No
era rubio ni de ojos azules. Sí era alto y sus manos como aspas movían el aire
en ráfagas briosas.
Imprevisible,
desconcertante, un verdadero príncipe para arremeter contra las convenciones
románticas. A ella, con su concepto bizarro del romanticismo, le atraía
precisamente por eso.
Cuando
acariciaba su piel, del color de un grabado antiguo, sentía que el galope de su
sangre se unía a la de él. Y al mirarlo se acercaba al borde de una incógnita.
Estar
a su lado no era como acostarse a orillas de un remanso, ella tenía la
sensación de vértigo que da el asomarse al hueco de un precipicio y la soledad
de caminar por un territorio yermo de palabras. Pero a la soledad estaba
acostumbrada, era una constante en su vida.
En
las pocas palabras que le dijo, no hubo las promesas infaltables de las primeras
épocas del amor, cuando el ansia se cree eterna. Ella, dentro de su propio
silencio, lo agradeció.
Él
reía más de lo que hablaba, con una risa galvánica. Su voz dotaba a ciertas
consonantes de un ritmo sonoro, como el del granizo que cae sobre un tejado.
Llegó
el otoño, que organiza el tiempo de los días sin sol. Él guardó el verano en su
morral y se fue, dejándole un residuo de su alegre hosquedad. Ella lo preservó bajo
su almohada, igual que un talismán de la suerte.
©
Mirella S. — Enero 2016 —
¡AHHH! me hubiese gustado ser ese tipo...En fin, quizás en mi próxima reencarnación!!
ResponderEliminarCada vez escribes mejor, Mirebella, tu evolución sigue firme, sin pausas!!
Me gusta la ilustración que elegiste para tu texto!!
También la imagen de cabecera de colores y motivos que predisponen a la alegría!!
Es un placer leerte, MIR, bacio continuo!!
¡OHHH! Pobre mina, Edu, por lo que dejás entrever te gustan todas... jajajaj... Pero esta no en flaquita ni usa anteojos.
EliminarMe pone contenta que te fijes y comentes sobre los cambios que hago en la cabecera o las fotos que pongo. Será porque soy de disfrutar seleccionando las imágenes. Y también me complace que te vayas conforme con las letras de hoy.
Un abrazo.
En tu relato, la única referencia sobre la mina es que tiene un concepto bizarro del romanticismo y que está acostumbrada a la soledad, no hay datos físicos y para mí es flaquita y de anteojos, siempre soy coherente!!
EliminarSi a vos te viene bien así... Ya no es más mi texto, una vez escrito es del lector.
Eliminarque bue relato, y la foto es genial.
ResponderEliminarbesos
Gracias, Karin, contenta de que lo disfrutaras.
EliminarUn abrazote.
Qué grandioso relato Mire, tan pocas palabras pero tan magnífico. Tiene unas figuras retóricas preciosas. Me encantó la del galope de la sangre, o las promesas cuando el ansía se cree eterna.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo.
Abrazo enorme y beeeeesos.
Para variar, en mi exigencia yo pensaba que había quedado medio pobre.
EliminarMe da doble alegría que te gustara tan enfáticamente, amigo Gildo.
Beeeeesos y abrazos.
Me encantó todo, pero sobre todo: "Estar a su lado no era como acostarse a orillas de un remanso, ella tenía la sensación de vértigo que da el asomarse al hueco de un precipicio y la soledad de caminar por un territorio yermo de palabras." Con qué facilidad y dominio describes todas esas emociones que se despiertan cuando alguien te atrae!!!!
ResponderEliminarEconomía en palabras pero generosa en mensaje.
Comparto con mucho gusto.
Un abrazote.
Por cierto, la foto es preciosa.
He ido descubriendo -y en gran medida gracias a los comentarios- que mi parte más fuerte está en la forma de expresar el mundo emocional de los personajes. Será porque soy una mujer que me decanto mucho en las emociones.
EliminarMe da gusto que lo disfrutaras, Marybel, y gracias por dejarme tus opiniones.
Un abrazo.
Por finnnnnnn!!!!!
ResponderEliminarQué ganas tenía de volver a leerte.
Es una maravilla de relato.
Otra vez.
Besos.
Gracias, Xavi, por la efusividad. Estoy escribiendo poco, hace mucho calor, las ideas salen todas transpiradas y se pegan unas a otras.
EliminarContenta de que lo disfrutaras.
Un abrazote.
Siempre es grato leerte, hoy además me ha alegrado, hacia mucho que no publicabas. No se porque me sigues sorprendiendo, debería acostumbrarme a que escribes con pluma de oro. Es magnifico, dices lo que quieres decir, sin ambages, necesitas pocas descripciones para que entendamos donde es y como son, eso es saber escribir. Un abrazo con cariño
ResponderEliminarUn encantador comentario, Ester. Estoy tratando de volver a la normalidad en medio de mis anormalidad.
EliminarMuy agradecida por tu presencia.
Besos y abrazos.
