Óleo de Soledad Fernández
Muy a mi pesar, la cama está ocupando un rol
predominante en estos meses. Al rehacerla, siento una pérdida: la de los sueños
que todavía se demoran en los pliegues de las sábanas. No volveré a
recuperarlos. Sé que vendrán otros, soy una soñadora prolífica.
Los que recuerdo son
escasos, de ellos permanece una sensación indefinida y en cuanto me despabilo
se diluye en el trajín diurno.
Debido a los estados de
ánimo por los que fluctúo, empecé a unir los retazos persistentes que, por
algún motivo, se habían anclado en mí como supérstites inclaudicables. Se ha transformado
en una ceremonia y obtengo narraciones surrealistas, complejas de interpretar.
Coso los fragmentos con la sutura de las palabras que me inspiran y he armado
una especie de manta, con la que me abrigo durante los inviernos del alma.
Se lo conté a él;
levantó los ojos del libro y me miró. Dos líneas le partían el entrecejo y
edificó, músculo por músculo, una sonrisa que manifestaba la fatiga de su
indiferencia.
Cuál es la finalidad,
preguntó. Me arrepentí de habérselo compartido. No le di explicaciones, solo me
encogí de hombros. Ya no teníamos ese lazo sutil que nos había acercado y que en
el presente nos sujeta en una trampa.
Sigo acopiando lo que
no olvido al despertar. Noche a noche la manta se alarga con su dibujo
críptico. En la realidad me considero una loba solitaria que mira recelosa por
encima de su hombro. En el ámbito onírico me expongo sin titubeos, con el
protagonismo de una emperatriz. Voy y vengo por intrigas que se disipan al despertarme.
Lo que perdura es la sensación de haberlas atravesado y de salir indemne,
victoriosa.
Rara vez amanezco
angustiada como me ocurría antes, sí con la percepción de enriquecimiento de
quien descubre el reverso de la medalla que, de tanto ocultarlo, se ha adherido
de tal modo al pecho que no lo puede dar vuelta.
Él —y otros que conozco—,
buscan la felicidad con desesperación, casi con rabia, mientras yo
hurgo apaciblemente en la tristeza y pienso que se logra ser feliz sin renunciar
a la tristeza.
El tipo de dicha que
ellos ansían es la fuente de mi congoja. Veo en los ojos de muchos —también en
los suyos— la presunción de que en mí anida cierta insania.
Los sueños me liberan, vago
por sus meandros sin temores, salgo fortalecida y dispuesta a ignorar las
miradas reales, tan de carne voraz.
A él, he dejado de
soñarlo.
©
Mirella S. — 2015 —
Debería dormir a todas horas.
ResponderEliminarDespertar... para qué?
Lo pasa mejor dormida.
Besos.
Se lo voy a sugerir, pero por cuestiones prácticas va a ser un poco difícil.
EliminarYa le llegará el sueño eterno.
Gracias y doble beso, Torito, por ser el primero.
Espero que todo te salga bien.
EliminarVenga, ánimo.
Triple beso para ti.
Gracias por los buenos deseos y por el triplete, Xavi.
Eliminar:)
EliminarQué buen regalo: una sonrisa. Gracias Xavi.
EliminarHay veces que me he despertado con esa sensación. si realmente uno pudiera controlar lo sueños y seleccionar a quien quiere soñar, sería fabuloso.
ResponderEliminarbesos
carlos
Tuve períodos en que soñaba una pesadilla tras otra, por suerte ahora los sueños vienen tranquilos.
EliminarGracias, Carlos, con un abrazo.
Yo he tenido unos tres o cuatro sueños reveladores y eso me obliga en las mañanas a pensar en ellos y a veces llenan mi corazon de oscuras tinieblas.
ResponderEliminarBesos
Si, hay sueños perturbadores, aunque no lleguen a pesadillas o a situaciones de terror. Uno se da cuenta de que el inconsciente nos quiere transmitir algo.
EliminarBesos, Chaly.
Cada vez estoy más convencido que hay que soñar despierto
ResponderEliminarCuidado, Oscar, no lo hagas manejando...
EliminarBesos.
Un prologo dilucidador, si lo es, de unos sueños que con artesanía reconviertes en una historia con un resultado interesante. Si desde el principio todo es un relato inventado, que no soñado, aun es mejor, pues tu capacidad de invención hace que no necesites de los sueños. Saltos y brincos
ResponderEliminarGracias, Ester, tengo muchos sueños y me gusta recordarlos; para abrigarme en invierno prefiero un acolchado... jajaja... Claro que hay emociones mías reflejadas en el texto, pero la mayor parte es ficción.
