Mirar
hacia adentro —una costumbre que trae en su esencia— sirve para alejarlo del
dormitorio, tapiado con cortinas gruesas
que atajan la claridad del amanecer y desdibujan lo que está enroscado en la cama revuelta.
Aunque
no pueda verse, sabe que sus mejillas tomaron el color de la cera, los ojos
inaccesibles, como de niebla. Entre los dedos todavía sostiene la sedosidad del
lazo de la bata.
¿Será
suficiente con cerrar los párpados, igual a persianas que se bajan al horror,
para deshacerlo todo?
La
penumbra lo acuna, permanece inmóvil, espera que los fragmentos pulverizados de
la luz decanten, que no comience el día, que el mundo se congele en ese momento. Hasta surge la ilusión de que, tal vez, consiga recomenzar o,
simplemente, estar en calma como si nada hubiera pasado.
Después
las cortinas ya no detendrán la potencia del sol y cuando abra los ojos la luminosidad no penetrará en sus pupilas como hebras de vida, no lo calentará,
asumirá que lo que hizo no puede ser deshecho.
Ha quedado allí, en esa
cama, a su lado, enfriándose.
©
Mirella S. — 2015 —
Cuando uno empieza a mirarse y a verse tras sus párpados, los ojos son cortinas rasgadas y cera la piel. Antes de llegar a ese gélido gesto hay que intentar prender un buen leño en la chimenea del salón, arrebujarse y hacerse un ovillo, y verse tras el cristal de las
ResponderEliminarpupilas y no dejar que la nieve nos empañe todo el ventanal.
Sentí ese hedor... y el olor de una muerte fría y calculada; y es que para mí eres la reina de estos pájaros que te rinden pleitesia al desplegar las alas y operar magia con ellas. Tienes el duende de las descripciones adheridas a la psicología de cada uno de tus personajes. Tienes es duende, sí.
Adoro tu escritura. Es lo que hay.
Besos, Bella Dama.
Desde que empecé a escribir, era todavía una niña, lo que más me gustaba -y me sigue gustando, pero escribo cada vez menos ficción- es la creación de los personajes y lograr el clima que le corresponde al relato.
EliminarMe interesa penetrar en las profundidades de la mente y de la emoción humana. Hubiese querido estudiar psicología, pero la vida me condujo hacia otro lado.
Siempre mil gracias por tus jugosas conclusiones, querida Eva.
Un abrazo bien apretado.
Joder me has dejado el cuerpo como una persiana descolgada y vieja. Cuanto conocimiento tiene su merced, para hacernos vibrar. Ahora por Dios y por la Virgen del Carmen, que no se nos muera nadie. Yo creo que el menda de la foto, lo que está es más bien aburrido. Yo cuando me quedo así, acabo por dormirme y se me cae la baba, pero vamos que lío un baberío de tres pares de cojones.
ResponderEliminarBesos querida Mirella
Jajajaja, Rafa, tus comentarios con las expresiones coloquiales de tu tierra, son para enmarcar en un cuadrito .
EliminarEspero que la historia del "menda" no te quite el sueño esta noche.
Abrazos y besos y contenta de tenerte por aquí.
La penumbra es mi sitio preferido.
ResponderEliminarY si le añado silencio ya es el no va más.
No quiero mirar hacia dentro.
Aún no.
Besos.
En tu primer enunciado nos parecemos, Torito, pero igual que el protagonista del microrrelato, yo tengo la mala costumbre de mirar demasiado hacia adentro.
EliminarGracias y besos.
Todo lo que hacemos trae sus consecuencias , imposible borrar los pasos que damos en la vida , de nada vale arrepentirse ... de nada , solo esperar y dejarse ir
ResponderEliminarperdona ando negativa o tal vez realista , ya ni sé
un abrazo grande ¡¡
Ante actos graves, de los que nos cuesta responsabilizarnos, a veces procedemos como los niños: cerrar los ojos y creer que al abrirlos todo habrá cambiado.
EliminarNo creo que seas negativa, afirmaste algo muy cierto, María.
Un gran besote y gracias.
Tan poquitas palabras para decir tanto. Qué buen relato Mirella. Qué bien has expresado ese remordimiento que llega cuando uno acaba de hacer algo que ya no tiene arreglo.
ResponderEliminarAbrazote y beeeeeso.
Por cierto me ha gustado la nueva vista del blog.
Ese es el secreto de los microrrelatos, con una pocas pinceladas pintar una situación y los sentimientos de los personajes. En este caso de uno solo, el otro ya no siente nada... jeje.
EliminarGracias, Gildo y me alegra que te gustara el nuevo cabezal del blog. Es un pajarito amarillo muy simpático.
Beeeesotes.
tenebroso
ResponderEliminar... son las sombras de la culpa...
EliminarBesos, profe.
Verdad que todos nuestros actos tienen unas consecuencias pero a veces, hay que pasar por ese filtro para entender comportamientos que de otro modo nos serían incomprensibles. Desde luego has dado en el clavo.
ResponderEliminarUn abrazo Mirella.
