volverá el cascabelito.
Ansiosa esperaré por otro nuevo escrito tuyo. Leerte y reflejarme en ellos, me ayuda mucho en estos días.
Ya verás como mejoras después del impasse y lo retomas todo con resultados más positivos, yo así lo deseo.
Doble ración de abrazos y besos, mi hermana de luna.
A veces, en determinados momentos de nuestra vida, para escribir hay que apelar a la locura. Que se vayan al carajo la sintaxis, la gramática, si la metáfora elegida es un cliché. Escribir como si estuvieramos vomitando, sin prejuicios o inhibiciones.
EliminarDespués, si queremos convertir eso en algo más pulido y literario, lo corregiremos, le daremos forma. Pero el vómito o las deyecciones (hoy estoy escatológica) no salen cuidaditos y sin salpicar.
Si escribir te hace bien, hacelo a tu manera, si ese no es el medio para descomprimir tendrás que buscar cuál te calza. Todo lo que te leí me conmovió, Mabelita, eso es lo que realmente importa, si falta la coma o el tiempo de verbo no es el correcto, eso se arregla.
Yo ya estoy jugada, no tengo a nadie y nada me importa, pero vos tenés un sol en tu vida y por ella deberías volver a sentir alegría y que la risa te salga auténtica y no como un gesto para tranquilizar a los demás.
Hoy publiqué algo que escribí hace unos meses, cuando me diagnosticaron la enfermedad. Como verás es un flor de vómito.
Besos, queridísima, me gustaría volver a leer algo tuyo.
Si las palabras son como pájararos, quedate tranquila que esas aves van a quedar plaamadas en grandes historias como las que siempre nos regalás. Te envío ánimos y un fuerte abrazo. No decaigas, que acá tenés gente que te estima.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Raúl, hago lo que puedo, pero hay cosas que están por encima de nuestra voluntad, como leerás en el apunte que publiqué hoy.
EliminarNuevamente te agradezco mucho el aprecio y la fuerza.
Un abrazo.
escribir es catarsis
ResponderEliminary haces bien , creo que todos los que escribimos lo hacemos
demonios y ángeles comulgan de nuestra boca
imposible disociarles
y eso pienso es genial
abrazos y buen fin de semana Mirella
Ayuda bastante, Elisa, así como también el ánimo y las palabras de todos ustedes, que siempre están ahí.
EliminarUn enorme abrazo, linda chilena.
Y bueno, es hoy, esta noche, que por fin puedo comentarte algo porque, lo creas o no, lo escrito me conmocionó tanto que no pude abrir la boca.
ResponderEliminarYa sé, pensarás que a tu través me estoy viendo con toda la problemática que arrastramos y claro, claro que me veo, y te sufro y me sufro, pero es mucho más que eso, porque es justamente aquí que te estoy viendo auténticamente escritora, escritora por encima de pudores y convencionalismos, por encima de la vida y hasta de la muerte.
Te estoy viendo, Mirella, dando fe de tu realidad sin piedad alguna y justamente eso es lo que debe hacer una escritora de raza cuando el resto de las cosas pierden importancia . Pensar que te vas a poner a escribir sobre golondrinas con la problemática que en estos momentos te absorbe, me mueve a la risa.
No tengo que darte ánimos, ni decirte lo mucho que te estimo porque lo sabes de sobra, así que sólo te diré que estoy orgullosa de ti por lo maravillosamente que está escrito, y que son estos relatos en los que te estás vaciando los que te trascenderán por el talento y la humanidad que desbordan.
Ni se te ocurra plantearte dejar de escribirte así, ni se te ocurra ponerte a inventar pajaritos y flores a fuerza de oficio. Estás cumpliendo con tu obligación como escritora, no se te olvide.
Ana L. Garcés, que es mi nombre, te lo va a agradecer muy especialmente.
Abracísimo.
Que no hayas podido abrir la boca, ya es grave, Morg... jajaja... Fuera de broma a mí me ha pasado con muchos de tus poemas o de los textos de Gavrí, cuando el impacto emocional es grande y debe asentarse lo que se movió.
EliminarLa necesidad de volcar todo esto que me pasa, pero ni como mártir o víctima, sino con altura literaria, es lo que me saca de la depresión que tengo. Que vos me lo marques me hace mucho bien, porque soy mala conmigo mismo, de ahí tantas enfermedades en mi vida.
Ana, me gusta tu nombre, mi madre se llamaba así. Breve, pero contundente.
Gracias, guapísima, por este comentario tan suculento como la paella de ustedes.
Abracísimo.
Querida Mirella, este diario, en que dices se ha convertido en estos días tu espacio, es un diario lleno de imágenes que en la palabra denotan el desencanto, la tristeza y la reflexión en que nos mete un cierto estado donde lo físico padece, pero lo espiritual despierta. Recuerdo haber leído en Cioran esto que te sucede. Esto que ha mutado de la ficción a lo interior, a lo intimista y al necesario estado de compartir lo que acontece sin renunciar a lo literario, porque si hay algo en estas líneas y en las anteriores es lo literario aunque haya una vuelta hacia la interioridad.
ResponderEliminarLas emociones humanas van por la escala del color y también por la escala de grises. El temor, la tristeza, la ira, el dolor, el miedo también son parte de esas emociones y todo lo que es humano nos toca. La empatía surge y la compasión también, y desde luego no me refiero a esa que es lastimera y lastimosa, conmiserada, sino aquella que nos permite sentir a los otros, sentir con la otredad, sentir a los que queremos e identificarnos con ellos, porque nos recuerdan la humanidad que nos conforma. Eso encuentro en esta prosa mi querida Mirel, y encuentro a la amiga que con una taza de café sin importar la distancia, me sienta con ella y comparte conmigo lo que acontece.
Un abrazo fuerte mi querida y admirada prosista.
Te quiero.
Un comentario para enmarcar y colgar, Gonza.
EliminarTe agradezco mucho tanto afecto, estoy pasando un mal momento de salud, por lo que el ánimo tampoco está floreciente.
Me hace bien saber que me entendés. Yo también te quiero y te abrazo.