EliminarUn besote.
Magnífica narración, Mirella, tejida esta manta de sueños con un lenguaje depurado y altamente lírico en ocasiones. Muy, muy bien.
ResponderEliminarMiles de abrazos agradecidos por la lectura.
La agradecida soy yo por tu presencia y por la calidez de tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo, Isabel.
A veces los sueños nocturnos son tan escasos que ni cosiendolos formas una historia ......la alternativa ... soñar despiertos...
ResponderEliminarAbrazos
Sueño mucho... y, cuando no los recuerdo del todo los alargo inventándoles la continuación. De día, alguno que otro, también surje.
EliminarBesotes, Esme y gracias.
Yo quisiera sacudir mantas y sábanas todos los días, y si ello me sirviera de algo lo haría, para ahuyentar los malos espíritus que creo que tengo, ya que mis sueños son malísimos. Ya ni me acuerdo cuando tuve un sueño agradable. Yo creo que eso se debe a las putas pastillas que tomo para dormir.
ResponderEliminarBesos Mirella.
¿No lo consultaste con el médico, Rafa? Yo también tomo un somnífero -muy suave- hace tiempo, debido al insomnio y así y todo, duermo cinco horas, pero no me provoca pesadillas.
EliminarCuando era más joven y sin estar medicada, tenía unos sueños espantosos. Te convendría consultarlo y tal vez te cambian la dosificación o la droga.
Un abrazo grandote.
Me ha gustado muchísimo, con esa vocación por la tristeza.
ResponderEliminarAunque difícil de explicar estas sensaciones de los sueños, has logrado hacer sentir eso precisamente, que se siente pero no se puede explicar a veces.
Un gusto, como siempre Mire.
Abrazote.
Me encantó lo de la vocación por la tristeza, eso sí es muy mío, Gildo. También es notable la cantidad de sueños y si bien los recuerdo o apenas, me queda la certeza de que los viví intensamente.
EliminarUna alegría tenerte por aquí y gracias por compartir tus impresiones.
Un fuerte abrazo.
Los sueños, por cuantos laberintos nos conducen. Muy buena narración Mirella, esas sábanas que sacudes y estiras tienen tus sueños entretejidos en su trama, no serán ellas las que te llevan por mundos tan extraños. Pero si en esos mundos eres feliz, sigue en ellos.
ResponderEliminarMe gustó.
mariarosa
No es totalmente personal, he tomado algunas sensaciones con respecto a mis sueños, que son muchos, y lo elaboré literariamente.
EliminarMe da gusto que te quedaras satisfecha con la lectura.
Besos, Mariarosa.
Ay Mirella que hermoso, me encanta leerte !!!
ResponderEliminarBesos !!!
:)
Muchas gracias, Nieves, este texto es muy pisciano, seguro que te sentiste bastante identificada.
EliminarUn enorme abrazote, guapa.
Lo malo de los sueños es que son como la niebla, se van sin dejar rastro pero queda el frío. Besicos.
ResponderEliminarNo siempre queda el frío, por lo menos en mi caso, escribí este texto por lo bien que me hacen los sueños en estos últimos tiempos. Siento que de algún modo equilibran la realidad.
EliminarGracias, Ange, con un abrazo.
… En las primeras esquinas del territorio sueño se halla una realidad aun no explorada.
ResponderEliminarCasi al comienzo de quedarte dormido una inmensidad de territorio está por descubrir.
Cualquier zumbido, como un ligero aleteo de alas de ángel, te puede impedir entrar por alguna de sus puertas.
Hay un momento en que se funden dos realidades y se puede sentir la emoción de estar en la frontera.
Se puede decir que en esa frontera se juntan sin llegar a mezclarse; como una gota de aceite en un vaso de agua: el pasado y el futuro, la realidad y la fantasía, la luz y la oscuridad.
Ocurre cada noche, y cuando pasas la puerta no existe la memoria, está deshilachada e indefensa como una nube frente al viento.
Muchas mañanas al salir de su reino, la capa que llevamos se deshilacha y desintegra dejando tras sus huellas, pequeñas islas de recuerdos en sus fibras frágiles y temblorosas.
Esas pequeñas islas cuentan historias inconexas, carentes de sentido, pero encierran un mensaje cifrado; nos conviene desparramar sobre la mesa todos los trozos rescatados al sueño e intentar ordenar el puzzle de un tesoro de conocimiento.
Nada de rarezas Mirella, suelen ser un tesoro de autoconocimiento; solo que hay que tener un poco de pa-ciencia.
