lunes, 28 de noviembre de 2016

Una leyenda china



Hace un tiempo que estoy cuestionando mi falta de imaginación, es como si se hubiese evaporado de a poco. Cuando me ocurren este tipo de preocupaciones, a la corta o a la larga, algo puntual aparece para sacudirme.
En este caso fue un libro: La loca de la casa, de Rosa Montero. “La imaginación es la loca de la casa”, frase de Santa Teresa de Jesús.
Les voy a compartir un segmento. Montero dice:

Hay un cuento-emblema, un cuento metáfora que me gusta muchísimo sobre la capacidad salvadora de la imaginación. Trata de la pintura y no de la narrativa, pero en el fondo es lo mismo Es un relato de Marguerite Yourcenar titulado “Cómo se salvó Wang-Fô” y está inspirado en una antigua leyenda china.
El pintor Wang-Fô y su discípulo Ling erraban por los caminos del reino de Han. El viejo maestro era un artista excepcional; había enseñado a Ling a ver la auténtica realidad, la belleza del mundo. Porque  todo arte es la búsqueda de esa belleza capaz de agrandar la condición humana.
Un día Wang y Ling llegaron a la ciudad imperial y fueron detenidos por los guardias, que los condujeron ante el emperador. El Hijo del Cielo era joven y bello, pero estaba lleno de una cólera fría. Explicó a Wang que había pasado su infancia encerrado dentro del palacio y que, durante diez años, solo había conocido la realidad exterior a través de los cuadros del pintor. “A los dieciséis años vi abrirse las puertas que me separaban del mundo; subí a la terraza del palacio para mirar las nubes, pero eran menos hermosas que las de tus crepúsculos (…) Me has mentido, Wang-Fô, viejo impostor: el mundo no es más que un amasijo de manchas confusas, lanzadas al vacío por un pintor insensato, borradas sin cesar por nuestras lágrimas. El reino de Han no es el más hermoso de los reinos y yo no soy el emperador. El único imperio donde vale la pena reinar es aquel en donde tú penetras”.
Por este desengaño, por este amargo descubrimiento de un universo que, sin la ayuda del arte y la belleza, resulta caótico e insensato, el emperador decidió sacarle los ojos y cortar las manos de Wang-Fô. Al escuchar la condena, el fiel Ling intentó defender a su maestro, pero fue interceptado por los guardias y degollado al instante. En cuanto a Wang-Fô, el Hijo del Cielo le ordenó que, antes de ser cegado y mutilado, terminase un cuadro inacabado suyo que había en el palacio. Trajeron la pintura al salón del trono: era un bello paisaje de la época de juventud del artista.
El anciano maestro tomó los pinceles y empezó a retocar el lago que aparecía en primer término. Y muy pronto comenzó a humedecerse el pavimento de jade del salón. Ahora el maestro dibujaba una barca, y a lo lejos se escuchó un batir de remos. En la barca venía Ling, perfectamente vivo y con su cabeza bien pegada al cuello. La estancia del trono se había llenado de agua:
“Las trenzas de los cortesanos sumergidos ondulaban en la superficie como serpientes, y la cabeza pálida del emperador flotaba como un loto”
Ling llegó al borde de la pintura; dejó los remos, saludó a su maestro y le ayudó a subir a la embarcación. Y ambos se alejaron dulcemente, desapareciendo para siempre “en aquel mar de jade azul que Wang-Fô acababa de inventar”.

No crean que después de la lectura, mágicamente, volví a imaginar historias, pero me dio qué pensar. Algo más de Montero:

“Dejar de escribir puede ser la locura, el caos, el sufrimiento; pero dejar de leer es la muerte instantánea. Un mundo sin libros es un mundo sin atmósfera, como Marte”.


Si quieren leer entero el relato de Yourcenar, aquí les dejo el link.


https://proyectandoleyendo.files.wordpress.com/2010/09/como-se-salvo-wang-fo-marguerite-yourcenar1.pdf




Mis disculpas por no visitarlos, me urge un descanso.
Los saludo y abrazo ¡hasta prontito!





29 comentarios:

  1. Mirella, espero que disfrutes de tu descanso. No manejamos a voluntad la imaginación y, cuando menos lo esperás, mágicamente regresa a tus manos como una paloma mensajera. Solo es cuestión de tiempo. Un abrazo grande.
    Ariel

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo.
    No se puede dejar de leer, es la muerte sin duda.
    Y alguien como tú tampoco ha de dejar de escribir.
    Tienes un don, no reniegues de él.

    Venga, descansa.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. La imaginación es una pícara mariposa que suele volar y abandonarnos, pero no por demasiado tiempo, la lectura actúa sobre ella como un imán, la atrae y regresa a nosotros.
    Gracias Mirella, desconocía esta historia tan bella.

    Buen descanso y a regresar con fuerzas.

