Aterricé con la cara contra el piso, como una torta
caída boca abajo. Quince escalones y el cuerpo invicto, apenas un hilito flojo.
La vida puede cambiar totalmente debido a un hilito a
punto de soltarse. Dicen que el libre albedrío no existe, por eso los hilos.
Estoy condicionado, sin embargo, quiero volar, correr y de solo pensarlo me da
vértigo.
¿Me habrá quedado bien la cara? ¿Por qué estoy
constantemente triste? Me gusta jugar, no que me usen de juguete. Creo que no
inspiro afecto, aunque los chiquilines me digan qué divertido, qué genial es Mario…
Siento algo tibio que baja por la mejilla, la acaricia
¿será la tristeza que se licúa? Me doy cuenta de que piernas y brazos adquirieron
autonomía de movimientos. En la rigidez de mi boca quiero que aparezca el
dibujo germinal de una sonrisa.
Como colgada de una nube veo la escalera por la que
resbalé. ¿Podré terminar de bajarla e irme? Dejarte sosteniendo los hilos,
ahora que se cortaron. Que te quedes solo, en lo oscuro, como un dios sin
creyentes, cada vez más lejano, pequeñito, con tu voz falsa, tus tirones
bruscos, las reverencias forzadas, los saltos acrobáticos que me imponías y
terminaban en torpes tropiezos.
Si consigo levantarme ya no seré una marioneta.
© Mirella S. — 2016 —
Muy buen texto Mirella. la vida con sus hilos de plata... Hermoso
ResponderEliminarGracias, Demian, a veces son hilos de plata, otras alambre de púas, pero siempre atan a algo.
EliminarUn abrazo.
Muy buen relato.
ResponderEliminarTodos somos un poco Marío, marioneta de la vida, suspendidos de un hilo.
No se por que tu cuento me trajo a la memoria a Tolouse Lautrec, él también cayó de una escalera y su vida sufrió un cambio terrible.
mariarosa
Ahora, mientras te contesto, también se me ocurre que cortar todos los hilos quizás no sea bueno, no tener pertenencia, andar solo por la vida puede conducir a la marginalidad o a la locura.
EliminarLautrec, qué gran artista, cómo supo superar sus problemas físicos con la originalidad de su arte.
Besos, Mariarosa.
Cuando se rompen los hilos uno recupera su libre albedrío, al principio duele, pero con el paso del tiempo adquirimos confianza y comenzamos a volar.
ResponderEliminarBesos
Los hilos que debemos cortar son los nocivos, los que nos impiden ser nosotros mismos. No creo en un libre albedrío total.
EliminarBesos, Chaly.
Nada como no tener hilos que manejen
ResponderEliminarNo darle el poder a ningún titiritero.
EliminarBesos, Oscar.
Todos somos marionetas, y los hilos los movemos nosotros mismos, cuando terminemos de bajar la escalera echaremos a andar. Espero. Un abrazo
ResponderEliminarPara mí el libre albedrío, como proclaman algunos, no existe. Tenemos la opción SI y la opción No y después habrá que hacerse cargo de las consecuencias, positivas o negativas que desencadenen esas elecciones.
EliminarGracias, guapa, con un besote.
Qué poético Mire. Qué bello. Valió la pena el golpe eh.
ResponderEliminarMe da tanto gusto leerte.
Abrazos.
Gildo, parece que solo podemos aprender a través de los golpes y caídas... y a veces ni así.
EliminarBeeesos y gracias por la lectura.
Que se levante y que sea libre para siempre.
ResponderEliminarMe llega al corazón.
Besos.
Te llega porque tenés un corazón sensible y que de tan libre, se ha vuelto solitario.
EliminarCreo que estamos cortados por la misma tijera, Xavi.
Besos agradecidos.
Un relato tierno y melancólico al tiempo, con la profundidad que te caracteriza, querida Mirella. Destaco cómo en unas breves líneas has urdido toda una reflexión sobre el libre albedrío, es admirable.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Isabel, por hacerte un ratito, con todas tus actividades, para venir a leerme. Hoy el texto es corto, así que no te demandó demasiado tiempo.
EliminarUn gusto que te fueras contenta con el tratamiento del tema.
Abrazo, guapa.
Un texto trágico, un final conmovedor... espero que en su próximo papel sea más afortunado.
ResponderEliminarMarionetas o títeres desmembrados. Nos disparan a escena, y se nos abre la herida en el camerino.
Me fascina desde niña esa cara del clown enharinado, el Carablanca, es como si encerrase un conocimiento prodigioso en sus ojos, y entre sus dedos. Siempre tan triste aunque simule alegría.
Son tan frágiles los hilos que nos atan a algo... que en cuestión de un segundo puede todo no ser lo que fue.
Una vez más, lo lograste...
Gracias por esta joyita.
Besos, Bella Dama.
