Durante
el viaje que fue su salida al mundo —que Abril imaginara como los pasos de un
tango surrealista—, justamente en ese viaje, unos ojos le tacharon el corazón
con su tinta azul.
Entonces
ella dibujó dos signos de interrogación, rojos y algo chuecos, que no la
llevaron a ninguna respuesta o certeza. En el medio de esos signos se extendía
un vacío, era una pregunta huérfana de palabras: no supo cuáles ponerle.
Puedo inventar una fábula como la
cultura de este mundo me ha enseñado. O empezar un diario:
“Querido diario,
hoy es el día
en que a mi
corazón lo tacharon
sin lástima…”
O
anotarse en corazonesdespreciados.com. Otra opción sería decorar su
dormitorio en tonos celeste, pintar en el cielorraso nubecitas blancas, acostarse boca arriba con
el vestido de la fiesta de los quince y quedarse observando las mutaciones de
las nubes, a la espera que los años la momifiquen o, simplemente, que el
caballero de la muerte le proponga matrimonio y la lleve a su palacio de
sombras. O (por qué no) arriesgarse a
un nuevo viaje, provista de una fibra bien gruesa y ser ella la que se dedique
a tachar corazones.
Tengo varias posibilidades, no es
necesario que me apure, es preferible permanecer quieta, total es la vida que
se encarga de mover las fichas y pegarte el sacudón.
Un
día, en alguna esquina metafísica, ocurrirá el topetazo con lo inesperado y las
piezas del ajedrez caerán de golpe, reubicándose para una nueva partida. Quizás
vivir consista en no albergar expectativas, borrar las tachaduras que se
acumulan en el corazón y dejarse sorprender por el próximo juego, con la
libertad y la ingravidez de una libélula.
El
signo de interrogación vuelve a formarse ¿pero
cómo se logra eso? Ahora contiene una pregunta concreta, que tampoco le da
respuestas. ¿Se me revelará alguna vez?
Quizás
en un sueño, que probablemente Abril olvide en cuanto despierte y que nunca
terminará de descifrar. O si abriera sus oídos en una tarde rasgada de cigarras
y pudiese captar el mensaje en la monotonía de sus voces. Quizás en el tintineo
de la lluvia que gotea en el balcón. O si entendiera el idioma de las hojas
secas al ser quebradas por sus pies y que, con el último suspiro crujiente, le
dieran un indicio.
Deberá
estar atenta a cualquier señal, organizar un estado de sitio de sí misma.
De
inmediato le surge una duda: ¿pero si
estoy tan pendiente de pescar la revelación no desatenderé otras
circunstancias? ¿Y si no veo los carteles que me pueden conducir a una calle
fulgurante de actividad y acontecimientos prodigiosos, mientras me quedo
embobada en una única pregunta y en potenciales “y si… o… quizás…” que podrían
suceder, pero aún no han sucedido?
Abril
piensa que todo este asunto es como pretender atrapar burbujas: son meras
ilusiones que de pronto estallan, dejan en el aire un leve rocío y un
desencanto enorme, porque ella creyó que había alcanzado su verdad.
¿Cuál
verdad? Ya no se acuerda, se extravió en un laberinto de pensamientos que la
arrastraron hacia el incierto territorio de los interrogantes.
Le parece
recordar que ese torbellino de disquisiciones comenzó porque, en algún viaje
remoto, la tinta azul de unos ojos le había tachado el corazón.
©
Mirella S. — 2011 —
¿Verdad? creo que existe una para cada instante y millones como tantas personas haya... ¿respuestas? un tanto de lo mismo.
ResponderEliminarHacer camino (como dijo el poeta) tal vez sea la única manera de llegar a entender que todo pasa, y la vida seguirá pese a todo..
Si el trasfondo es que nos perdemos la vida en divagaciones sin vivirla, creo que un justo medio divagar viviendo y disfrutándola sería lo ideal.
Besos, Bella Dama.
Es como vos decís, Zarza, pero muchos sólo necesitan creer en verdades absolutas porque eso les da seguridad. Encontraron La Verdad y no deben tomarse el trabajo de construirla y destruirla periódicamente.
EliminarYo divago mucho y me gusta, sin embargo, doña vida pasa por mi puerta, chasquea los dedos y en segundos me instala en la realidad.
Un gustazo leer tus comentarios.
Abrazote.
Una narración redonda, que se culmina tal y como se empezó.
ResponderEliminarComo una gran metáfora, nos retratas la indecisión, el miedo a actuar, quizá por temor de Abril a sufrir un nuevo rechazo, quizá porque le tomó miedo a la vida, a mover las fichas para jugar.