    Un beso.

    mariarosa

    ResponderEliminar
  4. A Yourcenar la leía cuando era jovencita, era me costaba entenderla y pensaba que esforzándome me haría mas sabía, pensamiento de niña que hoy me has recordado. Nunca debemos dejar de leer, es el cordón que nos une a la libertad. Escribir ya es otra cosa, tu sabes hacerlo y en cualquier momento te sentirás dispuesta. Un abrazo apretado

    ResponderEliminar
  5. Que disfrutes tu descanso, Mirel, "La loca de la casa" pronto te asaltará y volverás a escribir, esperaremos ese momento para subirnos a la barca de tus palabras y navegar por tu imaginación!!

    ResponderEliminar
  6. No me puedo imaginar un mundo sin libros,Mirella.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias por este bonito relato. Descansa lo que necesites y vuelve, te esperamos con los brazos abiertos. Besetes.

    ResponderEliminar
  8. Como me gustan a mi estas estorias.
    He disfrutado al máximo leyéndola.

    Besitos :)

    ResponderEliminar
  9. Leí el libro de Rosa Montero... (que no es gran santa de mi devoción) y Yourcenar es un referente para toda mujer.
    Sin leer no creo haber sido capaz de resistir en momentos difíciles.
    Hay un texto de A Mª Matute que me encanta fue el que leyó cuando entró en la RAE te dejo el discurso íntegro, es un homenaje a la literatura y la fantasía : http://www.rae.es/sites/default/files/Discurso_Ingreso_Ana_Maria_Matute.pdf

    En cuanto a tus letras, bien sabes que nos dejas (al menos en cuanto a mí se refiere) huérfanos, pero entiendo que necesites descansar.
    Estaré cerquita...
    ;)

    Cuídate Bella Dama, y vuelve con esas palabras como pájaros que son pura magia para el intelecto.

    Besos, Mirella.

    ResponderEliminar
  10. Hay que leer aunque sean los prospecto de las medicinas. Me gusta el relato. Que descanses, disfrutes y seas feliz. Descansa, pero no tardes que te echamos de menos.

    Besos y abrazos Mirella.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a todos por acercarse, dejarme saludos y comprensión.

      Abrazos a Ariel, Xavi, Mariarosa, Ester, Eduardo, Jesús (tejón), Angelines, Nieves, Eva y Rafa.

      Eliminar
  11. Mirella muy acertada esta reflexión y el cuento con que la acompañas, me ha gustado mucho, esa capacidad salvadora de la imaginación, la libertad que proporciona imaginar todo lo que apetezca, de la manera que se quiera y sin límites y sí, es imposible pensar en no leer, todo lo que se pierde, porque con los libros llegas a mundos soñados, conoces y descubres continentes, emociones, personas... se vive.

    Cuídate, tus letras están todas ahí esperando porque en cada entrada hay mucho de ti y eso que hace poquito que te leo pero es evidente que tienes magia cuando cuentas.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. Estoy peor que vos. No se me cae una idea. Pero, te cuento que tengo medio relato amasado y uno recién sacado del horno. Tardarán en publicarse, pero es todo lo que pude dar. Pasa. Y sé cómo te sentís.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  13. El amor a la lectura nos enriquece y en mi humilde opinión la de las personas cercanas a parte de eso nos hace sentirnos menos "raritos" :P

    El texto que has elegido es exquisito así como la reseña

    entrar en tu casa es observar el amor que tienes a las letras y al arte Mire, no solamente por lo que tu escribes si no por este lateral que muestras que invita a ir a cada uno de tus enlaces

    a veces el tiempo o la vida ... nos para pero no por ello dejamos de escribir hasta lo más intimo , esas palabras que susurramos a la almohada

    mi abrazo siempre ¡¡

    ResponderEliminar
  14. El descanso es importante, Mirella... las palabras ya vendrán a tu cabeza más pronto que tarde...
    Abrazos mil

    ResponderEliminar
  15. ...son solo temporadas de sequía creativa. pero volverán las lluvias, ya verás. Nos sucede a todos. Muy feliz descanso. mímate mucho, linda

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero que sea momentáneo, mientras tanto necesito desconectarme del trabajo mental.

      Muchas gracias y cariños Conxita, Julio, Raúl, María, Esmeralda y Soco.

      Eliminar
  16. Precioso Mirella. Descansar te hara volver con renovadas ideas para seguir escribiendo. Sin libros sería muy monótona la vida
    Espero que vuelvas pronto.
    Besos.

    ResponderEliminar
  17. Es grande la imaginación, poderosa y viajera, capaz de llevarnos hasta lo impensable.
    Sin la lectura la imaginación se deprimiría, quedaría postrada en cama esperando e imaginando la muerte y sus mundos...hasta el final imaginando.
    Pero para ello ha de haber quien escriba y tú, querida Mirella, eres poderos con las letras.
    Date tiempo.
    Besos.

