— ¿A dónde
vamos?
— A las Cumbres Serenas.
— ¿Para qué?
— Quiero
escuchar el eco.
— ¿Y eso?
— Nacho, si no
querés, no vengas.
— Te acompaño,
pero explícame lo del eco.
— Mi abuelo me
dijo que cuando necesitara hacer una pregunta viniera hasta las Cumbres y
recibiría una respuesta. No pongas esa cara, me lo pidió muchas veces y el
abuelo no mentía.
—Te lo dijo
cuando eras un nene. Ahora tenés catorce años, boludo*.
— Me lo recordó
justo el día antes de morir y aclaró que él iba a ser la voz del eco.
— Perdoname que
me ría, no puedo entender que creas en eso.
— Con probar no
pierdo nada.
— ¿Cuál es la
pregunta?
— Es sobre mi
madre.
— Todavía no lo
superaste, ya pasaron cuatro años.
— Así pasen
cien, tengo que saber por qué se fue. Al abuelo no le pude preguntar, murió al
poco tiempo. Su partida le quebró el corazón.
— ¿Y a tu viejo?
— Larga solo
veneno.
— Llegamos ¿Y
ahora?
—Debo formular la
pregunta correctamente, esa es la clave, recalcaba el abuelo. Primero saludo:
¡Hola!
— … ooolaaaaa… aaa… aa…
— ¡Boludo, cómo
resuena!
— Hace frío y me
transpiran las manos.
— Tranqui ¿ya la
pensaste?
— Son dos
preguntas.
—¡Dale!
—Abu ¿mi madre
me quería?
— … queeeeriaaaa…aaa… aa…
— ¡Contestó que
sí, Nacho!
— No quedó claro.
Si el que contesta es tu abuelo tendría que haber dicho “te quería”.
— Quizás escuchamos
mal. Se levantó viento.
— Hacé la otra.
—Abu ¿mamá
volverá?
— … maaamaaaa… nooo… volveeeeeraaaaaa… aaa…
aa…
*Es muy usado entre los adolescentes como vocativo,
no como un insulto.
© Mirella S.
— 2019 —
Aquí va mi participación, me costó mucho, solo diálogos, sin incisos ni acotaciones.
Verdaderamente fue un reto.
Funciona bien lo de sólo diálogo.
ResponderEliminarQue sorpresa, resultó que era más que un eco.
Me gustó.
Un abrazo.
Funciona cuando se te ocurre alguna trama para sostener el diálogo.
EliminarMe costó encontrarla y me alegro de que te haya gustado,
Un abrazo, Demi.
Hola, Mirella.
ResponderEliminarTe doy la razón, fue un reto muy complicado el que nos propuesto David.
Has conseguido crear una ambientación e historia dentro de un solo diálogo. De un pobre chico que siente tal soledad que necesita creer en las últimas palabras que le dijo su abuelo. Es triste, pero a la vez deja un aroma a esperanza sobre los que no están y que de alguna manera siguen aquí, velando por nosotros.
Muy bonito.
Un beso enorme.
Irene, te confieso que pensé en no participar y lo que salió no termina de convencerme.
EliminarMuchas gracias, guapa, con un fuerte abrazo.
buenísimo ja... fantasía y realidad en partes iguales...
ResponderEliminarUn poco y un poco, para hacer la historia más creíble.
EliminarGracias por la lectura, JLO.
Un abrazo.
Bonito
ResponderEliminarBesos
Contenta de que te haya gustado, Chaly.
EliminarBesos.
Buenísima esa última frase con esa negación clara y contundente. Cuando me parecía que todo era producto de una broma de su abuelo, el diálogo da ese giro. ¡Genial, de verdad! ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola Rebeca! Estuve días pensando en la resolución del micro. Finalmente me decidí por la que publico.
EliminarGracias por tu comentario alentador.
Besos.
Genial esas preguntas con eco..muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo
Rechacé un montón de ideas y finalmente me decidí por la del eco. No fue sencilla la propuesta, pero no quise echarme atrás.
EliminarUn abrazo y gracias, Albada.
:) a veces nos respondemos nosotros mismos con lo que queremos (o estamos dispuestos a) escuchar.
ResponderEliminarBuen dialogo. :) besooo eso sooo oo (con eco también) (matizo porque me ha quedado raro...) :)
Hoooolaaaaa Lauuuuu raaaaa... jajaja!
EliminarCuando no se quiere saber la verdad que se intuye, se buscan respuestas que convenzan. Pero el eco no se prestó al "juego".
Gracias y beeeesoooos.
Nuestra voz interior busca cómo manifestarse si le damos la oportunidad, sea a través del eco, de la voz del abuelo, del significado que le damos a alguna casualidad...