Muy dulce y poético el texto, Mirella.
Un grandísimo abrazo.
Son esos grandes desencantos de la adolescencia que sacuden y que cada uno resuelve como puede.
EliminarAbril lo enfrenta haciéndose un cuestionamiento tras otro que, finalmente, la lleva al olvido del dolor, perdida ante tantas preguntas existenciales.
Me alegra enormemente que te agradara el texto, Isabel.
Otro abrazo grande para vos.
Quién no arriesga no consigue nada, aunque desde luego hay gente que parece que los mira un tuerto y todo le sale mal. En esta vida hay que tener arrestos y echar para adelante, y luego como dice un refrán castellano que salga el sol por Antequera. Hablando de sol, mí padre decía que el sol sale igual para todo el mundo, refiriéndose que a veces lo que se consigue no es por un golpe de fortuna, sino que hay que currárselo. Hasta en el amor hay gente que se queda para vestir santo, ya que al primer desengaño que se llevan tiran la toalla. El miedo al fracaso o al que dirán es un hándicap que muchas veces nos cuesta superar.
ResponderEliminarBesos Mirella.
No hay una receta, Rafa, qué lastima... sería más fácil vivir, pero también más aburrido ¿no?
EliminarA veces se gana, otras se pierde; en ocasiones es bueno actuar, en otras tal vez sea más sabio esperar, calmando ansiedades. Depende mucho de cada temperamento.
Si, el miedo al fracaso puede inhibir cualquier acción.
Como siempre, gracias por tu presencia.
Un fuerte abrazo.
EL DESAMOR ES UNA METAMORFOSIS DE PSICODELIAS.
ResponderEliminarBESOS
A lo largo de la vida todos lo sufrimos y lo superamos cada uno a su manera.
EliminarUn enorme abrazo, Adolfo.
Yo renuncié a entenderme.
ResponderEliminarMe perdía en razonamientos abstractos que nunca me aclaraban nada.
Finalmente opté por sentir y guiarme por los sentimientos.
Más sencillo y más honesto.
Besos.
Lo ideal sería lograr un equilibrio entre mente y emociones, porque si se siente todo el tiempo se sufre mucho. ¡Qué difícil, Xavi!
EliminarMil gracias y mil besos.
Qué capacidad tenes para describir un estado del alma! Coincido con el comentario de Isabel, "una narración redonda". No me canso de felicitarte. Grande abbraccio.
ResponderEliminarSoy una diseccionadora de los estados de ánimo, de los vericuetos emocionales, es cierto, Patzy y me gusta.
EliminarQué bueno que te fueras satisfecha con el cuento.
Un forte abbraccio, cara.
No se puede organizar los encuentros o el despertar amoroso, como si fuera un programa de olegio. abril se equivoco o fue su juventud que la hizo soñar en un mundo de fantasía, o fueron esos ojos azules...Quién sabe....
ResponderEliminarmariarosa
Son reacciones de la juventud, cuando todavía no se pasaron las experiencias dolorosas que hacen añicos al ego. Ante el primer golpe, algunos buscan respuestas coherentes... o no tanto.
EliminarGracias Mariarosa, con un abrazo grande.
nada como perderse en una mancha emborronada
ResponderEliminaral final se entiende todo
El tiempo todo lo aclara, también las manchas y tachaduras.
EliminarGracias, Oscar, besos.
Comprendo a Abril con sus signos de interrogación sin respuestas. Yo por ejemplo no puedo dormir cuando me faltan respuestas, hace una semana que no duermo: pregunté el nombre de tres escritores a los que, muy probablemente, casi seguramente, los tacharía con un grueso marcador y, me quedé en ayunas...estoy en vela y no puedo encontrar respuestas en mi sueños por la vigilia, ni en la lluvia tras los cristales de mi ventana porque el insomnio me ha afectado la visión...
ResponderEliminarBuen relato, Mirella, reverencia!!
Edu, te volviste monotemático con el tema de los escritores, cuanto más reclames más tendrás que esperar.
EliminarPara el insomnio lo mejor que hay son unas cuantas pastillas de Valeriana y Tilo, las venden en las casas dietéticas y son naturales.
Besosssssssss
Nos cuesta entendernos por lo que no arriesgamos salidas ni elegimos bagajes que arrastrar. Esperar no es peor ni mejor que moverse, andar no sabemos hacia donde. Pero seguro habrá respuestas se abrirán las puertas y el cielo y las nubes serán reales.
