Cuando las horas se
acumulan sin deseos y los días son pegajosos como las babas del diablo, cuando se han perdido creencias y el miedo álgido es su único compinche, quedan pocas
cosas que extrañar.
Ni siquiera el amor
por un hombre.
Ya no espera encontrar
las llaves que ocultó, tampoco romper los candados del encierro ni buscar un
cuchillo de obsidiana que haga sangrar otra vez su pecho de vida.
Permanece de pie en
el balcón. Es un árbol yermo e invernal y mira en el ocaso que desciende,
cómo los pájaros, en un racimo de uvas voladoras, se pierden en el celaje sin
detenerse, ni descansar en alguna de las ramas.
Igual que se perdió su deseo por el amor de un hombre.
Olvidese entonces a todos ellos
ResponderEliminarEs lo mejor que puede hacer, concentrarse en alguna otra cosa.
EliminarBesos, profe.
Qué desesperanzador. Escribes fenomenal, Mirella.
ResponderEliminarBesos
Mis textos, en un 99%, no son muy alegres y el actual, afortunadamente, es breve.
EliminarGracias, guapa, te dejo un beso grande.
me gusta verte escribiendo de nuevo amiga. Siempre hay algo por decir, aunque sea breve, aunque sea triste pero siempre vale la pena drenar, supurar... así le digo yo. Besotes, me encantó... a veces las cosas llegan sin buscarlas.
EliminarSil, es un texto que escribí a fines del año pasado, cuando abrí el otro blog (que cerré) y que también publiqué en Ultra.
EliminarPor ahora las letras siguen fugitivas.
Gracias por acercarte. Besotes.
Eso sucede cuando se han perdido creencias.
ResponderEliminarBesos
La pérdida de creencias y de sentido es la peor parte.
EliminarBesos, Chaly.
Hay momentos así, es que nuestro deseo esta en otro lado y los sentidos duermen. Pero todo pasa y el deseo regresa con la primavera y le da sabia nueva a nuestra sangre.
ResponderEliminarUn texto impecable.
Un abrazo.
mar
El deseo puede regresar también en pleno invierno, imprevistamente. Entonces todo lo anterior se olvida.
EliminarUn abrazote, Mariarosa.
Cuando se ha vivido mucho hasta el amor parece una tortura.
ResponderEliminarBesos.
Hay amores que son una tortura, los intensos y complicados. Pero también los hay tranquilos serenos; están, pero parece que no estuvieran.
EliminarBesos, Torito.
Corto pero sereno y firme. Besetes.
ResponderEliminarMe alegra que lo hayas visto desde ese angulo. Tal vez es la serenidad que da el tener conciencia de ciertos estados.
EliminarBesos, Angelines.
El vacío, la nada, no creer, no extrañar, vida vegetal para no sufrir, comodidad de zombie.
ResponderEliminarSaludos, Mirel!!
Cada tanto instalarse en un estado zombie tal vez no sea tan malo, sobre todo para los que viven demasiado intensamente las cosas.
EliminarBesos, Edu.
Siempre hay cosas que se pierden, hay que estar atento a lo que se puede ganar. Ese árbol puede florecer o dar frutos todavía.
ResponderEliminarSaludos.
De pronto se puede ganar un buen descanso espiritual, que también es necesario para seguir adelante.
EliminarMuchas gracias, Raúl, un abrazo.
El amor de un hombre o el que sentimos nosotras, no tiene porque coincidir, y creo que hay mas amores que días, no hay que preocuparse, los amores a veces cansan y los dejamos pasar, nos volvemos exigentes. Se puede vivir sin ese amor. Pero sabemos que en algún momento llegará. Un abrazo
ResponderEliminarEl amor por un hombre es hermoso, pero también se deben desarrollar otras áreas en la vida. Hay mujeres que solo conciben ser felices si sienten (y tienen) el amor de un hombre.
EliminarGracias, siempre, querida Ester.
Abrazos.
Bueno a veces hay amores que nos llevan al estado de que no corra la sangre por nuestras venas aunque solo es cuestion de tiempo ya que estamos hechos para amar y ser amados.
ResponderEliminarBonito trabajo.
Besotesssssssssssss
Claro que sí, Youk, pero de vez en cuando tomarse una vacaciones ayuda a seguir intentándolo.
EliminarGracias y besos.