Un saludo
¡Martín, gracias, qué comentartio hermoso me dejaste! Hiciste un análisis que en sí mismo es un texto poético.
EliminarMe produce un gran placer soñar y hubo épocas en que los recordaba más y encontraba unas cuantas respuestas que me soplaba el inconsciente.
Muy agradecida, con un enorme abrazo.
Qué fascinante y lleno de posibilidades el mundo de los sueños, verdad? Yo también lo he tratado en algún relato.La manera como lo has tratado tú en este,con su parte lógica y su pizquita de fantasía,me encanta.
ResponderEliminarLos sueños ofrecen un material muy rico para la literatura, tanto para la prosa como para la poesía. Explorarlo me produce mucho placer.
EliminarGracias, Ainaroa por tus palabras y me quedo contenta de que te gustara.
Abrazote.
Soñar es mi pasatiempo preferido.
ResponderEliminarSoñar, sacar fotos y escribir haikus... un lindo combo, Karin, para que la vida sea más placentera.
EliminarGracias y besos.
Muy original la idea y muy bien escrita para darle cuerpo a esta narración, me encantó!! aunque siempre la liga un ñato:"A él, hace tiempo que he dejado de soñarlo", JOJO!! siempre hay un tipo para condenar a perpetuidad porque no dedica el 100% de su tiempo a adorar a su mujer perfecta, hay un escarmiento de género que aquí se ha hecho puntual, los tipos deberíamos tener un sindicato en este blog para mitigar en algo la vulnerabilidad de género!!
ResponderEliminarMirebella, aparte de lo que acoté como crítica, escribís cada día mejor; esta noche sin tomar pastillas, quizás sueñe con la mujer perfecta!!
Saludos y reverencias múltiples, MIR!!
Me da gusto que la forma del relato fuera de tu agrado. En cuanto a la parte del contenido con el que no estás de acuerdo es porque hay distintos puntos de vista.
EliminarGracias, Edu, un abrazo.
¡Felíz cumpleaños, MIR!!!
EliminarCon atraso te lo agradezco, Edu. Esta semana fue muy complicada y tengo la cabeza llena de pájaros picoteadores.
EliminarAbrazo.
Excelente relato, tiene algo muy tranquilo, una certeza profunda, un abrazito desde Chile!
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen, por la visita, bienvenida. También por el comentario tan elogioso.
EliminarAbrazos desde Buenos Alires.
Como siempre a la cola de los comentarios...y es que estoy saturada jejeje. Antes de nada repetirte que me encanta tu estilo narrativo. Es fluido y profundo.
ResponderEliminarLos sueños, sueños son; si uno pudiera elegirlos la vida tendría otro color...jeje
Muy bueno. Un abrazo
También a mí se me han juntado muchas lecturas y responder comentarios. Hacemos lo que podemos, Marybel. Lo fundamental es que lo leíste, te gustó y con tu opinión me alegraste la pausa del mediodía.
EliminarOtro abrazo, bien grande.
FULLLLLLLL. SIEMPRE NOS SORPRENDES CON TUS GENIALIDADES.
ResponderEliminarABRAZOS
Gracias, amigo, por tu efusividad de siempre.
EliminarUn abrazo grande.
Bueno, es maravilloso soñar, lo explique a alguien una vez, cuando soñamos se produce en nosotros una tormenta eléctrica, literalmente, alcanza todo el cuerpo, desde la punta de los dedos de los pies hasta los cabellos, dicha tormenta, provocada por la actuvidad cerebral, es la que nos prepara para resolver y afrontar problemas de nuestra realidad, de modo que no esta nada mal soñar, es una tremenda descarga que infunde valor y sentido práctico ante las adversidades.
ResponderEliminarPlacer leerte como siempre, Mirella.
Un abrazo.
Muy amable, Jonh, por todos los comentarios que me dejaste. Estoy atravesando un momento complicado, me gustaría explayarme y contestarte como corresponde a tus consideraciones, que son muy acertadas, pero mi mente está tan caótica que no se me ocurre demasiado. Estoy de acuerdo en lo beneficioso de los sueños.
EliminarGracias y el gusto es mío recibirte en mi nido de palabras.
Abrazos.
Me encanto el relato y es una buena idea la de elaborar una manta con fragmentos de nuestros sueños,pero que sean de los más agradables.
ResponderEliminarDe hace un tiempo a la fecha la hora en que sueño es en la hora azul, ese momento en el que la luna se niega a dar su espacio al señor sol.
A sido muy grata la lectura.
Gracias, Azulgenia, por el comentario y bienvenida a este espacio.
