Brujas y ogros vs. superhéroes
Te pienso con ojos de clorofila, tal vez por el oro
blanco de tu pelo y la transparencia de las pestañas en el contraluz. El perfil, destacándose contra el marco oscuro, me recuerda al ángel ensimismado que ilustraba la
estampita de mi primera comunión.
Tenés la típica belleza del niño eslavo y te invento en la mirada reflejos del Volga o de algún lago misterioso, oculto en un territorio
que nunca pisaré.
Desde el antepecho interior de una ventana, a
través del vidrio empañado, mirás algo que sólo vos alcanzás a distinguir.
Acaso no veas nada más que las gotas infranqueables que se deslizan por los
vidrios y en ellas proliferen tus superhéroes, con sus poderes de celuloide y
sus genes alterados.
De las gotas de mi infancia surgían los seres mágicos de otra época:
hadas, magos, genios, duendes diminutos y verdes como los marcianos de los
comics. Traviesos, enloquecían a brujas que terminaban perdiendo sus facultades
maléficas, por lo menos en las peripecias que yo les imaginaba.
Algún día te voy a contar las de Sofronia, una bruja que tuve
que modernizar para que sobreviviera cuando los cuentos de hadas fueron
diluyéndose por las hazañas de los cuatro Fantásticos, la inteligencia de
Batman o las mutaciones de los X-Men.
Y así fue que a Sofronia la convertí en una agente de la CIA,
previo paso por el quirófano para una rinoplastia y extirpado de sus verrugas centenarias.
Mi historia favorita es la que escribí del ogro Cirilo. Una
noche se me apareció en sueños pidiendo ayuda. Como los niños ya no creían en
él ni le temían, se había tenido que hacer vegetariano, reemplazando sus
comilonas de “niños envueltos” por verduritas, nueces y bayas. Estaba tan flaco
que casi no lo reconocí.
Puesto que a Sofronia le estaba yendo bien en sus nuevas
actividades, le aconsejé a Cirilo que intentara entrar en el CNI. Él frunció lo
que quedaba de su bocaza y me dijo que no quería salir de los bosques de Caurel,
donde yo lo había ubicado.
Me hablaba medio en gallego, así que la conferencia onírica
fue ardua. Muchos años después, recibí un mail suyo donde me contaba que finalmente
se había establecido en Lugo, era un detective privado con amplia clientela y
me pedía que escribiera sus casos más
resonantes.
Esos eran mis personajes y mi mundo, que crecieron a medida
que yo crecía, tan distintos al tiempo que te toca vivir.
Observo tus pies descalzos, tiernitos, con el dedo gordo
altivo y erguido. Tu espalda se apoya en una consistente pila de libros. Me
alegra saber que tu familia tiene afición por la lectura y mi deseo es que te transmita
ese hábito.
No sé por qué no cambio el fondo de pantalla, me gusta
saberte allí cada vez que abro la computadora, contarte estos cuentos que
amarillean en carpetas, dentro de cajones olvidados. Quizás porque no tuve
hijos, quizás porque espero que un día salgas de tu ensimismamiento, voltees la cabeza y me dediques una sonrisa.
© Mirella S. — 2015 —
Elena Shumilova, fotógrafa rusa, el niño de la foto es su hijo.
En tu cabeza viven mil universos.
ResponderEliminarTodos son maravillosos.
Como disfruto con lo que escribes Mirella...
Besos.
Hay muchos universos en mi cabeza, pero no todos son maravillosos.
EliminarMe alegro profundamente de tu disfrute, Xavi. También te agradezco que siempre vueles hasta este nido.
Un abrazo.
Que belleza de historia. Me fui metiendo en cada párrafo y me despertabas ternura y ganas de que no termine. Tienes un vuelo poético que es una maravilla, el lector queda encandilado con tus textos.
ResponderEliminar¡¡Aplausos!!
mariarosa
Me ponen muy contenta tus elogios, que sé son sinceros, Mariarosa. Yo también, cosa rara en mí, quedé conforme con este texto. Salió solito, tal vez porque empecé a recordar los cuentos infantiles que escribí en una época y a sus personajes.