Describo un acto extremo, matar a otro y creo sería una buena terapia hacerlo en el papel cada vez que tenemos ganas de llevarlo a cabo en la realidad, para comprender la dimensión de semejante hecho, los movimientos internos que produce y las inevitables consecuencias.
EliminarGracias, Marybel y un enorme abrazo.
Cerrar los párpados no deshace nada. Cuando uno mira hacia dentro lo ve todo, hasta lo que le disgusta.
Has puesto el blog a cantar. Ese canario lo alegra todo.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
Casi nada puede ser deshecho, pero el espanto de la situación planteada en el relato, hace que el protagonista apele al pensamiento mágico, a la negación, como forma de enfrentar el problema.
EliminarCuando las cosas no van muy bien, un poco de color ayuda.
Gracias, Bolo, un abrazo.
Te diría que no es lo que escribes sino como lo haces, hoy nos has dejado helados, ese micro es el remordimiento de todos porque todos lo hemos pensado, una décima de segundo pero pensado. Hoy no miraré en mi interior. Buenas noches y dulces sueños
ResponderEliminarJajajaja, me hiciste reír con tu comentario, querida Ester.
EliminarAntes de cometer lo irreparable, mejor descargarse escribiéndolo ¿no?
Gracias y besos.
Mirando para adentro, oliendo su perfume y acariciando la sedosidad de su piel. Viviendo un momento en el pasado.
ResponderEliminarTodo un romántico, Chaly...
EliminarMuchas gracias y un beso.
Entró el color y la vida con la nueva imagen de cabecera de tu blog ¡celebro, celebro! más abajo un relato breve y maestro sobre un tipo que metió la pata en algo, seguro con una mujer, ahora carcomido por la culpa y las sombras, no hay retorno, por más que cierre los ojos, está condenado, el feminismo no perdona, alea jacta est!!
ResponderEliminar¿Que sería de nosotros, los tipos, si no tuviésemos párpados?
Excelente relato, MireBella, beso mano y reverencia!!
¡Chuick, Chuick!
También con locuciones en latín, bien Edu. Para ciertos actos no hay vuelta atrás, por más que los quieras negar. No sé qué tiene que ver el feminismo con la historia de un tipo que mata a una mina, seguramente porque no la aguanta más, porque le metió los cuernos o vaya a saber... Podría haber sido al revés.
EliminarUn poco de color y un pajarito a punto de cantar elevan los ánimos caídos.
Gracias y besos.
Cerrar los ojos hace que uno piense más en que que nos rodea, y si lo tenemos al lado, peor. Frío o caliente, se siente igual.
ResponderEliminarSaludos.
Imagino que la tematica de este micro está más cercana a tus gustos literarios. Raúl, te agradezco muchísimo que leas todo lo que publico, sin dejar pasar nada.
EliminarUn abrazo.
Se uno el principio con el final ... me estremezco !!
ResponderEliminarVamos, Angelines, seguro que es por el frío de tu región... jajaja...
EliminarBesos y gracias, guapa.
Se me ha erizado la piel...
ResponderEliminarLa penumbra me acongoja muchas veces, otras me es vital como el mismo respirar según se halle mi espíritu. Lo que no concibo es necesitarla para olvidar la asunción de algo tan terrible como dar muerte a quien tienes al lado...grrrrr
Impresionante relato, estremecedor.
Mi aplauso y mi cariño para ti.
La oscuridad es un cobijo para los actos non sanctos, se tiene la fantasía de que el juez interior, que en algún momento sale, no los ve. Claro que no es así.
EliminarGracias, linda, por acercarte y dejar tus impresiones.
Un abrazo bien fuerte, Marinel.
Enfrentarse con uno mismo en la penumbra de la noche es el mayor de los jucios, la almohada es el mas poderoso de los jueces...
ResponderEliminarMil besitos!!!
Es cierto, también enfrentar lo que se hizo a la luz del día, debe ser tremendo.
EliminarGracias Nieves, un abrazote bien grande.
VI EL AMANECER...!
ResponderEliminarABRAZOS
Un abrazo fuerte y gracias, Adolfo.
EliminarMe ha gustado mucho, Mirella. Un micro con broche de oro. Todo un disfrute.
ResponderEliminarAbrazo.
Contenta de que lo pasaras bien con la lectura, Jonh.
EliminarGracias y abrazos.
A veces es bueno mirarnos con los ojos cerrados. Entrar a ese interior y redescrubrirnos. Abrazarnos y comenzar el viaje nuevamente. Saber que nada es estatico, que todo en definitiva cambia. Todo menos nuetra esencia. Un gusto leerte
ResponderEliminarSiempre es bueno mirar para adentro y seguramente vamos a descubrir aspectos nuevos, positivos o negativos, que nos servirán para conocernos mejor.
EliminarUn gusto tenerte por aquí, Demián, gracias.
Abrazo.
Bueno, bueno, Mirella. Generas la tensión en un clima intimista —de esos de «aquí no pasa nada»— para hacer ese magnífico giro final que nos sobresalta. ¡Bravo!
