No me entusiasma verme
al mirarte y que me devuelvas tantas caras diferentes, muchas extrañas, según
los días, el ánimo, la luz.
También la luz: la de
invierno me favorece, sobre todo si es frontal; la de verano sólo en los
amaneceres color ópalo y la del otoño en la hora humilde del crepúsculo.
En primavera apenas te
miro. Sólo atisbos momentáneos y parciales para delinear los ojos o darle un
toque de brillo a los labios. Para peinarme casi ni te uso: los rulos no
responden a ningún criterio estético, sólo a su propia rebeldía. Y esa actitud
de no mirarte, bastante pueril, lo admito, debe ser porque la primavera
simboliza el inicio del ciclo de la vida y yo me alejo año tras año de ese
tiempo.
Es difícil compaginar un
espíritu fervoroso con un cuerpo a veces extenuado por dolores y limitaciones,
que me tocaron prematuramente, ya desde la infancia.
Además de la luz
estacional —o según las horas del día— en mí hay que tener en cuenta los
estados emocionales, siempre fluctuantes como la
luna.
Ahí aparecen las expresiones.
La más habitual es la que luce una mansa melancolía, entonces en vos veo
facciones que se están cansando. Pero ni te cuento en los instantes en que el
pecho se angosta, la respiración parece que faltara y te pregunto: quién es esa
bruja de labios apretados y ojos tormentosos.
Sin embargo, en los
ratos en que una alegría inesperada me lame como una ola, esos mismos ojos se
vuelven rutilantes y la sonrisa se apropia de toda la cara. O cuando ensayo los
gestos de serenidad para tranquilizar al afuera, te miro y me gusta lo que veo,
sé que también soy esa otra.
Si tengo que llorar no te
miro, porque esa es a la que más temo, es la que muestra el dolor profundo del
alma; y para qué verlo, es suficiente con sentirlo.
© Mirella S. — 2011 —
Imágenes sacadas de la Web |
los espejos siempre nos delatan , podemos ser los reyes de la mentira
ResponderEliminarpero frente a un espejo ... todo se derrumba
buen trabajo Mirella
abrazos y buena semana
Generalmente es así, también están las personas tan light y vanidosas que sólo buscan complacerse con su propia imagen.
EliminarGracias, linda un beso grandote..
buen fin de semana Mirella
Eliminarmil gracias por tu palabra
abracitos
Gracias también a vos, por pasar siempre por el nido.
EliminarHermoso fin de semana, Elisa.
Besos
Ya no miro los espejos porque cuando lo hago aparece un impostor que no sé quien es...
ResponderEliminarBesos.
Bueno, Torito, porque sos tremendamente injusto con vos mismo y sólo mirás el lado sombrío que todos tenemos... o tal vez le llamás impostora a esa parte sensible que tanto te cuesta verte.
EliminarMil gracias, Xavi, un gran abrazo.
Las miradas no mienten nunca
ResponderEliminarNo creas, hay ojos muy entrenados para mentirse y mentir.
EliminarBesos, Oscar.
Miradas ... luces... estados de ánimo...
ResponderEliminarCuántos reflejos nuestros quedan atrapados en su superficie.
EliminarGracias, Tracy, besotes.
Yo hablo mucho con mi Yo a través del espejo.
ResponderEliminarBuen comienzo de año con este relato... te deseo muchas cosas lindas.
Abrazos
carlos
Es un buen sistema, Carlos, hay días que tenemos mucho para decirnos.
EliminarRetribuyo tus buenos deseos y esperemos un año más tranquilo.
Un fuerte abrazo y gracias.
Hay tantos reflejos como sentimientos ... cada vez me gusta menos la sinceridad del espejo. Besicos.
ResponderEliminarHay que mirarlo con ojos benévolos, claro que no todos los días estamos con esa disposición de ánimo.
EliminarBesazos, Angelines.
Compleja mirada ... positiva o negativa según los ánimos... alguna vez lo he empapelado....
ResponderEliminarLo has descrito fabulosamente.
Abrazos
Te confieso que lo esquivo bastante, especialmente cuando sé que no me va a gustar la cara de ese momento.
EliminarBesos, Esme.