EliminarBesos y reverencia ante tus aplausos.
Y yo sigo siendo un niño
ResponderEliminarbesos
Esa parte nunca hay que perderla, nos redime de tantas cosas.
EliminarGracias, Chaly, besos.
La infancia es la clave del ser humano
ResponderEliminarEn la infancia se gesta la persona que seremos.
EliminarUn abrazo, Oscar.
En tu alma vive un niño, en tu corazón una ilusión y en tu cabeza la imaginación, escribes como los ángeles. Hay autores que me gusta como escriben, hay otros que gusta lo que escriben tu reúnes las dos méritos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Ester, por tu mirada tan positiva. En mi alma también habitan unas cuantas sombras (no la 50 de Grey... jajaja), como en todo ser humano. Ya habrás visto alguna de ellas en otros textos. Un gusto saber que reúno esos dos méritos.
EliminarUn fuerte abrazo.
En mí sigue habitando una niña...Bendita imaginación!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Hay que alimentar a esa niña, es la que nos da fuerzas cuando más lo necesitamos.
EliminarGracias, Marybel, un fuerte abrazo.
Que hermoso mirella.
ResponderEliminarme ha gustado muchiiiisimo
besos
Un placer que lo hayas disfrutado, Nieves.
EliminarMuchas gracias por acercarte siempre.
Un abrazote enorme.
Qué belleza Mire.
ResponderEliminarSe me hace de una ternura muy grande.
Un gran disfrute me has dado.
Abrazote y beeeeesos.
Es tierno porque habla del mundo infantil, tiene el candor de cuando uno es chico y construye realidades maravillosas.
EliminarGracias por tus palabras,Gildo querido .
Abrazo y beeeeeso.
Y sí, es cierto eso de: “Cuando te sientas derrotado mira a tu alredor, siempre hay alguien peor que tú”
ResponderEliminarMira al pobre Cirilo, raquítico y sin autoridad de ogro. Lo mejor que hace es quedarse en los bosques de Caurel, además de “sonar” hermoso, estará rodeado de pajaritos porque lo de Sofronia es preocupante, si se entera Luis Delía seguro se le arma tremendo quilombo…¡Cómo se le ocurre meterse en la CIA!
Hablando seriamente, imagino que debe ser una historia hermosa. Me encantaría leerla, ya sabes que amo los cuentos para niños, quizás porque podemos “ser traviesos” en ellos, algo así como volver a esos tiempos cuando no teníamos la menor idea de los inconvenientes que trae crecer.
Espero estés bien Mireya. Esa imagen es preciosa! También el final de tu texto.
Un abrazo enorrrrme desde acá.
Jajajaja... muy divertidas tus consideraciones, Vivian.
EliminarTus visitas siempre traen un toque chispeante y me da mucha alegría saber de vos.
La imaginación desbordada de la infancia, cuando todo tenía un final feliz. La mía no fue precisamente despreocupada, sin embargo la felicidad consistía en leer e imaginar personajes, inventarles aventuras.
La foto del niño fue el disparador de lo que escribí, es precioso y tengo otras que busqué en Internet, con sus hermanitos y fotografiados por su madre.
Gracias por pasar y también te mando otro abrazote desde este lado de la pantalla.
Perdón, te cambié el nombre, es que estoy adaptada a una amiga mexicana que conocí en face y meto "y". No volverá a suceder jaja.
ResponderEliminarNo te preocupes, ya estoy acostumbrada a ser "Mireya", espero no tener el final de la del tango.
EliminarBesos.
Hablarle al chico de la foto, una foto estupenda, componer el tiempo de infancia mediante la evocación, un atributo para ganarle al tiempo que pasa y pasa y que cruel, apuesta siempre al olvido, la evocación se lo impide; original relato Mirebella!!...Una pregunta chusma, si me lo permites: Esa frase "Quizás porque no tuve hijos" es autobiográfica?
ResponderEliminarAbrazo continuo, Mirebella!!