A veces nos gusta el vértigo, lo imprevisto, aquello que nos saca de nuestra tranquila soledad y nos enfrenta al brío salvaje de la vida. Y tratándose de un chico…
ResponderEliminarMuy evocador, Mirella.
Un abrazo bien grande
Siempre es bueno experimentar algo diferente, aunque se sepa de entrada su brevedad. Pero nada es eterno ¿no? Entonces a disfrutar lo que dure.
EliminarGracias, Isabel, un fuerte abrazote.
Como los amores de verano, amores efímeros que al llegar el otoño nos han dejado con la miel en los labios y regalado aquel perfume de la aventura y la despreocupación para el recuerdo en los días de nostalgia y soledad.
ResponderEliminarY sí, a veces los extremos se encuentran y son un cúmulo de sensaciones indescriptibles.
Abrazo inmenso, Bella Dama.
P.S: Me alegra leerte siempre, y más imaginando el esfuerzo que estás haciendo para obsequiarnos a los que nos hacen felices tus letras.
Como siempre, maravillosa en las descripciones y en la meticulosidad de los retratos.
Zarcita linda, vos bien sabés el esfuerzo de voluntad que estoy haciendo para no borrarme del todo y para seguir escribiendo algo potable y digno.
EliminarMe tomaré mis descansos, basta de exigencias (las mías) y estaré en la medida que tenga ganas.
Nosotras no nos perderemos de vista, seguro.
Enorme abrazo, Eva.
No era rubio ni de ojos azules. Sí era alto y sus manos como aspas movían el aire en ráfagas briosas.
ResponderEliminarMe encanta que dotes al personaje masculino de una personalidad fuerte, sin promesas, parco en palabras, creo que esas son las cosas que potencian el verdadero amor y no la belleza en sí misma, es eso realmente lo que hace de efecto imán entre dos.
El no describirla a ella dá para mucho, al fin y al cabo, es eso lo que nos gusta a los lectores, jugar con el personaje, ponerle rostro, imaginarlos en esto y en aquello. Me gustan mucho los textos en esa línea, que el autor nos permita participar del juego poniendo nuestro granito de arena a su compás. Es una vuelta (en micro) a los relatos de siempre de palabras como pájaros (Arturo, Brilla como el sol)
Un placer leerte, Mirella.
Abrazos.
Es la personalidad lo que atrae, por lo menos a mí. En cuanto al aspecto físico me gustan los morenos de ojos bien oscuros, nada que ver con el ideal de carilindo nórdico.
EliminarGracias, Jonh, por los comentarios que me dejaste en todos lados.
Abrazo, compañero.
No había leído sobre un amor estival de esta manera, nunca.
ResponderEliminarY he quedado, como siempre que te leo, gratamente sorprendida además de pegadita a tus letras que relatas de manera prodigiosa.
En serio, magnífico.
Besos muchos y mis deseos de que te encuentres mucho mejor.
Es agradable saber que este texto ha gustado, porque como estoy esforzándome mucho para escribir, me parece que nada fluye como quisiera.
EliminarNo estoy muy bien, siguiendo un tratamiento incierto y con pocas ganas de nada. No quiero abandonar la escritura, aunque me he puesto nuevamente muy crítica de todo lo que produzco.
Muy agradecida por tu lectura, Marinel.
Un gran abrazo.
Ay Mirella, y es que hay amores eternos, no importa el tiempo que duren, si no la intensidad con la que se han vivido, esos amores que nos da vuelta a la piel, nos hacen temblar los cimientos .
ResponderEliminarUno se imagina un amor ideal, alto y rubio ( tal vez) imagina, fantasea y pocas veces suele ser así, esa sorpresa nos abre el alma , nos baja de las nubes y tocamos el cielo .
Que hermoso y bien narrado , y no seas tan crítica contigo misma, esta bien una dosis pero .. no te pases ¡¡
Me alegra leerte tb por aquí y se que te cuesta , un placer y gusto volver a tu casa .
Un beso y un abrazo grande
Hay amores largos que se olvidan en un suspiro y hay otros breves que quedan adentro para siempre. No hay nada más incierto que el amor.
EliminarGracias, María, por la lectura y el comentario. Trato de no ser tan autocrítica, pero es más fuerte que yo el tema de la exigencia.
Un gran besote, linda.
Siempre es maravillooso poder leer tus relatos, tan únicos, tan tuyos y que tanto me gustan.
ResponderEliminarUn besote!!!
:)
He estado un poco ausente de la web por el gran cansancio acumulado, desgano y el tremendo calor que estamos atravesando este verano.
EliminarTe agradezco mucho que vengas siempre por aquí, estoy en deuda con la lectura de tu blog. Trataré de volver de a poco.
Un abrazo grande, Nieves.
Una delicia leerte, como siempre. Un fuerte abrazo, Mirella.
ResponderEliminarGracias, me alegra que lo sientas así.
EliminarAbrazos, Alfredo.
Siempre es un grato placer el volver a leerte, por lo que trasmites en tus textos, y aunque no estés pasando por un buen momento, es digno de admirar, que sigas escribiendo, porque con ello sigues mostrando esa fuerza y vitalidad a pesar de los pesares.