La vida nos da oportunidades para que soltemos algunos hilos, modifiquemos cosas, en cada uno está aceptarlas o seguir igual. Todo cambio implica una muerte de lo viejo y de lo que no sirve y el renacimiento a otro estadio en el camino de evolutivo personal. Y eso da miedo porque estamos ante lo incierto.
EliminarAy, me parece que la respuesta me salió como una frase de las tipo New Age... jajaja...
Gracias, querida Eva, un gran abrazo.
Es difícil sentirse una marioneta, controlado por otros aunque sea con hilos o con cadenas, todo aquello que limita, duele.
ResponderEliminarSiempre he pensado que sí, que esas caritas daban mucha tristeza. Espero que una vez libre y haciendo lo que desea, sea lo que sea, y recupere la sonrisa.
Un abrazo
Eso ya dependerá de él, afuera también habrá otros hilos que lo retengan -o lo intentarán- pero podrá elegir con cuales ligaduras quedarse. Todos tenemos algunas.
EliminarMuy amable, Conxita, un gran abrazo.
Tremendo relato, encierra mucho más que letras..y me toca..
ResponderEliminarBueno. Ya sabes... siempre me llegas ahí
Toc, toc
... Buscaré otra lectura...la hermosa, la que *no duela*
Y ni se te ocurra lo de siempre... porque si me toca...es maravilloso, vale?
Mi abrazo, corazón hermoso!!
Contenta de que te toque en algún punto, esa es la finalidad de la escritura, hacer sentir, hacer pensar.
EliminarGracias por tu presencia, María, con un abrazo inmenso, para que llegue hasta tu tierra.
Me pareció muy logrado, Mirel. Una excelente metáfora
ResponderEliminarEs una idea vieja, apenas una frase, que tenía anotada en uno de mis cuadernos y que ahora me dieron ganas de desarrollar.
EliminarMuchas gracias, querido Gavrí.
Abrazos.
Esos hilos por los que a veces nos sentimos sujetos, en la vida, parece que hay tropiezos, ligaduras de las que quisiéramos zafarnos. Uno/a siempre puede elegir, romper el hilo o seguir atado a él, o a otro... ¿Quién sabe? Por cuantos condicionamientos nos guiamos. Importa, el saber levantarse y elegir de nuevo.
ResponderEliminarPrecioso relato, Mirella.
Una invitación a la libertad, a seguir adelante.
Besos-)
Estamos llenos de condicionamientos, propios y sociales. Lo que importa es levantarse y seguir como se pueda.
EliminarDentro de tanto condicionamiento siempre encontraremos un punto de libertad, aunque sea limitado.
Gracias, Mila, un enorme abrazo.
Lo malo digo yo, es que nos manejen como marionetas, moviendo los hilos. Por contrario aunque sigamos colgando de un simple hilo, pero sin nadie que nos tosa, no vamos mal del todo.
ResponderEliminarBesos Mirella.
Siempre hay algún titiritero mayor que maneja hilos que no podemos romper, sobre todo en lo político. Intentamos buscar otro que parezca mejor, lo elegimos... pero es una raza de lo que no se puede esperar mucho. Cortamos un hilo y nos atamos a otro.
EliminarLos personales son los que más nos hacen infelices.
Gracias, Rafa, un fuerte abrazo.
Te leo y me haces pensar, el libre albedrío no existe, es una ilusión, los hilos sí existen, construyen destinos paradójicos y por eso somos marionetas!!
ResponderEliminar¡Excelente, Mirel, aplausos!!
También creo que el libre albedrío no existe, tenemos un estrecho caminito por el que circular con nuestras circunstancias.
EliminarLo único que a veces nos libera es la imaginacón.
Una reverencia ante los aplausos, Edu.
Abrazos.
El problema no son los hilos, sino quién los mueve, y está claro que no somos nosotros. El destino, Dios, ni idea. Si te caés de cara te vas a lastimar sí o sí. Y hay que levantarse sí o sí, salvo que te hayas muerto con el golpe.
ResponderEliminarNos hacés reflexionaron mucho vos, ja.
Saludos.
Como soy agnóstica, Dios no está entre mis posibilidades. Y hablar del destino requeriría todo un ensayo. Cada uno arma su teoría porque a algo hay que aferrarse o creer, la vida está tan llena de misterios y paradojas...
EliminarMe alegra hacerles trabajar las neuronas, así se mantienen activas.
Muchas gracias, Raúl, un abrazo.
Estoy bastante de acuerdo con lo que dice Ceo... es un espejismo de las personas que no alcanzamos a explicarnos lo encorsetado de esta sociedad.
ResponderEliminarEs una delicia leerte
Besos :)
No solo la sociedad, sino la vida misma llena de interrogantes y sujeciones inexplicables. La libertad total no existe, siempre habrá un hilo -para bien o para mal- que nos mantenga ligado a algo.
