Últimamente me llega un sonido que,
como el viento, se cuela por la ventana y sisea en la noche de mi soledad. Me
impide escribir, no puedo elegir las palabras, las confundo, se enredan en un
murmullo del cual no obtengo significados.
Es una voz andrógina, que por
momentos tiene un timbre femenino y en otros se vuelve grave. En realidad, son
varias, las de hombres y mujeres de mi pasado, que quedaron allá afuera y ahora
vienen a cumplir con las visitas que no me hicieron antes. Voces muertas,
olvidadas que se filtran por los quiebres de la memoria. Pensé que no llegarían
hasta aquí, pero me han alcanzado.
A veces entiendo alguna palabra
suelta y la anoto en la libreta que me permiten tener. De inmediato el sentido
de lo que estaba escribiendo se altera, pierde coherencia. Entonces me
estremezco al pensar en las miradas aviesas que circularán por la ronda de
sillas a la hora de la lectura.
Desde que me confiscaron el lápiz
con la punta afilada, del que las palabras caían como cuchillos, no me place
más dibujar las letras con esta fibra gruesa. Detesto el manchón carmesí de mis
tachaduras, no hay forma de borrar las palabras equivocadas de la tinta que se
derrama sobre el papel barato. La hoja se llena de heridas que supuran mi
desconcierto.
Los murmullos son algo reciente,
aparecieron cuando dejé de tomar la pastilla celeste. Ahora tengo un retazo de
cielo escondido en la funda de la almohada, me arrebata de la oscuridad del
cuarto y me conduce al color glauco del atardecer. Quisiera que esos susurros
fueran trinos de pájaros y no letanías de ausentes.
En las horas alargadas por el
insomnio, ejecuto la autopsia de los recuerdos y me revelan las máscaras de
aquellos que fueron, ya no son o seguirán siendo del otro lado del muro. A
medida que el cielo se expande en el vientre de mi almohada, también las voces
se multiplican como larvas. Empiezo a reconocerlas, presto atención y dejo que
el extremo de la fibra se desangre en la hoja vacía.
Habrá expresiones de sarcasmo en
el círculo de sillas ante mi libreta en blanco, sin embargo, ya no me importa.
Alguien dirá la poeta ha enmudecido. Querrán que hable, pero estaré
distraída.
El interés por lo que está fuera
de mí es cada vez más escaso; el foco está puesto en la tarea de
reconstrucción. Desmenuzo los comentarios y voy ubicando a quiénes
pertenecen.
Quizás no esté más sola, porque
detrás del rumor de las risas, la vehemencia de ciertos adjetivos, empiezo a
distinguir formas. Como sombras chinescas proyectadas en la pared, se agitan en
saludos espasmódicos. Extiendo los brazos, las llamo. Quedan expuestas las
vendas de mis muñecas y sin pensar me las arranco, lo mismo que la bata.
Y las sombras se arremolinan a mi
alrededor, acaso para cubrir la desnudez de mi cuerpo.
© Mirella S. 2013
1. Foto de Mariska Karto
2. Foto de Matthew Scherfenberg
2. Foto de Matthew Scherfenberg
...ciao Mirellla, la tua matita ha la punta giusta per scrivere profonde riflessioni in maniera tale da coinvolgere il lettore, e questo, è il segreto naturale che contraddistingue uno stile in prosa, che fa la differenza...abbraccio nella notte...
ResponderEliminarLa mia matita (scrivo sempre a mano) l'ho dovuta temperare piú volte dato cho ho fatto tante bozze prima di arrivare a una certa "soddisfazione" sul testo.
EliminarL'obbiettivo è coinvolgere il lettore, sembra che me la sono cavata abbastanza bene.
Grazie, Sergio, un forte abbracio.
para quien dice no saber de poesía la escribes muy bien Mirella
ResponderEliminarfelicitaciones
tienes metáforas preciosas
abrazos y buena semana
¿Será porque ahora leo a poetas talentosas/os de blogs amigos?
EliminarLa poesía es un virus que se contagia fácilmente... jajaja...
Mil gracias, Elisa, muy generosa en tus apreciaciones.
Un abrazo grande
Conmueve lo que has escrito, Mirella, es profundo, creo (Yo no soy entendido) que es lo mejor que he leído en tu blog, cada palabra forma parte de una arquitectura perfecta, ahora comprendo cuando decís que sos perfeccionista hasta la obsesión, un comentarista dice más arriba "El relato está escrito con la pluma de los grandes" y es verdad, adhiero totalmente!!...Te recibiste de gran pluma, cada entrada es una evolución constante, estás en plenitud creativa imparable!!!