ResponderEliminarNo me canso de decirte que escribes muy bien. Un abrazo
Toleramos poco la incertidumbre y la vida es una continua incerteza. Allí vamos, remando contra la corriente o con el viento a favor. Todo es probable y no lo es.
EliminarMe gusta pensar que si aprendemos de los errores, tenemos una batalla ganada.
Es muy gratificante que pienses eso de mis escritos.
Un abrazo, Ester.
La experiencia es propia e implica un movimiento (aun en la quietud) y un riesgo. Lo demas es sobrevivir tristemente. Un abrazo.
ResponderEliminarExacto, amigo Darío, pero tratemos de no sobrevivir tristemente... hay mañanas que todavía me siento optimista.
EliminarAbrazos.
UN relato redondo muy a tu estilo.
ResponderEliminarNo canso de decirte que adoro tus escritos.
besos
carlos
Bueno, Carlos, es muy grato saber que después de casi dos años de leerme no te aburriste y te siguen gustando mis historias.
EliminarUn abrazote.
UN señor entra al salón y al divisar a dos mujeres alli, dice: parece que vamos a comer picante de gallina, pues veo plumas por acá..
ResponderEliminarBesos.
No entendí tu comentario, Chaly.
EliminarUn beso.
Todas las frases se van sucediendo de forma serena, elegante, arrastrándonos a ese gran final. Me ha encantado, Mirella, como siempre. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMe alegro mucho, Alfredo, que el relato te merezca esa opinión.
EliminarUn gran abrazote.
Una verdad absoluta me parece una locura, un intento de aferrarse a lo que en realidad no es distinto de uno, sin embargo, Mirella, creo que hoy he leido de entre tus relatos, el que, hasta que otro venga, es mi favorito. Y creo que hay otros que estan escritos con un estilo mas elaborado y todo lo que tu quieras, que otros tienen historias mas interesantes, que otros... Pero este relato es una pregunta respirando, una pregunta que no parece muy interesada en tener un contenido conreto, que vive, que siente... y sabes de sobra que eso me pierde por todas las palabras. Vengo del blog de Humberto Dib emocionado y leo esto... que gran dia!
ResponderEliminarUn abrazote, Mirella, y gracias por haber publicado esto que por lo que veo es de hace tiempo y como el vino! ^_^
Lo absoluto no existe en ningún orden, es una necesidad de encontrar respuestas en las que hacer pie.
EliminarGracias por tu entusiasmo y es cierto, es un cuento viejo, que retoqué en lo formal, pero no en el contenido. Cuando lo publiqué me dije que no iba a interesar, pero en ese sentido mis pálpitos siempre fallan. Me gusta que sea tu cuento favorito, creo que tiene un toque diferente, más fresco, que ahora ya no se refleja en mis últimas producciones.
Es justo para vos ya que tus personajes también se hacen preguntas constantemente.
Me alegra haber completado tu día de lecturas placenteras.
Mil gracias a vos, Jorge, un fuerte abrazo.
Pero cuanta indecisión, me sentí identificado, y si esto, y si aquello, y si mejor esto otro, y a veces acaba uno haciendo nada.
ResponderEliminarY bueno, corazones tachados, sé un poco de eso también amiga.
Beeeeeso.
A todos alguna —o varias veces— nos han tachado el corazón. Nadie se salva y hay tantos sistemas para superarlo como personas.
EliminarMuchas gracias, querido Gildo, también te mando un beeeeso.
Me vas cautivando poco a poco cada vez que leo como escribís.
ResponderEliminarun beso
Un gusto Karin, es reconfortante saber que el lector se va contento.
EliminarGracias por pasar, y un abrazote.
Precioso relato, me ha encantado, Un abrazo Fuerte¡¡
ResponderEliminarY feliz semana, Mirella.
Amapola Azzul.
Gracias, Amapola, veo que vas mutando tu nombre y la imagen.
EliminarBesos.
No se puede tachar a un corazón tan facilmente, solo es posible anulnadole la vidam y tu estás llena de ella¡¡¡
ResponderEliminarBesos¡
Magnífico relato, enhorabuena.
No soy yo, Amapola, es una ficción.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Besos.
ResponderEliminarCreo que sí. Tal como dices, no es necesario que se apure, es preferible permanecer quieta, total es la vida que se encarga de mover las fichas y pegarte el sacudón.
Mientas, dentro de esa quietud, es mejor que la vida te pille haciendo algo bueno.
· un abrazo
· CR · & · LMA ·
Tampoco sirve quedarse mano sobre mano, porque se pierden oportunidades. Claro que en temas del corazón no hay recetas y cada uno lleva la desilusión como puede.