EliminarUn besote y mil gracias, Nieves.
Ay que bonito. Tus finales son de impacto siempre. Eres una artista de la composición de los sentimientos. Besetes.
ResponderEliminarUn comentario muy lindo, Angelines, es un placer que sientas mis textos de esa manera.
EliminarAbrazo grande, guapa.
Efectivamente y la cosa sería para charlar largo y tendido, ni siquiera somos conscientes de la esclavitud a la que nos han sometido ciertos seres, denominados "dioses" del pasado remoto, que nuestros ancestros adoraron porque no eran capaces de comprender aquellas presencias extraordinarias, que no eran más que seres llegados del espacio o "antiguos astronautas" interestelares que llegaron a este planeta para "cultivarlo" y hacer experimentos con los "pobladores" terrestres, hasta modificarles su ADN y "reprogramar" su conciencia para que jamás comprendieran dicha manipulación... De modo que como ya te he dicho al principio ignoramos demasiada información de nuestro auténtico origen y lo peor de todo es que llevemos siglos de esclavitud gracias a los poderes fácticos y a una élite mundial de 13 familias que manejan los hilos de las marionetas humanas. Soy consciente de que esta información no la ofrecen los medios oficiales y por consiguiente no figura en ningún libro de texto o existan tesis doctorales al respecto, sino que se les suele llamar despectivamente "teorías de la conspiración" para marear la perdiz y despistar la atención del resto del rebaño en que nos obligan a pastar, incluso a los rebeldes o divergentes con este sistema corrupto y dominante.
ResponderEliminarCentrándome en la forma de contarnos esta realidad, opino que lo has creado de forma muy poética y metafórica, partiendo de esa idea de esclavitud. Cierto es que cuando empiezas a comprender este "tinglado" existencial, ya logras quitare la venda de los ojos y conocer mejor la estrategia del "juego de ajedrez" para mover mejor nuestros peones y convertirnos en piezas más difíciles de eliminar del tablero.
Muchísimas gracias por seguirme mi linda amiga y gran escritora, Mirella.
Un abrazo grande!!!
Por un lado puedo decirte que soy una escéptica, pero también que no descarto nada. No tengo la curiosidad suficiente para interesarme sobre presencias extraordinarias que hayan interferido con su acción en el género humano. Probablemente porque mi vida no fue fácil desde la infancia, con problemas concretos que me requirieron esfuerzos continuos y lo poco que pude permitirme fue escribir, hacerme preguntas a través de mis textos y tirarlas al viento.
EliminarCada uno busca sus propios argumentos para encontrarle un sentido a la vida, lo que me parece muy válido. A lo largo de mis años también me di algunas respuestas, que fui descartando y quedándome solo con las preguntas. Cuando creí que había encontrado la respuesta correcta algo se desacomodaba dentro de mí: ¿ya está, esto es todo y quién te asegura que es la verdadera?
Te agradezco y respeto tu punto de vista, como te dije, todo es posible.
Un enorme abrazo por tu extenso e interesante comentario, Estrella.
Muy bionito el texto e imprescindible el mensaje. A través de unas palabras tristes y quizá algo inquietantes nos recuerdas que nunca debemos dejarnos llevar ni mucho menos manejar. Es muy importante tener nuestro propio carácter y personalidad, desde luego :D
ResponderEliminarMuy contenta de que te gustara el texto y el mensaje, Holden. Es que es muy triste darse cuenta de que uno fue un títere en manos de alguien.
EliminarHay que estar atento a las caídas, siempre indican algo y conllevan un mensaje y una oportunidad.
Gracias por la visita y que tengas un buen fin de semana.
¿Somos acaso marionetas que no vemos los hilos que nos mueven? ¿Hay hilos que mueven también el alma? ¿Quién tuvo la perversa idea de crearnos como marionetas si acaso nunca podamos alcanzar la independencia y la autonomía vital?
Tristes reflexiones de un Mario cualquiera. Triste posibilidad la de que podamos llamarnos Mario.
Fantástico texto, Mirlo.
un abrazo
· LMA · & · CR ·
Los hilos peores son los que sujetan el alma. Cuántas preguntas sin respuestas seguras... Somos esta especie de Marios que hacen lo que pueden con sus hilos, a veces algún imprevisto los corta o lo hacemos nosotros, también volvemos a atarnos con nuevos hilos.
EliminarGracias, Bolo, un abrazo.
Será él quien corte esos hilos y nadie más.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una ocasión que no debe ser desaprovechada.
EliminarUn abrazo y gracias por leer.
Qué bueno, querida Mirella. Valoramos mucho la libertad pero eso exige también valentía. Hay gente que prefiere seguir atada y manejada que plantearse la ndependencia.
ResponderEliminarSiempre será mejor probar y perder que nunca haber probado.