ResponderEliminarMe saco el sombrero, Mirella, una reverencia!!
Como le decía a mi amigo italiano, me costó mucho trabajo redondar la idea, darle forma. Este texto lo escribí en agosto y lo corregí incansablemente hasta anoche, que dije : "ma sí, bastaaaa, lo largo de una buena vez"... (¿obse yo?).
EliminarMe alegro que les haya gustado, pero lo de grande, me queda grande.
Muchos saludos, Eduardo.
Me fascina la locura.
ResponderEliminarY tú la escribes muy bien.
Besos.
Torito, conectarse con la parte loca de uno no es tan difícil.
EliminarLa mía es abundante y en expansión.
Gracias, siempre, con abrazo y beso.
las paredes son buenas consejeras
ResponderEliminarNo sé... son mudas, aportan poco para clarificar entuertos.
EliminarAbrazo transoceánico, profe.
Hola Mirella, la locura y sus entresijos, tan difícil de comprender y sin embargo al leerte parece que la entendemos y nos enredamos en ella.
ResponderEliminarMagistral tus letras !!!
Besos :)
Nieves, hay locuras y locuras... la que describo parece más tranquila, quizás porque va dirigida más hacia la autodestrucción y, al mismo tiempo, intenta preservar ese mundo propio.
EliminarMi agradecimiento, linda.
Abrazote.
El de la locura y el de la cordura son dos territorios limítrofes, de fronteras tan imperceptibles, que nunca puedes saber con seguridad si te encuentras en el territorio de la una o en el de la otra.
ResponderEliminarabrazo
Gran verdad, Lucre, por la forma en que estamos viviendo en este mundo posmoderno, todos nos vamos acercando cada vez más al manicomio, que terminará siendo el negocio del futuro.
EliminarAbrazo.
A veces nos hablan nuestros otros yo, o aquellos que se fueron nos dejan jeroglíficos para desmenuzar, es hora de dejar correr los sentimientos sin hacer caso a los que quieren emborronar el papel.
ResponderEliminarUn abrazo,
Sau, aunque no lleguemos a oír voces, estamos bastante escindidos en nuestros aspectos internos, entre ser quien soy y me importa un pito lo que digan y la mirada exterior, socarrona y condenatoria.
EliminarGracias por pasar.
Otro abrazo.
Sos muy especial, Jorge, desde el momento que la locura (algo tan temido por todos y me incluyo) te produce paz y tranquilidad.
ResponderEliminarEstá bueno no tenerle miedo, porque de locos todos tenemos un poco, como dice el dicho.
Pensé que estabas de vacaciones este mes, gracias dobles por pasar.
Abrazo, guapo.
Me gusta últimamente tu obsesión con el detalle, la descripción minuciosa, como si el tiempo pudiera detenerse en una mancha o un lunar. Un abrazo.
ResponderEliminarEn efecto, Darío, soy obsesiva y me gusta encontrar detalles que ayuden a revelar cosas del personaje, sin tener que contar demasiado.
EliminarGracias por estar siempre.
Abrazo, también.
La soledad es una amiga que nos permite conocer nuestro corazón.
ResponderEliminarSaludos
Bienvenido Chalyvera, gracias por dejar tu opinión.
EliminarMuchos saludos.
La locura relaja y acompaña, un día buscaremos locos para seguir adelante sin tanto malestar, la soledad cuando se junta con la locura es creadora de posibilidades. Un abrazo
ResponderEliminarMi parte loca surge cuando escribo y la uso para evadirme del mundanal ruido, que cada día está más ruidoso.
EliminarUn beso grande y gracias por tu paso.
A mí tus locuras me envuelven y apabullan querida Mirella. Tus textos nunca están vacíos, ni creo que nunca por mucho que te empeñen te invada la soledad. En cuanto a la desnudez del cuerpo; eso me gusta, siempre y cuando una no vaya a pillar frió y se ponga malita.
ResponderEliminarBesos y abrazos Mirella.
Rafa, te aclaro que no estoy internada en ninguna clínica psiquiátrica, mis locuras todavía no llegan a tanto. Es verdad, la soledad no me invade, es más, necesito mi tiempo a solas.