EliminarUn fuerte abrazo, Bolo y gracias por estar siempre.
La marca que deja ese fibrón indeleble en el corazón de esa joven apesadumbrada está garabateada a la perfección . Cada palabra del escrito te hace sentir el estado de desorientación en el que ella se encuentra.
ResponderEliminarQué facilidad que tenés para crear historias simples y cargadas de sentimientos.
Saludos.
Este tipo de relatos me salen casi de un tirón... y eso que soy lenta para escribir.
EliminarDespués me paso semanas corrigiendo y corrigiendo. Este es viejo,así que tuvo correcciones por partida doble.
Gracias, siempre, Raúl.
Un abrazo.
Y cada de que nuestro corazón es tachado, cada vez que nos perdemos en inseguridades y absurdos miedos parece que algo... la misma fuerza que tenemos en nuestro interior nos hace renacer e intentarlo de nuevo, y siempre volvemos a ese camino, incluso tropezamos con las mismas piedras creyéndonos mas sabios, las listos que la misma vida...
ResponderEliminarQue gran relato... me fascinó !!!
Besines
En el terreno amoroso caemos en los mismos errores, nos decimos una y otra vez que eso no nos volverá a pasar, pero llegado el momento volvemos a obnubilarnos y ni recordamos las experiencias anteriores.
EliminarMe da gusto que lo disfrutaras, Nieves.
Un abrazote.
La tinta azul de unos ojos le había tachado el corazón" :-)
ResponderEliminarSentimiento puro :-)
Bienvenido, Julián, me alegro que disfrutaras del relato.
EliminarMuchos saludos.
en la adolescencia cuántas veces nos tachan el corazón, y nosotros igual
ResponderEliminary ni hablar de adultos jajajaja
somos siempre una expresión al borde de lo absurdo
besitos y buena semana Mirella
Somos absurdos en tantas manifestaciones, Elisa, y en lo sentimental hasta podemos llegar a ser patéticos... jeje...
EliminarGracias, buena semana también para vos.
Un gusto leerte Mirella,
ResponderEliminarponer palabras despuès de leerte està demàs...
Un abrazo y te deseo una feliz semana.
Contenta de que siempre te vayas conforme, Gen.
EliminarAgradezco tu huella.
Abrazote y que tengas una buena semana.
Vine a leer tu respuesta y no encuentro mi mensaje. Seguro uno de mis despistes. En fin, sabes que siempre disfruto tus textos y te dejo otro abrazo admirado,
ResponderEliminarNo te preocupes, Soco, aquí la premisa es la libertad y los despistes en mi vida están a la orden del día.
EliminarSiempre es un gusto recibirte y conocer tus opiniones.
Un abrazo agradecido.
Ufff, que bonito y que maravillosamente escrito, con la ternura a flor de piel mientras los interrogantes parecen fundirse o confundirse con los sueños e ilusiones cuyo comienzo es desatado por un tropiezo de la vida, un tachón de esos que el corazón cura a base de tiritas, costuras y costurones para continuar latiendo...
ResponderEliminarMe ha encantado.
Te seguiré, no sea que te me pierdas y se me escapen tus palabras como pájaros.
:)
Más besos.
Mil gracias, Marinel, por la doble visita y por el cálido comentario que me dejaste. En cuestiones del corazón la primera tachadura es la que más raspa y, a veces, también la que más se recuerda.
EliminarDespués la piel se curte, pero en lo sentimental es donde más se sufre.
Un bezaso, linda.
No hace mucho (¿tres años a la fecha, quizas?) que me topé con la prosa poética (sí recuerdo que fue en un concurso literario organizado en mi pequeña ciudad), descubriendo ese nuevo, para mí, estilo de redacción. Aunque todavía no me he animado a escribir nada a tal efecto.
ResponderEliminarPero fue cuando empecé a leerte que el mismo tomó un significado distinto, y mucho más elevado y agradable de leer: es fantástico lo que hacés, Mirella, y cómo nos describís los estados de ánimo de la protagonista.
Te felicito, che.
¡Saludos!
Bueno, Juanito, me alegra mucho saber que lo que escribo te haya estimulado y creo, sinceramente, que no vas a tener ningún problema en expresarte dentro de ese género. Incluso manteniendo el estilo inquietante, con visos de terror, hasta lo potenciarías.
EliminarEspero que te animes, hay que dejar fluir imágenes y hablar más metafóricamente.
¡Vamos, dale!
Mil gracias por estar siempre.