ResponderEliminarMe gustó el relato
Besos
Cuando las respuestas internas dan temor, se cree que las fantásticas puedan ser más tranquilizantes.
EliminarGracias, Alís, con un abrazo.
¡Muy bueno!
ResponderEliminarMe alegra que te gustara, Osvaldo.
EliminarGracias y un abrazo.
La idea del eco para introducir el sentido de la trama, esa soledad y angustia tras la pérdida del ser amado, así como la de la propia respuesta que nos inventamos para sobrevivir a la tragedia, me han parecido muy ingeniosas.
ResponderEliminarTambién me parece interesante el uso de las onomatopeyas, como otro personaje del diálogo.
Cumpliste con creces este reto, apreciada Mire.
Un gran abrazo.
Muchas gracias, Estrella, tardé en encontrar el núcleo de la historia. Había empezado otras que no supe redondear y me pareció que lo del eco podía funcionar mejor.
EliminarMe da gusto que te haya resultado interesante.
Otro abrazo grandote.
Triste pero muy dulce. Muy buen final. Me ha gustado mucho, Mirella.
ResponderEliminarMuy agradecida por tu comentario, Marta. No me sentía muy segura con esta historia.
EliminarBesos.
¡Hola, Mirella! Te prometo que al leerlo, sobre todo la última intervención, me he sentido un impacto parecido a cuando leí El cuervo de Poe. Aquel último ¡Nunca más! seco, tajante... El diálogo corre con fluidez y a través del mismo se intuye la historia de ese abuelo que murió de tristeza, ese padre que solo suelta veneno...
ResponderEliminarTe aseguro que yo no tenía ninguna duda de que pudieras escribir un microrrelatazo como el que has aportado al reto. Un fuerte abrazo!!
Te agradezco enormemente el comentario, porque este reto me resultó muy difícil y tampoco quedé muy conforme con la historia, tuve la sensación que no tenía potencia.
EliminarTambién te agradezco que con tus retos me obligo a buscar ideas y escribir.
Un fuerte abrazo, David.
¡Qué preciosidad de relato, Mirella! Con ese final pones un broche mágico con el que sorprendes al lector, pero también lo atrapas. ¡Me ha encantado!
ResponderEliminar¡Gracias, María Pilar! Me es muy grato saber que lo disfrutaste.
EliminarUn abrazote, guapa.
Boludo y pelotudo siempre me han parecido palabras simpáticas sin mala intención. El dialogo es estupendo, y eso “nooo” que se ha colado al final es lo mejor, puede que te haya costado porque es diferente a lo que haces pero quien sabe escribir lo escribe bien todo. Abrazosss
ResponderEliminarHay oportunidades que tienen una connotación despectiva, pero entre los adolescentes es de uso ordinario, en lugar del nombre.
EliminarNo es del estilo que suelo tener, lo que no está mal, lo que me importa es que tenga calidad y, la verdad, me costó vérsela.
Gracias, con muchos besos.
Originalisimo relato, Mirella. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Mirna, contentísima de que te haya gustado.
EliminarBesotes.
Y pues sí. No volverá.
ResponderEliminarYa no hay dudas al respecto.
EliminarGracias, Alexander, por acercarte.
Saludos.
Hola Mirella.Un relato muy imaginativo y muy bonito.Me gustó mucho.Besos
ResponderEliminarBetty, no te perdés ninguna publicación y te lo agradezco mucho.
EliminarUn abrazo grande.
Siempre hay que hacer caso a los abuelos que no suelen romper las promesas. Me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarUn beso muy grande
Los abuelos lon sabios y cumplen con sus promesas.
EliminarMuchas gracias y para mí es un honor que te haya gustado.
Un gran abrazo, Ana.
Me ha puesto la piel de galina....Un fuerte abrazo Mirella.
ResponderEliminarTe fuiste muy desabrigado, Eric, en plena montaña... jajaja!!
EliminarMuy agradecida, Eric, te mando un abrazo enorme.
Reto más que superado Mirella. Con brillantez añadiría y añado ja, ja, ja. En lo personal me parece un relato que se acerca mucho más al humor (este si es buen humor negro) que a la tristeza. El recurso narrativo del eco es de una gran creatividad y los vocablos argentinos amenizan más si cabe el texto. Por todo ello, te doy mi enhorabuena.
ResponderEliminarUn gran abrazo escritora.
Me da mcho gusto que le hayas visto la veta de humor negro, que me salió de un modo inconsciente, porque es un género que me agrada pero que no sé manejar bien.
EliminarAgradezco que tu ojo entrenado para la crítica, haya aprobado los resultados del reto con tan buen comentario.