EliminarNo te preocupes que aquí hace un calor terrible, así que aligerarse de ropa es un alivio.
Gracias amigo, por visitarme y comentar con tanto entusiasmo.
Un abrazo gigante.
ResponderEliminarCreo que escribes prosa poética. No sabría con que quedarme de tu texto, que todo me gusta.
Sientes la invasión del pasado en cada uno de los dedos cuando pulsas las teclas... y eso es lo que escribes.
· abrazos cercanos
· CR · & · LMA ·
Me pone contenta que te guste lo que encuentras en el nido, es muy alentador para el que escribe tener semejantes devoluciones.
EliminarEspero poder seguir manteniendo el nivel, aunque a veces no siempre se logra.
Mil gracias, Bolo, con mis abrazos de verano.
¿Poeta y al borde de la locura? Quizá te hayas equivocado de siglo, ahora lo que está de moda son los bussines-manager con corbata a rayas.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
No, Amando, en un loquero o manicomio, cualquiera que tira cuatro palabras sobre una hoja es considerado poeta... afuera también... jajaja...
EliminarUn fuerte abrazo sureño.
Què fuerte este relato, me hizo estremecer, pero la belleza con que describes me hizo volver a la realidad que todavia no...
ResponderEliminarAbrazos cara Mirella.
Gracias, Gen, un placer volver a tenerte por aquí y que hayas retomado la escritura.
EliminarUn abrazo grandote.
Es sorprendente la forma de captar la realidad que aparece reflejado en este relato. Fragmentos de sensaciones, de sonidos... palabras que se retuercen. Es una mapa sobre la percepción de lo que nos rodea, sea locura o exceso de claridad.
ResponderEliminarBesos Mirella
Me alegro mucho, Jaal, por la interpretación y la comprensión sobre el texto y por tu presencia por estos lados lejanos, que se acerca gracias a las palabras..
EliminarUn gran abrazo.
Mirella, estaré en tu misma onda aunque no consiga expresarme ni mucho menos como tú, pero si entender, si sentir, ¡cuantos mensajes¡ , como sale al exterior tu interior....excelente.
ResponderEliminarBesos grandes ♥♥♥
Qué bueno que te hayas conectado con la lectura y agradezco mucho la visita y el comentario.
EliminarBesazos.
Mirella: que gran escritora eres. Que bello texto, estremecen esas voces, esas figuras que nacen desde el fondo de la locura.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte.
Mi cariño.
mariarosa
Muchas gracias, Mariarosa por tu comentario tan positivo. Vos sabés bien que a veces con un texto la "pegamos", tanto en el tema como en la forma... para el que escribe es muy difícil poder mantener constantemente el mismo nivel. Hay días que no se nos ocurre nada o se produce material descartable.
EliminarUn abrazo.
La verdad es que justamente le estaba comentando a mi marido (mientras leía tu texto)..."qué bien escribe esta mina!" (sic - con expresión lunfarda incluida)...y justo me meto para dejarte un comentario, y leo que Maria Rosa, aquí arriba, te elogiaba con palabras similares...Creo, Mirella, que ya está todo dicho...es hora de publicar. Vamos, subiendo la cuesta! Abrazo-abbraccio y Beso- Bacio.
ResponderEliminarJajaja... Patzy, me gusta lo de mina, me siento identificada con esa expresión bien nuestra.
EliminarCon lo de publicar, hace unas semanas que estoy pensando en escribir un post con ese tema: la manía de publicar. Cuando lo leas te vas a enterar de lo que pienso al respecto.
Por ahora, seguí leyéndome aquí y hacele comentarios a tu marido, que a mí me hace muy feliz tu lectura y tu presencia en este blog.
Kisses, bacioni, besos, bisou... se me acabaron los idiomas...
SIEMPRE ES MUY GRATO RECORRER TUS CREATIVIDADES.
ResponderEliminarBESOS
Y para mí un gusto que lo hagas.
EliminarUn abrazo.
De lo mejor que te he leído, Mirellísima, en todos los sentidos.
ResponderEliminarEstás conduciendo muy bien el pensamiento abstracto para llegar a una descarnada realidad, que es tanto más cruel en cuanto más delicadamente se expresa.
"A medida que el cielo se expande en el vientre de mi almohada, también las voces se multiplican como larvas. Empiezo a reconocerlas, presto atención y dejo que el extremo de la fibra se desangre en la hoja vacía."