El mundo está lleno de marionetas, querida amiga.
Feliz de leerte.
Un abrazo enorme +Mirella Santoro.
Aunque nos creamos muy libres, hay ataduras que nos cuesta eludir o desatar. Lo que creemos es un deber a cumplir, por ejemplo, puede hacer que nos olvidemos de nosotros mismos. Pero siempre llega un día que recapacitamos sobre nuestras ligaduras y podemos soltarnos de algunas.
EliminarGracias por la visita, querida Aran, me alegra tenerte en el nido.
Un fuerte abrazo, guapa.
Nadie, ni dioses ni seres humanos, debería tener hilos que pudiesen manejar a otras personas. En realidad no deberían existir los hilos, pero mucho me temos que somos nosotros mismos los que los tendemos. Siempre es una buena decisión el cortarlos. Un texto para reflexionar este que hoy nos dejas.
ResponderEliminarEs una trama intrincada la de los hilos, porque están los que nos condicionan desde lo externo y los que nos condicionamos nosotros mismos por miedos, por dependencia emocional, etc. De muchas sí podemos soltarnos, cuando tomemos conciencia.
EliminarGracias, Jordana, con un abrazo.
Nos podrán atar con todos los hilos que quieran, los más gruesos, pero siempre tendremos un resquicio para ejercer nuestro trocito de libertad, aún esclavos. Tu prosa alude, no tiene barandas a las que asirse, permite que imaginemos, nos dejas espacios para reflexionar. Un texto elaborado con belleza, una cualidad literaria de la que no muchos pueden hacer gala. Un abrazo Mirella.
ResponderEliminarAriel
A veces hay que bancarse situaciones que no son elegidas por nosotros, pero el resquicio del que hablás, para mí, es ejercer la libertad mental y con la mente libre se puede volar por encima de lo que no tiene demasiado remedio. Una mente libre y amplia tiene más recursos, soluciones.
EliminarGracias, Ariel, por tu lectura.
Un abrazo.
Existen hilos irrompibles que nos mantienen apegados y solo se respira libertad en nuestra mente.
ResponderEliminarMe gusto mucho la frase..¿sera la tristeza licuada?
Salgo encantada y agradecida con la lectura de excelente texto.
Besos, con mis mejores deseos para ti.
Pienso lo mismo, Euge, lo acabo de escribir en la respuesta anterior: una mente libre nunca será esclavizada. Me da mucho gusto que te vayas contenta.
EliminarUn placer recibirte en el nido.
Besos, querida.
Siempre logras introducir en tus textos un toque especial y poético que engancha y consigue dejarnos pensando a quienes te leémos.
EliminarUn abrazo Mirell.
Un placer leerte otra vez Mirell.
Creo que ese es "mi toque", aprendí a reconocerlo, será porque es una forma de acercarme a la poesía, género al que no me animo.
EliminarContenta de que te gustara.
Besos, Carmencita.
No, Julio, no es mucho pedir y creo que lo hacemos a medida que maduramos.
ResponderEliminarEn el fondo, hacemos lo que podemos.
Gracias y abrazos.
Hay hilos muy sutiles, ni nos damos cuenta de estar atados a ellos ... los otros hilos, los rojos esos si que me gustan, deben ser los del alma
ResponderEliminarAbrazos
Los sutiles son los más complicados de cortar, crean una sensación de asfixia y en muchos casos no se sabe de dónde proviene.
EliminarMil gracias, guapa, un enorme abrazo.
Un texto muy bueno, Mirella.Refuerza el tema trágico, el tono poético con el que expresas vivencias amargas, superadas por la firme determinación de "cortar los hilos" de la manipulación.
ResponderEliminarVoy a seguir tu blog porque me parece interesante.
Un afectuoso saludo.
Muchas gracias, Fanny, por dejar tus impresiones y bienvenida. Me alegra que te gustara este espacio, vuelve cuando quieras, este nido no tiene puertas, es pura libertad.
EliminarUn abrazo.
Hilos invisibles que por una u otra razón nos atan...Nunca seremos verdaderamente libres Mirella.
ResponderEliminarPrecioso texto.
Besos.
Por lo menos hay que tratar de soltarse de las ataduras de las que se es consciente.
EliminarMe alegra que lo hayas disfrutado.
Besos, Laura.
Qué preciosidad, Mirella! Es tan triste y tierno...
ResponderEliminarTe deseo un maravilloso 2017, a pesar de lo que me contaste sobre tu tierra. El mundo está mal, pero debemos intentar ser felices.
Que tus sueños se cumplan y no dejes de escribir. Eres grande.
Besos.
Igualmente para vos, desde mi corazón te auguro lo mejor en esta nueva etapa de tu vida. Sos muy valiente.
EliminarAbrazos y felicidades, Celia hermosa.