Hay momentos en la vida en que podríamos seguir jugándonos el pellejo, pero va y no nos apetece...
ResponderEliminarY así hasta el amor de un hombre es como una esencia yerta.
Hay momentos en la vida en la que muchas cosas, personas, recuerdos, ya no llegan a donde llegamos.
Hasta que ese mismo árbol, de pronto un día ve reverdecer una de sus hojas, y se aferra a ella, sin pedirle nada más al vuelo de sus pájaros.
Sublimada la tristeza en tus letras, es un placer leerte siempre.
Besos, mi Bella Dama.
Todo tiempo tiene que ser respetado, porque forma parte de ciclos que nos van madurando.
EliminarPor ejemplo, hace varios meses que no siento ninguna gana de escribir y hubo un momento en que me empeciné, pero lo producido no tenía consistencia ni sentimiento.
Cuando vuelvan las ganas, también vendrán ideas, temas mejores. Con el amor es lo mismo.
Gracias por tu perseverancia conmigo, Eva.
Mil besotes, guapa.
Siempre es hemoso leerte Mirella. Siempre consigues enredarnos entre tantas emosiones.
ResponderEliminarBesos y felices días :)
Me da mucho gusto que lo sientas así, Nieves.
EliminarUn gran abrazo y también mucha suerte para vos.
Pero creo que no ha perdido del todo la esperanza porque continua en el balcón, contemplando y observando desde otra perspectiva. Puede que incluso espere algo...
ResponderEliminarUn saludo
Una mirada muy positiva, Esilleviana. Bienvenida a este espacio.
EliminarSiempre es bueno mirar desde otra perspectiva y dejar que el tiempo y la vida curen y den fuerzas.
Gracias y un abrazo.
Una buena admósfera, un marco pequeño, la cicatriz de un corazón, tu saber de escritora y tenemos el retrato del desengaño del amor, sin sentir lástima, sólo la tristeza, árida, y la costumbre.
ResponderEliminar¡Un abrazo, Mirella! ^_^
(Oye, ¿has publicado algo en tu otro blog?, porque, si es así, no me ha llegado nada, ¿cómo se llamaba?)
Hola querido Jorge, tanto tiempo que no nos comunicamos. El otro blog lo cerré, algunos de los textos que estoy publicando aquí son de ese blog.
EliminarYo estoy un poco borrada de la Web por problemas de salud y tampoco estoy escribiendo cosas nuevas.
Gracias por tus apreciaciones y un fuerte abrazote.
cuando se pierde el deseo ya no hay retorno....
ResponderEliminarbesos y gracias por tus palabras en mi blog
Hay cosas que se logran revertir... otras no. Queda el quizás.
EliminarGracias por la visita y muchos besotes, Karin.
Es lindo tener el amor de un hombre pero en las épocas donde no sé tiene hay que aprovechar para hacer otras cosas. el amor obnubila un poco y es celoso de nuestro tiempo así que mientras se ausenta hay que dedicarse aun mas en la realización personal!!!Luego todo se reacomoda, cuando menos se espera la vida cambia.
ResponderEliminarEs así, Paula, tal cual lo dijiste. Hay tanto para hacer y explorar, pero también hay momentos de profunda inercia porque suceden cosas fuera de nuestro alcance para modificar y entonces parece que todo está perdido.
EliminarEs un texto un poco pesimista, lo sé.
Gracias por tu huella y un abrazo.
Una gozada volver a leer este texto, querida Mirella. Un texto triste, pero bellísimo. Describir los días "pegajosos como las babas del diablo" es una metáfora logradísima, brutal. Me encantó. Un beso.
ResponderEliminarGracias por la visita, querida Aran. Estoy publicando algunos textos del otro blog para no tener tan abandonado el nido. También para no desconectarme tanto de este espacio.
EliminarContenta de que lo volvieras a leer y te siga gustando.
Abrazote, hermosa.
Buen texto Mirella ... los amores, mientras duran, son estupendos
ResponderEliminarAbrazos
Algunos sí. Otros mejor olvidarlos y cuando no hay, la vida siempre te trae cosas.
EliminarGracias, Esme, besotes.
Siempre muy gratos, estos momentos poéticos contigo.
ResponderEliminarTe abrazo largo, Mirell
También es un placer recibirte en este espacio, querida Soco.
EliminarBesos y abrazos, guapa.