Un gusto que lo disfrutaras, lo escribí con ganas porque empecé a recordar cuando escribía cuentos para chicos y a esos dos personajes, Sofronia y Cirilo, les tenía mucho cariño, creo que estaban bien descriptos, además los ponía en situaciones divertidas.
EliminarAl tiempo no se lo detiene ni un segundo, recreando recuerdos nos da la ilusión de retroceder a otras épocas, pero cuando volvemos somos unas horas más viejos.
Gracias, Educhusma, con un abrazo soleado.
Qué preciosidad de foto, no me extraña que te inspire ese precioso relato. Besicos.
ResponderEliminarEs un niño ruso, la madre es una excelente fotógrafa y la mayoría de su producción está compuesta por fotos que les saca a los hijos.
EliminarGracias, Ange, muy contenta de que te haya gustado.
Besos.
Me gusta pasar siempre por tú casa, porque además de considerarte una gran amiga, siempre es un placer leer tan bellos relatos. La foto es muy bonita.
ResponderEliminarBesos y abrazos Mirella.
Muy agradecida por tus palabras tan cálidas, Rafa. Aprecio enormemente tus visitas y tus comentarios infaltables, para mí fue un gusto haberte encontrado en la Web. También es grato y estimulante saber que vos, y el grupo de los asiduos visitantes, disfrutan con lo que publico.
EliminarUn abrazo gigante.
Tierno, sea o no, ahí está el espíritu sano y lumínico de un niño, eso que fuimos y pervertimos... UN abrazo.
ResponderEliminarPero algo siempre queda de ese niño, sólo que le damos poca cabida, hay que ser y parecer siempre fuertes, para que el mundo no nos mastique y trague.
EliminarGracias, Darío, un abrazote.
La introducción es magistral, consigues una cercanía automática al plantar a la primera y la segunda persona ahí, al otro lado de la página.
ResponderEliminar“te invento en la mirada reflejos del Volga o de algún lago misterioso”
¿Qué decir?
El cierre, después de las reflexiones sobre fantasía, llenas de fantasía además (la reflexión se busca la vida), de vuelta a la realidad, es interesantísimo, porque nos da una visión más alejada de lo que creíamos distinguir al principio y hace que, de algún modo, lo cotidiano y la fantasía hagan un tirabuzón muy especial, como si se encontrasen sin problemas en determinados momentos de su camino.
Ah, ¿te acuerdas de que te hablé de un punto de inflexión en mis relatos? Pues igual no es para tanto pese a mis consideraciones, pero he decidido adelantarlo a este viernes, ya me dirás qué te parece.
¡Un abrazote, Mirella! ^_^
Es que para alguien que escribió cuentos para niños, fantasía y realidad conviven en una perfecta conjunción, aunque la realidad termine imponiéndose.
EliminarMuy interesante el análisis que hacés del texto, nunca podría hacerlo y menos con algo mío. Te lo agradezco porque se aprende mucho de la visión de un lector con una mirada aguda como la tuya.
Estaré esperando esta nueva producción que ya habías anunciado, aunque no tengo una mirada aguda como la tuya.
Mil gracias, Jorge, con un abrazo grande.
No hay palabras para decir lo que me gustó esta historia Mirel. Sencillamente es hermosa. Tengo una amiga que su niño es autista. Él tiene una memoria que es envidiable. Si tengo oportunidad porque es sumamente complicado conseguir que se concentre y te ponga atención, me gustaría leérsela., De menos le copio el link y se l voy a enviar porque está genial.
ResponderEliminarUn beso.
Sería un gran placer y un honor que el relato lo lea o sea leído a algún niño. Los cuentos infantiles que escribí no los leyó nadie ni adultos, salvo uno que publiqué en el blog en el 2013 y que me impresionó el número de lectores que tuvo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, con la calidez que te caracteriza.
Un abrazote, Gonza.
Eres maravillosa, capaz de volar por infinitos mundos llenos de magia. Me cautivas.
ResponderEliminarTodos los besos
A veces vuelo demasiado, Soco, los aterrrizajes contra la realidad suelen ser duros.