ResponderEliminarUn beso.
Vos sos especialista en relatos breves y me pone contenta que te gustara,
EliminarGracias, Isabel, con un abrazo.
En lo no contado está la pericia de un relato, sobre todo si es breve.
ResponderEliminarQue trabaje el lector, imagine y se quede dándole vueltas a la historia.
Es una tarea que vengo desarrollando desde hace mucho porque me interesa crear esa intriga.
Gracias por pasar y dejar tus impresiones, Jorge.
Un fuerte abrazo.
Excelente Mirella, tiene misterio y está escrito con estilo. El final es redondo.
ResponderEliminarGracias, Gerardo, bienvenido a este espacio y me alegra de que te vayas satisfecho.
EliminarMuchossaludos.
Bienvenida, Sofía, pasaré pronto por tu espacio para conocerlo.
ResponderEliminarGracias y besos.
muy intenso!.
ResponderEliminarque bien lo has escrito.
besos
De tanto en tanto escribo algo más "light", pero no es lo mío...
EliminarGracias, Karin, un gran abrazo.
Hacer de un crimen una prosa sugerente y precisa no debe ser sencillo. Más con un perfil psicológico del protagonista que parece experimentar algo remordimiento cuando se tienen conciencia del acto perpetrado.
ResponderEliminarNos presentas la escena y las hipótesis de lo que vendrá o se desearía viniese.
Una prosa que se goza y se mira en cada una de sus secuencias.
Abrazos Mirel.
Siempre me gustó la novela negra, los climas que saben crear y la economía de trazos para describir personajes. Las de los buenos escritores, como Chandler, Hammet, James Cain.
EliminarGracias, Gonza, por leer todo lo que publico, también aquello alejado de tus preferencias.
Un abrazo enorme, compañero.
No me quiero ni imaginar (o así, bah...) lo que tiene el tipo al lado, en su cama, y enfriándose. Lo que pasó antes, y lo que pasará después, queda para nuestro libre albedrío imaginativo.
ResponderEliminarMe gustó mucho este relato oscuro, sombrío.
¡Saludos!
No creo que te horrorices por este relato, Juanito, no hay nada explícito, solo quise crear un clima y dejar que el lector teja su propia trama.
EliminarMuy contenta de que te gustara.
Saludos.
Ese final y esa última palabra...
ResponderEliminarMaravilloso placer, entrar en tu mundo de ficción. Te admiro de veras.
Besosmil
Hace bastante tiempo que no escribía algo de ficción, me dio gusto volver a hacerlo, aunque el tema es algo lúgubre.
EliminarGracias, querida Soco, por tenerme siempre en cuenta.
Abrazos.
Intenso y pujante, me dejó a la imaginación dos interpretaciones muy distintas. Supongo que la magia de escribir tan bien como vos lo hacés da lugar a muchas percepciones distintas. Me encanta todo lo que narrás porque es real, tangible... y aunque se puede interpretar de varias formas está siempre dentro de la lógica, no usas palabras inentendibles, ni metáforas introspectivas solo porque quedan bonitas como hacen varios... Es genial tu uso de recursos literarios. me encanta. Muchas felicidades, siempre es un gusto pasar por acá!
ResponderEliminarGracias, Paula, escribir es difícil y al mismo tiempo no lo es tanto. Lo fundamental es tener vocación, conocer algunas reglas básicas que hacen a un relato y a la forma de contarlo.
EliminarDesde muy chica me gustaba contar historias y leer mucho. La lectura de los grandes escritores es otra herramienta importante.
Me da gusto saber que este espacio es de tu agrado. Espero seguir manteniéndolo, aunque últimamente está un poco relegado.
Muchos cariños.
Un verdadero placer perderme en tu relato de ficción, me ha gustado muchísimo, te felicito por ello
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
Muy amable, Carmen, bienvenida y contenta de que te hayas sentido a gusto.
EliminarBesos.
Hola Mirella , paso a saludarte
ResponderEliminary te comento que no sé si me falla la memoria pero creo haber visto antes de desaparecer de googe plus un blog nuevo tuyo , dado que en esta cta no tengo plus si me dejas en enlace te agrego con la otra y te podré disfrutar y comentar desde ella porfi
te dejo un abrazo enorme y mis mejores deseos siempre
Te dejaré la dirección en tu blog, María y gracias por el interés.
EliminarAbrazo.
La muerte no dicha sobrevuela el relato. "Mirar hacia adentro", "que no comience el día", "en calma como si nada hubiera pasado", "asumirá que lo que hizo no puede ser deshecho", son frases que aluden, implícitas, que evocan la tragedia. Con pocos trazos nos das las pistas para completar el lienzo, para que cerremos la figura, para que interpretemos lo que falta. Y además dicho con tanta belleza. Tal vez, Mirella, sean las dos cosas que más me conmueven de este micro: el drama interior y la belleza con que lo contás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ariel
Te agradezco profundamente que leas textos de hace un año y también el comentario tan positivo.
EliminarMe da gusto que interpretaras fielmente el micro.
Un abrazo.