El espejo es insobornable, es un juez, dicta la sentencia del día, te puede absolver o condenar, el ego de uno oficia de abogado, tendrá que ser muy hábil para que salgas airoso; es un tema espléndido el que tocaste, Mirella, porque todos los días pasamos por ese trance, como en una aduana, sin escapatorias para las mujeres, bueno, también para los hombres, elaboraste un poema a lo largo de instantes y estados en una muestra virtuosa que nos deja reflexivos por largo rato!!
ResponderEliminarEmpezaste muy bien el año, MIR, aplausos, reverencias y abrazos!!
Es un texto viejo, que escribí en un taller en el que nos daban algunas consignas y esta versaba sobre el espejo.
EliminarMe alegro de que te gustara y te haya parecido un buen debut para este enero que, no sé por qué, lo siento agobiante y me trae apatía. Tengo una serie de trabajos nuevos que estoy todavía corrigiendo algunos, terminando otros, pero sin entusiasmo.
Me inclino ante tus aplausos exagerados y te dejo un bacio.
Estupenda conversación con el espejo. Siendo sinceros, las respuestas que da son siempre las correctas.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
Su honestidad te puede tirar abajo si una mañana, apenas despierta y sin previa preparación, le echas una ojeada.
EliminarGracias, Bolo, un abrazo veraniego.
MAGISTRAL...!
ResponderEliminarBESOS
Muy contenta de que te gustara.
EliminarUn abrazo, Adolfo.
No me asustan los espejos, me asustan más las miradas, esas que dicen son el reflejo del alma...
ResponderEliminarEn la tradición judía, cuando alguien muere tapamos todos los espejos de la casa durante el duelo, ya que se cree que el alma de la persona puede reflejarse en ellos y traspasarlos...
Nos conocemos lo suficiente para saber qué encontraremos cada mañana frente a él, y con el paso del tiempo y las estaciones, puede que que hasta haya días en que nos resulte ingrato, pero cada reflejo, como cada estado de ánimo refleja esa parte de nosotros que queramos o no queramos ver.
Besazos, mi bella Dama de las letras.
Hay miradas que si son el espejo del alma, mejor dar media vuelta y salir corriendo.
EliminarPero, como vos decís, ya conocemos la nuestra, hay días que nos aburrimos de vernos siempre con la misma expresión y en otros nos descubrimos facetas nuevas.
Somos lo que vemos y mostramos... y algo más, que hace la diferencia.
Gracias, preciosa Zarza, por pasar. Un fuerte abrazo, muy especial, por el dolor de hoy, que es de todos..
Supongo que ya te lo habré dicho, pero no me importa repetirme...
ResponderEliminarMe encanta haberte encontrado, porque leerte es un placer enorme. Dejar que tus letras me digan tantas cosas de manera tan bien escrita, es como dejar que la ilusión de volar se me quede pegada en la espalda de la mente.
De verdad que te he visto mirándote en el espejo y he sabido perfectamente como te sientes gracias a la nitidez y el sentimiento con que lo narras.
Mi aplauso de nuevo y como siempre.
Besos.
Tus comentarios son siempre como un masajito al espíritu. Yo también agradezco que nos hayamos finalmente encontrado, después de cruzarnos en espacios amigos.
EliminarAunque no sepamos de la vida de cada una, siento que nos entendemos mucho a través de lo que escribimos.
Un fuerte abrazo, Marinel.
Deberíamos dejarnos lamer como una ola más seguido.
ResponderEliminarQué tendrá ese objeto que es tan seductor? Ah, cierto!
Beso grande!
Es una ola medio esquiva o perezosa, a veces hay que estimularla un poco.
EliminarMe acuerdo de cuando tenía cuatro años y recién habíamos llegado a la Argentina, no tenía chicos amigos con quien jugar,entonces tomaba un espejo de mano de mi madre, lo miraba fijamente y hacía muecas. Cada una de esas caras era un amigo que me acompañaba y hablaba.
Como todos los objetos puede cumplir múltiples funciones, no sólo para satisfacer la vanidad o para contar las arrugas nuevas.
Gracias,Dana, ya encaré a Barnes y me gusta mucho como escribe y lo que dice.
Besotes.