Un fuerte abrazo, Miguel.
!Hola Mirella!
ResponderEliminarMuy bien planteada la ambientación en el diálogo, es una preciosura, con un final arrollador.
Saluditos
Muy amable, Yessy, te agradezco mucho el comentario elogioso.
EliminarBesos.
Es un reto complicado mantener, solo con el diálogo, una trama en la que no te pierdas cosas. Creo que te quedó muy bien Mirella y quizás la clave sea una buena historia,... y tú la tenías.
ResponderEliminarYa lo creo que resultó complicado, tardé más de dos semanas en encontrar esta idea y otra para desarrollarla. Un gusto que te pareciera buena.
EliminarAbrazos, Toño.
Mire , ya sabes que me repito siempre contigo, pues todo lo que leo de tu pluma es magnífico. Quien tiene don , lo tiene sea a manera de diálogo o como lo haces habitualmente.
ResponderEliminarSabes? En ese diálogo algo muy mio encontré. Me trajiste a mi abuelo , ese que siendo niña le gustaba descubrirme el mundo con su experiencia, con sus historias, con sus juegos . Y sí, él fue quién me enseñó hablarle al eco en lugares altos y desiertos : le decía estamos solo y él me respondía: habla fuerte ya verás como no estamos solos ... siempre hay quien nos escucha y quien nos responde ( el eco, claro jajaja)
Un abrazo inmenso y gracias por este momento lindo !
Me gratifica que la historia te haya traído recuerdos similares con tu abuelo, recuerdos dulces de momentos compartidos y de asimilar sus enseñanzas. Los abuelos son una figura importante y tan querida.
EliminarY yo te agradezco un montón tus comentarios, siempre encantadores.
Un fuerte abrazo, María.
Hola, Mirella :)
ResponderEliminarHe leído en algún sitio que no estabas demasiado satisfecha con el resultado de tu micro-diálogo y tengo que decir que estoy en total desacuerdo contigo. ¡Es genial!
No lo querrás crees, pero he terminado de leerte con un escalofrío por la espalda. La historia tiene su suspense, muy bien mantenido, su parte tierna, pone de relieve los valores afectivos entre generaciones diferentes y además da pinceladas sobre la situación familiar del muchacho, que es "delicada". En tan pocas palabras nadie habría podido ofrecer más al lector. Mi sincera enhorabuena.
¡Un beso!
Leíste bien, Julia, lo publiqué pero no estaba para nada satisfecha. Ahora, con tantos comentarios elogiosos y estimulantes, lo veo con más cariño. Ese es mi problema: soy demasiado exigente con mis textos y con pocos quedo conforme.
EliminarMuchas gracias por tus palabras tan lindas.
Un gran abrazo.
Uuufff... me llego ese eco Mirella. Superado el reto y además con ese suspense final.
ResponderEliminarConocía boludo, tenemos aquí amigos argentinos, buena gente, la usan mucho.
Te deseo buena noche.
Un abraaazooo.
Boludo se ha hecho universal en todos los países de habla hispana... jajaja!
EliminarMuy contenta de que te haya llegado ese ecoooooo... oooo...
Besotes, Laura.
Me ha divertido el final. Hay cosas que se saben y que no vale la pena preguntar pero queremos escuchar eso que ya sabemos.
ResponderEliminarTe abrazo fuerte querida Mire.
Beeeesos.
Queremos comprobar esas respuestas, que intuimos, para poder borrar definitivamente esa página de la vida.
EliminarGracias, querido Gildo, con beeesos y abrazos.
·.
ResponderEliminarGenial. Me haces recordar los tiempos en los que buscaba al eco para que me contestase 'eco-eco'
Más tarde, cuando comencé a hacerle otras preguntas, siempre encontré la misma respuesta: el silencio.
No sé si me habré equivocado de montañas...
Un abrazo
.·
LMA · & · CR
Quizás, como decía el abuelo del chico, no hiciste la pregunta en la forma correcta y el eco se quedó callado. También puede ser que esa no fuera tu montaña de las respuestas.
EliminarGracias y abrazos, Alfonso.
Hola Mirella
ResponderEliminarMuy tierno y duro a la vez. Estoy con Julia en que te ha salido un relato con muchos matices que descubrir. Me ha encatado.
Un saludo
Muchas gracias por leer, Paola, me da gusto que le encontraras matices y que haya sido de tu agrado.
EliminarBesos.
Ay Mirella. Es que los abuelos son de una sabiduría. Si nos gobernaran ellos, otro gallo cantaría.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu diálogo. Un abrazo.
Es cierto, ellos también fueron padres y han sabido capitalizar la experiencia.
