lunes, 12 de agosto de 2019

Crepúsculos de hadas y dioses



Soñé que era pintora y tenía un pincel demencial, 
que ignorando mis dedos, embadurnaba el cielo 
con trazos violentamente púrpura.


Soñé que el sol era un ojo de oro blanco y cerraba 
su párpado dispuesto a dormir detrás de las torres. 
Se despedía con reflejos ígneos, como si hubiera 
encendido un fuego entre las nubes.


Soñé con el hada que inventé en la soledad de mi infancia. 
Ingrávida, se escabullía en el cielo, 
aleteando los pliegues de su túnica.
Regresó a mí hecha un pájaro de luz e irrumpió 
en el esplendor del crepúsculo igual que un milagro anhelado.


Soñé con dioses en guerra, enardecidos en batallas definitivas, cada uno quería afianzar el poder. 
Su sangre se derramaba detrás del horizonte en ríos escarlata.



 ©  Mirella S.  (texto y fotos)  2019