Tenemos que adelantarnos a la ola! Yo le hablaba al espejo durante mi adolescencia, me pasaba largos ratos en el baño a plena conversación...hasta que mi mamá o mi hermana menor me preguntaban asomadas "con quién hablás Dana?" Por supuesto que no había celulares en ese momento, ni siquiera teníamos teléfono de línea.
EliminarPero duró poco, hasta que me acepté.
Que bueno lo de Barnes..contame cuando lo termines. Beso
Lo importante de esas conversaciones, en una etapa tan difícil y a veces solitaria como la adolescencia, es que den sus frutos y el de la aceptación es uno muy grande.
EliminarVoy lento con el libro, tengo poco tiempo, empecé el segundo relato, el de Burnaby y me subrayé una frase tan cierta:
"Cada historia de amor es en potencia una historia de aflicción. Si no al principio, más tarde. Si no para uno, para el otro. A veces para ambos."
Un abrazote, Dana.
Mirella, es la primera vez que visito tu blog y si te parece bien...lo hago para quedarme y leerte. Magnífico texto, lleno de tonalidad y profundidad; me ha encantado esta parte:
ResponderEliminar"También la luz: la de invierno me favorece, sobre todo si es frontal; la de verano sólo en los amaneceres color ópalo y la del otoño en la hora humilde del crepúsculo.
En primavera apenas te miro."
Espejos que nos devuelven la mirada, siempre tan desafiantes y no siempre sinceros. Gracias por tu arte. Un saludo desde Madrid. Gema
Gracias, Gema, por tu comentario. Bienvenida a este espacio y me alega saber que te ha gustado el texto. Pasa las veces que quieras, el nido es libre, abierto y mis pájaros van y vienen.
EliminarUn cordial saludo desde Buenos Aires.
Yo me miro al espejo para afeitarme y poco más. Antes hablaba bastante con el espejo, pero como no me discutía y siempre me daba la razón, terminaba por aburrirme, así que lo dejé.
ResponderEliminarBesos Mirella.
Las conversaciones ante el espejo, a veces, pueden resultar interesantes, nos decimos cuatro frescas y nos impulsamos a cambiar... hay que ver si después nos hacemos caso y lo ponemos en práctica.
EliminarUn gran abrazo y gracias, Rafa.
Siempre me he preguntado porqué cuando lloramos frente al espejo lloramos aún más... a mi me pasa, a ti no?
ResponderEliminarDivina esta exposición de reflejos Mirella. :)
Me ha encantado el mismo párrafo que a gemaestrada ... esa luz de invierno que favorece tanto. :)
Besos!!
Hace mucho que dejé de hacerlo, porque es muy feo ver como uno moquea como un bebé y es verdad, lloramos más, contagiados por esa imagen.
EliminarGracias, guapa, un gusto saber que lo disfrutaste.
Un gran besazo, Nieves.
Hola Mirella, el tiempo es implacable y más aun cuando en nuestra vida sueden cosas que nos cambian totalmente, que cuando vemos nuestro reflejo en el espejo no nos reconocemos.
ResponderEliminarMe gusto la lectura, saludos un fuerte abrazo.
Bienvenida, Azulgenia, gracias por tu lectura. El tiempo no es benévolo, la vida nos va modelando y deja sus marcas en el cuerpo y en el espíritu, algunas veces trae un poco de serenidad y hay que aprovecharla...
EliminarUn abrazo.
Hermoso! Tan visual y expresivo!
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo querida Mirella!
Siempre es un gusto leerte!
Un abrazo
Gracias, Laura, también un feliz 2015 para vos, con muchas bellas imágenes para fotografiar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Estupendo reflejo a través del espejo.
ResponderEliminarUno tiene una visión distinta a la del resto de sí mismo. No es errada ni la indicada. Pienso que uno es lo que todos piensan que es y lo que uno cree que es. Y nada tiene que ver con la imagen, esa es siempre la misma, salvo cuando uno se mira en fotos...
Saludos, Mirella.
La visión que tenemos de nosotros mismos va variando con el tiempo y como bien apuntás, también está hecha de lo que pensamos que piensan los demás de nosotros.
EliminarGracias, Raúl, muchos saludos.
El espejo y su sinceridad...Te dejo un haiku que le dediqué el mio.