EliminarGracias por leer y dejar tus impresiones. Contenta de que te haya gustado.
Abrazos.
El abuelo no solo tiene todas las respuestas sino que ofrece la confidencia aun morando en el más allá. Ese detalle tocó mi esquina emotiva, tal es la predisposición a creerme todo lo que se va a contar en el relato, simplemente por la magia del contrato literario entre autor y lector. Me encantó, Mirella.
ResponderEliminarCuando se pasan situaciones de abandono de uno de los padres es beneficioso tener una figura que respalde. Y qué mejor que un abuelo.
EliminarUn gustazo enorme que te hayas metido en la narración.
Abrazos, Ariel.
Hola Mirella, valió la pena la tardanza en encontrar la magia para escribir este relato, porque si que tiene magia.
ResponderEliminarUna historia de esas en las que nadie cree, pero que nos encanta leer aunque no tengan un final feliz.
Ingenioso, un escenario natural en el que nos cuentas historias del más allá con un lenguaje fresco y jovial.
Me ha gustado leerte. Grato fin de semana.
Hola Harolina, gracias por acercarte y dejarme tu opinión. Me alegra que disfrutaras del texto, que sí, me dio mucho trabajo en su nacimiento.
EliminarTambién te deseo un bonito fin de semana.
Besos.
Dice mucho de ti, Mirella, que no estés satisfecha del todo con tu relato... esto habla de tu inquietud por mejorar y de tu autocrítica...pero ¿sabes... tienes que estar tranquila porque has hecho un gran micro con ingredientes de:
ResponderEliminar- Ternura sin que sea demasiado edulcorada, los toques de leve humor lo salva del endulzamaiento excesivo.
- Nostalgia en su punto justo.
- Resolución final acertada con un toque de realismo mágico que me encanta.
Un beso, señora escritora que todo se lo cuestiona ;)
Querida Isabel, te agradezco el análisis del micro y tu estímulo en cuanto a la calidad del mismo. Soy tremendamente crítica con mis textos y eso por un lado es bueno, como decís bien, me impulsa a mejorar, pero por el otro es un tanto inhibitorio a la hora de escribir.
EliminarUn enorme abrazo, guapa.
Muy bonito y tierno , la esperanza de que el eco responda es algo que suele hacerse, sobre todo si eres joven y se dan las circunstancias de tu protagonista. El final es inesperado.
ResponderEliminarMe gustó el argumento y como lo enfocaste.
Un abrazo Mirella
Puri
Muchas gracias Puri, me pone contenta que te haya gustado el tema y su enfoque. No fue fácil encontrarlo y tampoco desarrollarlo, esta vez sí que el reto del amigo David fue todo un desafío para mí.
EliminarUn abrazo.
Creo que es mejor la confirmación que quedarse con la duda, que carcome y deja la herida siempre abierta.
ResponderEliminarMe gusta mucho el cantautor Jorge Drexler, voy a buscar ese tema, no lo recuerdo.
Gracias y abrazos, Julio.
Pues de Serenas tienen poco esas cumbres. Hola, Mirella, has escrito un muy buen relato. Has transformado a un personaje en el lector, o por lo menos en mi escepticismo, para luego darnos una darnos en los morros, y que lo hicieras con ese realismo mágicoe encantó.
ResponderEliminarEnhorabuena, y has hecho un gran micro, se nota ese trabajo que dices haber invertido.
Un saludo.
Hola Pepe, en cuanto a escepticismo somos dos, pero en el mundo de la ficción se pueden apelar a muchos recursos.
EliminarGracias por la lectura y el comentario.
Saludos.
Reto superado.
ResponderEliminarEl mito de la ninfa Eco y de Narciso... que al final recibe su castigo: el de ser condenado a mirarse en su propio espejo hasta el fin los tiempos.
Una linda metáfora para tu micro.
Besos y abrazote, Bella Dama.
A veces se necesita un reto, un estímulo cuando no aparece ni la hilacha de una historia o algo nuevo que contar.
EliminarUn gran abrazo, Zarcita linda.
Me ha encantado el relato Mirella...y con ese final ...genial
ResponderEliminarpocas veces me respondió el eco.
Un abrazo
A mí tampoco me respondió, solo repetía la última palabra, al rato se tornaba aburrido.
EliminarContenta de que te gustara el micro, Esme.
Otro abrazo.
Me ha parecido tierno porque el deseo de querer volver a la madre es un anhelo que todos los que hemos perdido a los padres tenemos. A todos nos gustaría volver a escuchar a la madre.
ResponderEliminarEn este caso el dolor y la incertidumbre es mayor porque ella se marchó de la casa y no dio más noticias suyas.
EliminarGracias, Dyhego.