EliminarGracias por tan lindas palabras.
Un abrazo.
el párrafo final me llevó a recordar mis días de voluntariado en el hospital
ResponderEliminarsiempre leía cuentos a los niños y en especial a uno
también me quedé esperando su sonrisa
abrazos
Los niños se enganchan mucho con las historias, sólo hay que tener paciencia para leerlas y contarlas. Actualmente hay tanta Play dando vuelta porque los padres no tienen tiempo para dedicarse a contarles cuentos.
EliminarGracias, Elisa, un fuerte abrazo.
Muchas veces pienso en ese madurar de historias y personajes. Es lindo ver ese camino recorrido, aunque es mucho más lindo el recuerdo de ese escrito viejo que lo plasmado en la hoja.
ResponderEliminarSaludos, Mirella.
Totalmente cierto, Raúl. Mientras escribía este texto no volví a releer los cuentos que menciono, prefiero quedarme con el recuerdo de lo que esos personajes significaron para mí cuando surgieron de mi fantasía.
EliminarMuchas gracias por tu presencia, siempre muy apreciada.
Saludos.
Se busca agente de la CIA para importante misión, preferentemente mujer, con conocimientos de hechicería y detective privado con amplio dominio del gallego.
ResponderEliminarAunque solo hay una mujer en la red que puede responder a este anuncio para el debido cumplimiento de la misión.
Mirella S.
Me gustó.
Un abrazo.
Jajajaja... muy bueno, Jonh, lo que faltaba, que las agencias pongan avisos solicitando postulantes. Desde ya que recomendaría ampliamente a los dos, hasta les escribiría un detallado curriculum de todas sus fechoría, quise decir de sus servicios.
EliminarGracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo.
EXCELENTE, TÚ SIEMPRE EXCELENTE!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Mil gracias, Adolfo, por dejar siempre tu frase estimulante.
EliminarBesos y abrazos.
feliz semana Mirella
ResponderEliminarabrazos gorditos :D
Igualmente para vos, Elisa.
EliminarAbrazotes.
La fotografía es deliciosa, no me extraña que la tengas de salvapantalla, pero el texto....ayyy el texto es de los que terminan produciéndote una descarga eléctrica en el corazón con ese derroche de sensibilidad poética que has sabido imprimirle.
ResponderEliminarSe te ve tan natural , con una narrativa tan clara y depurada, tan femenina, además, que a veces, me reconcilias con el mundo pese a tanta fealdad como arrastra, porque en tu mente hay historias de todo tipo, crudas también, por supuesto, pero cuando ante una imagen como ésta, echas mano del recuerdo, te siento insuperablemente mágica.
No sé si tendrás algún modo de hacerle llegar a la madre del niño el relato, pero estoy segura de que iba a entusiasmarle, como a mí.
Un abracísimo, escritora.
Gracias, Morg, siempre animándome con tus comentarios.
EliminarLa fotógrafa vive en Rusia y no encontré ningún dato en la Web sobre ella, aparte de las fotos bellísimas de sus hijos y de la zona rural donde vive.
Un abracísimo, reina.
Pese a las transformaciones experimentadas en el universo infantil, los héroes de los cuentos siguen y seguirán preservando su magia, y más todavía, con cuenteras como tú.
ResponderEliminarNo dejas de sorprenderme y de fascinarme con tu magia.
Besos, Bella Dama.
Me emocionó mucho encontrar todos tus comentarios, Eva, sabiendo que no te sentís bien.
EliminarTe lo agradezco desde el corazón y es una alegría haberte sorprendido con el relato.
Besotes y abrazos.
Me sonreí mucho con ese recuerdo de los superhéroes y los villanos de antaño, y su transformación para adecuarse a la realidad. Muchísima imaginación la tuya, me encantó. Y mucha ternura en el final de la historia, lo que la agiganta aún más y emociona al lector.
ResponderEliminarComo siempre, es genial leerte.
¡Saludos!
Gracias, Juanito, ando con poca pila literaria últimamente, pero este texto me salió casi sin elaborarlo demasiado.
EliminarUn abrazo.