ResponderEliminarBesos querida Mirella, y siempre te estaré agradecido por tu constante y gran presencia.
La agradecida soy yo, Rafa querido, porque siempre estás.
EliminarEspero que vengan tiempos mejores, menos calor y más energía para publicar un poco más asiduamente.
Un gran abrazo, amigo.
Impresionante fotografía la que has escogido.
Ella parece ser de buen conformar. Está bien vivir del recuerdo y la esperanza.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
La foto me pareció que cuadraba para semejante personaje.
ResponderEliminarA ella la veo como alguien que sabe aceptar las circunstancias y guardar las viviencias.
Gracias por la lectura, Bolo.
Un abrazo.
Me ha encantado tu relato. El amor de pareja siempre es un tema inmortal y aún más por San Valentín. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Mara, bienvenida y contenta de que el texto fuera de tu agrado.
EliminarOtro abrazo.
Hola Mirel, me reteencantó esta prosa llena de imágenes, llena de poesía, llena de belleza… y sobre todo, me encantó la idea romántica que subyace en sus líneas.
ResponderEliminarNo es un hallazgo pero el tratamiento sí que lo es. Esta idea de lo efímero, de lo circunstancial, de lo vívido en lo vivido, con pleno gozo y conciencia del tiempo y bueno… una delicia.
Si continuas así, va llegar el momento en que me vas a dejar sin palabras en un estado de absoluto modo contemplativo.
En lo anecdótico me hiciste recordar que cuando salí por primera vez con mi novia, Pocahontas, tiempo después me confiaba su mamá con quien tenía una estupenda relación (no sé del porqué, le caía bien a las mamás de alguna novia o amiga), que había dicho: “Tiene unas manotas, te imaginas, todo lo que me puede hacer con ellas”, jajaja. Creo exageró un poco, pero me gustaba mucho su espontaneidad y lo despreocupada en muchas de las cosas que decía, supongo sería la edad.
Por otro lado me recordaste la importancia de reír y hacer reír a la pareja sentimental. Justo acabo de leer un comentario en ese sentido, el de hacer reír u reír, a John en el foro y yo siempre he dicho que si no hago reír a una mujer, seguramente no seremos una buena pareja, de amigos o de algo más, pero sufro cuando nada más no puedo hacer que una mujer con quien salgo, ría.
Un besote, jajaja.
Me pusiste a divagar.
¿Quedarte vos sin palabras? Mmmmm... lo dudo mucho ¿y por qué lo harías si tus comentarios son siempre jugosos e interesantes?
EliminarGracias por tu mirada tan positiva y también por participarme de tus anécdotas personales con Pocahontas. Yo creo que sos un seductor, Gonza.
La risa con la pareja, la risa cómplice, es algo tremendamente grato.
Muy contenta con tus divagues, compañero de letras.
Un gran abrazo.
Encantador escrito, yo opino que La atracción mental es mucho más fuerte que la física; de una personalidad no te liberas ni cerrando los ojos, Si te enamoras de un cuerpo tiene solución, si te enamoras de una esencia, estás perdido.
ResponderEliminarCoincido totalmente, Belén. De esos amores quedan hermosos recuerdos, porque la química mental es poderosa.
EliminarMuchas gracias por la visita y por dejarme tus impresiones.
Besos, linda.
EL AMOR, EMPALME DE VISIONES.
ResponderEliminarABRAZOS
Cada uno lo ve, lo siente y lo manifiesta como puede.
EliminarGracias, siempre, Adolfo
Un abrazo.
¡¡Que belleza Mirella!!
ResponderEliminarEl amor sin promesas es una buena forma de no extrañar al llegar la partida, no siempre se da, pero sería bueno que siempre fuese así. Hermoso, como todo lo que escribes, siempre a puro corazón.
mariarosa
Creo que se extraña igual, pero es como si el recuerdo quedara limpio de esos arrebatos pasionales que tantas veces no se pueden sostener en el tiempo. Y la persona se queda enganchada en ese "pero me había prometido..."
EliminarMil gracias por tus consideraciones tan positivas, Mariarosa.
Abrazote.
...esos amores efímeros tienen un encanto especial, a veces imborrable.
ResponderEliminarPara cuando una publicación de tus magníficos relatos?...
Besos y amapolas
Es cierto, Soco, porque dejan sabor a poco y aún no se han desgastado.
EliminarNo habrá libro, las editoriales argentinas no corren riesgos con desconocidos, tampoco tengo la energía necesaria para dedicarme a difundirlo.
Un abrazo enorme, guapa, gracias.
Lo bueno dura un tiempito. Es horrible vivir de recuerdos. Entristece. Y guardarlos bajo la almohada no sé si es una gran opción. Pero uno siempre termina haciendo todo eso, es una necesidad.
ResponderEliminarSaludos.
Brillante, Mirella. Qué manera de transmitir sensaciones, che: vuelan tus letras y tocan al lector (cosa tan difícil de lograr...).
ResponderEliminarTe felicito, me encantó.
¡Saludos!