A medida que el cielo se expande
en el vientre de mi almohada,
también se multiplican las voces como larvas.
Empiezo a reconocerlas,
presto atención
y dejo que el extremo de la fibra
se desangre en la hoja vacía.
Ya lo ves, dejarse la sangre en el papel, es la única forma de escribir buena poesía. Y si te fijas, por más prosa que sea... prepondera el ritmo endecasilábico y suena claramente rimada.
Te muerde, te muerde...como las palabras.
Comparto.
Namasté.
Mil gracias, Morg, me dejaste un comentario espectacular y hasta armaste un pequeño poemita con un par de frases.
EliminarNo tengo demasiada conciencia del modo como escribo. Lo mío es pura intuición. Cosas parecidas me dijeron los que me ayudaron en las distintas disciplinas artísticas en las que incursioné.
Sí me doy cuenta de que estoy cambiando la forma, que ahora busco menos la anécdota y más el interior del personaje.
Seguiré experimentando, me gusta, espero que pasado este mes quede más libre para poder escribir sin presiones.
Abracísimo, Morg y nuevamente gracias.
Una prosa muy poética . Excelente relato
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, guapa, siempre me dejás un comentario positivo.
EliminarAbrazote, Esme.
Fantasmas del pasado, musas que inspiran más allá del límite del papel. Y que muestran su costado más tenebroso. Así lo leí. Y me gustó mucho.
ResponderEliminar¡Saludos!
Seguro, Juanito, que disfrutaste del costado tenebroso... jajaja...
EliminarMe alegra haberte hecho pasar un buen rato.
Muchísimas gracias y saludos.
Locos deberían estar los que encierren a alguien que escribiera de tal modo.
ResponderEliminar¡Salud!
Muy amable Fernando por dejar tu comentario. Bienvenido.
EliminarComo comunmente se dice: hay más locos sueltos que en el manicomio.
Muchos saludos.
Rebasar esa fina cortina que divide dos mundos tan frágiles como lo son la realidad o la ficción/locura, oír esas voces y creerlas más reales que la propia palabra es algo que asusta cuando ocurre.
ResponderEliminarNo saber cuáles eran las palabras ni de quién ni de dónde provenían... ver personas que en realidad no estaban... tomar la pastilla azul, y luego aprender a vivir con la remota posibilidad de esperar que nunca más regresen, domar el pensamiento, y aprender a vivir con él, a calmarlo y a acariciarlo antes que de nuevo parta a la deriva.
Y con el tiempo, formar con todo ello una manera más de entender una nueva realidad, la vida en suma.
Para no haberlo vivido, lo describes a la perfección.
Besos, Mirella.
Zarza, es verdad, tengo esa capacidad, que no sé de dónde proviene, pero consigo meterme en la piel de lo que escribo, en los distintos personajes que invento.
EliminarEs que todos tenemos un punto de locura, un "pire", como decimos por aquí, especialmente los que escribimos o intentamos ejercer alguna actividad artística.
Agradezco mucho tu hermoso comentario.
Un fuerte abrazo, linda.
Enhorabuena Mirell.Me parece magnífico tu texto poético y hago mío todo lo dicho mas arriba. Hay mucha poesía en él y una perfecta estructura. Aunque mi capacidad de valoración es limitada, para mi es un trabajo estupendo.
EliminarMuchos besos.
Un gusto que alguien con tu sensibilidad poética se vaya conforme con lo que escribí.
EliminarNo te desvalorices, Soco, porque tenés tu personal capacidad de captación, que yo aprecio mucho.
Besos y abrazos.
Tus palabras, al ser como pájaros, es normal que vuelen, y es probable que esos aleteos se confundan con murmullos. Lo importante es que tu mente se convierta en una jaula amplia donde esas aves puedan moverse con libertad y no se choquen entre sí, para que quien oiga cantar sus letras pueda disfrutar de entradas como esta.
ResponderEliminarSaludos.
Raúl, en este comentario te salió el poeta que se esconde detrás de los cuentos de terror. Espero que algún día aflore también este personaje tuyo.
EliminarMil gracias.
Fijate la etiqueta «Rarezas» de mi blog, ahí vas a encontrar otras cosas (pocas) que no tienen que ver con el terror ;)
EliminarIré a leerte. Pronto, promesa.
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