    ResponderEliminar

  18. Preciosas leyenda. Deseo que no tengas que embarcarte hacia un reino tras la realidad. Escribe, que tú si que sabes.

    un abrazo

    · LMA · & · CR ·

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy agradecida por las visitas, espero devolverlas pronto.
      En cuanto a escribir... por ahora, la loca de la casa sigue guardada.

      Abrazos Laura, Marinel (¡qué lindo saber de vos!) y Bolo.

      Eliminar
  19. No te preocupes Mirel, nos pasa a todos, tómate tu tiempo y descansa; yo te aseguro que esa "loca" regresa. Me recordaste un texto algo cursi que escribí hace mucho y que te comparto, porque aborda este tema. Dice así:

    A la espera

    Recordé aquella canción, la que ahuyentaba el silencio, la que susurrabas inesperadamente cuando la banalidad anegaba la casa, la que hacía que mis palabras salieran en estampida desde los rincones de mi cerebro donde invernaban como frías piezas de porcelana.
    Recordé aquella canción, el fulgor con que emergía para fundirse en el cristal de la claraboya e iluminarlo todo.
    Recordé tu sonrisa mezclada con los susurros y a tus susurros mientras sonreías.
    Toda la arquitectura del silencio caía derribada por tu voz apenas audible, pero que, como un disparo, fulminaba tanto gris, tanta mediocridad, tanta melancolía… La casa se llenaba de alegres trinos que se posaban en cada resquicio, en cada oquedad, en cada poro de las paredes. Y él huía, el silencio, digo, huía aterrorizado por los sumideros, y sus alaridos quedaban atrapados en las cañerías. Entonces las palabras bajaban a la hoja y danzaban desenfrenadamente con sus piececitos manchados de tinta dejando un reguero de versos estampados en el papel.
    Recordé aquella canción y yo también la susurré. La susurré al oído de la casa, al cuerpo del espejo, al pubis de las sábanas… Pero el color seguía siendo el mismo, un gris apagado; el silencio continuaba y a cada paso era más hermético, como un muro pétreo e insalvable. Y la soledad, esa dama soberbia y omnipresente, seguía paseándose desnuda por cada habitación. Por más que lo intenté no pude. Mi susurro era anodino, insípido, la casa no era capaz de encontrarle el sabor a mi canto. Las palabras volvieron a refugiarse en el frío de la porcelana. Y aquí estoy, a la espera. A tu espera.

    Aché, Mirel, mucho aché.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Ovi querido, un texto lleno de poesía, me gustó mucho, no me parece nada cursi.
      También estoy a la espera de nuevas ideas, de serenidad mental.
      Un abrazo bien grande.

      Eliminar
  20. Mirella, en esto de los "baches" soy más realista...los únicos que deberían hacerse problemas por ellos son los Ministros de obras públicas, y no se los hacen, así que un artista no debe preocuparse...también en los "baches" abreva la creación. Descansá sin culpa! Un grande abbraccio!

    ResponderEliminar
  21. Es tremendamente cierto. Puedo dejar de escribir pero nunca de leer.


    Un abrazo

    ResponderEliminar
  22. ¡Hola, Mirella!
    Las musas igual están como se van, pero creo que siempre están pendientes de nosotros por si se nos ocurre prestar mejor y más atención, al menos pasa conmigo.

    El segmento de Montero que compartes me emocionó, y recordó a una película que vi hace tiempo, en la que una artista de la pintura según su ánimo en pintar un cuadro, el mismo reflejo de la vibración que ponía en ello resurgía en el cielo y como tal, se materializaba en la vida terrenal. Creo que se llama la película, "Más allá de la vida"

    Te deseo unas felices fiestas, si las celebras, y que el año nuevo te venga colmado de ilusión y mucha felicidad.
    Besos-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Mila. Hace tiempo que no estaba tan árida de letras y lo que se me ocurre -o más bien- lo que necesito escribir no es para publicarlo en el blog. Son momentos difíciles para mí.
      También te deseo muchas felicidades y un excelente año.
      Un gran abrazo.

      Muy agradecida a Patzy y a Malquerida por pasar.
      Abrazos para las dos.

      Eliminar
  23. A veces la aridez no se trata de la capacidad del creador, Mirel. Hay momentos en que las situaciones por las que se está transitando requieren una introspección más que lo contrario. Forzar la máquina en estos casos sirve de poco, nuestra capacidad de creación, como habrás comprobado, se rige por los estados de ánimos y por las necesidades del momento. Por otro lado blogger impone el compromiso de actualizar el blog regularmente y esto no ayuda para los descansos que se necesitan de cuando en vez, en lo absoluto.

    (Tu alumno el iguana llega tarde pero seguro)

    Besos a montones y feliz navidad!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, iguana cubana... ya no fuerzo la máquina porque sería inútil y lo que saldría serían palabras pobres y sin sentido.
      La sensación que tengo es que ya dije todo lo que podía decir... Veremos...
      Un enorme abrazo y muchas felicidades.

      Eliminar