ResponderEliminarIrreverente
el espejo me observa.
Le doy la espalda.
Y decirte que me gusta siempre todo lo que escribes. Con besosdeinvierno.
Gracias por el haiku, Soco, a veces es lo mejor que podemos hacer: darle la espalda.
EliminarUn gran abrazo de pleno verano (hoy ardiente).
En realidad nunca nos miramos. Miramos el pelo, o la barba, pero nada mas, nunca nos miramos los ojos. tampoco observamos con detenimiento nuestras caras quizas porque tenemos miedo de vernos realmente.
ResponderEliminarBesos
Las mujeres, creo, nos miramos más, pero ahora nos ganan los metro sexuales. Pero esas miradas son pura vanidad.
EliminarGracias por pasar, Chaly, un beso.
Hola Mirella:
ResponderEliminarUn relato sorprendente porque en él la protagonista se narra desde sí misma y se va encontrando con el decurso del tiempo en los fenómenos de la luz como si de instantáneas se tratara.
Pero esas instantáneas no son un micro segundo que atrape la luz para el análisis o el posterior recuerdo, sino un momento de confrontarse en aquello que nos dé un reflejo. Un espejo, una ventana o una superficie con agua y la luz que analiza y se reconoce, es la luz de nuestra propia alma.
Qué relato más hermoso e intimista, además de franco y poético.
Un beso Mirella, encantado de leerte.
Me gusta mucho la lectura que hacés de mis escritos, son muy profundas, personales y siempre encuentro algo que quizás dije sin decir o vos vos descubrís con tu gran sensibilidad.
EliminarAgradecidísima, Gonza, un abrazo enorme.
Creo que fue Nietzsche quien dijo que a cierta edad todos somos responsables de nuestro propio rostro. El espejo no duda ni miente y ante él bien podemos arrodillarnos porque podríamos contar mil mentiras al mundo, vendernos sentimientos y estados de ánimo a nosotros mismos y él no se inmutaría. Sólo tiene la verdad. Sólo tiene la verdad reflejada.
ResponderEliminar¡Un abrazo, Mirella! ^_^
Nuestro rostro con el tiempo es un compendio de nuestras experiencias, cómo las vivimos y asimilamos, si con amargura, resignación, ira o con serenidad, como aprendizajes de la vida.
EliminarEl espejo se limita a mostrarnos -con objetividad- una imagen cambiante, porque los años nos cambian. Pero nuestros ojos ven lo que quieren ver, según desde qué emoción nos estemos mirando.
Gracias, Jorge, un gran abrazo.
Ya el saber en que estación mirarse, al menos, es conocerse un poco! Pensar que hay quienes se miran todo el tiempo y, sin embargo, ven tan poco de sí mismos. En este genero sos como un cristal silencioso que se mete entre el personaje y su reflejo. Delataste, acertadamente, las dos caras. Grande abbraccio, sai che sono la tua "fan".
ResponderEliminarEn general sabemos de nosotros mismos más de lo que queremos admitir. Lo intuimos, por lo menos. Pero la negación es un mecanismo muy apreciado... y así nos va a veces.
EliminarGracias, Patzy, por tu compañía, siempre tan estimulante.
Un forte abbraccio.
Nunca una mirada en el espejo me hubiera dado para tanto. Muy bueno. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarAlex, si te gusta escribir hay que aprender a fijarse en las cosas pequeñas, que no se ven, que están más allá del alcance de los ojos y que brotan de nosotros mismos.
EliminarUn gusto que lo disfrutaras.
Otro abrazo.
el espejo, ese enemigo que no siempre nos devuelve el rostro que deseamos ver. ¿Será así como nos verán los demás?
ResponderEliminarMuy bueno, Mirella, un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Alfredo. Los demás, a veces, suelen ser más piadosos que uno consigo mismo.
EliminarOtro abrazote para vos.
Reflexiones frente al espejo, pero con el bello toque de prosa poética, tan reconocible, que sale de tus manos, Mirella.
ResponderEliminarImpecable transmisión de sensaciones al lector.
Saludos.
Muy amable, Juanito, me alegro que te vayas siempre conforme con lo que publico.
EliminarMil gracias y un abrazo.