EliminarSegún los expertos soñamos toda la noche, pero cerca del amanecer es cuando el sueño es más liviano y entonces podemos recordar con más facilidad los sueños.
Contenta de que te haya gustado.
Besos.
Hola Mirella.
ResponderEliminarVengo a darte ánimo: Cuando sientas esa pérdida de los sueños, al sacudir cada mañana las sábanas, piensa siempre en lo positivo; te deshaces de las arañas-come-piel.
Yo vi un reportaje en un programa de Chiche Gelblung donde ponían un documental sobre eso. En nuestros cuartos, cuando no se ventila bien, viven unas arañas microscópicas de muchas patas (lo de las patas me lo imagino yo) que se alimentan con restos de nuestra piel. Seguro que por la noche caminan por nuestras pestañas.
Me gustó el análisis literario, por llamarlo de alguna manera, de tu mundo de sueños. Lo que no esperaba era ese final, la última oración. Genial.
Ahora que lo pienso, en los míos no hay multitud, suelo andar sola (como en la vida real)
Un beso
Lindo fin de semana.
Gracias por el ánimo, lo necesito y no es por lo de los sueños, es por cuestiones de salud, que acabo de descubrir por unos estudios.
EliminarEstamos rodeados de bichos, son mucho más que los humanos. Algún día acabarán con nosotros, incluso los microscópicos.
Siempre andamos solos, Vivian, llevándonos a cuestas, también cuando estamos rodeados de multitudes
Gracias, preciosa, un gusto leer tus comentarios que hablan de todo un poco (hasta de Chiche Gelblung)... jajaja.
Besotes.
Usé muchas veces la palabra "nuestras/os", pero no voy a borrar el comentario; soy una mujer-redundancia! jaja (Algo así como redundante)
ResponderEliminarNo te preocupes, todos tenemos nuestras redundancias... y a mucha honra...
EliminarBueno, me gustó hasta el óleo que elegiste para ilustrar!!! El final me pareció "bellamente" dramático. Qué bien manejas las sensaciones que impactarán en tus lectores! Sos muy gráfica en tus narraciones. Supongo que, en verdad, los sueños han de ser una interesante fuente de inspiración para los escritores. Complimenti, Mirella!!! Forte abbraccio.
ResponderEliminarGracias, Patzy, recién vengo de tu blog, impresionada con la exhibición de momias de las catacumbas en Palermo
EliminarEstoy escribiendo poco, porque ando con una serie de problemas que debo resolver y este relato no me parecía gran cosa. Me alegro que te gustara y también la pintura.
Un forte abbraccio.
Repito el comentario que se lo tragó blogger.
ResponderEliminarMe gustó el paseo desde el despertar hasta el sueño del olvido, atravesando esos meandros en los que somos tantas cosas de las que ni nos acordamos...
Personalmente tengo la suerte de dormir como un lirón y horas y horas y hasta días seguidos. No recuerdo los sueños, y sólo tengo uno y es el mismo siempre y recurrente, el único que logra despertarme.
Un beso grande, bella Dama.
Cuídate, preciosa.
Anoche tuve un sueño fabuloso: era la novia de un travesti, muy conocido de la Argentina; nadie podía creerlo y yo me reía divertidísima por el escándalo que se armó. Se me acercaban hombres que antes nunca me habían ni mirado y me invitaban a salir... jajajaja... parece que les daba morbo estar con alguien que andaba con un travesti...
EliminarMejor que ningún psicólogo lo interprete, quién sabe qué quiso decir mi inconsciente.
Tengo que repetir varios estudios y después tendré un diagnóstico, pero el panorama no es bueno.
Gracias por escribirme y comentar. Cuando sepa algo te aviso.
Un enorme abrazo, Zarza querida.
Lo malo es que uno no elige qué soñar. ¿Habrá que conformarse con la realidad?
ResponderEliminarReflexivo texto.
Saludos.
Hay períodos en que los sueños nos favorecen, pero en otros reflejan nuestras preocupaciones bajo los aspectos más extraños.
EliminarGracias, Raúl. Saludos.
es curioso querida Mirella esto de los sueños ,
ResponderEliminarde recopilar lo que se nos quedó en el tintero aquel
dejar de soñar con esa persona solo nos deja arena en la boca , es triste, es real
es pan duro es ayuno y penitencia
una rueca que dejó de girar
abrazos energéticos , espero que pronto recuperes ánimos y salud
cuidate y haz caso del Doc
Me dejaste un comentario muy poético, Elisa, y gracias por el apoyo emocional, me hace bien.
EliminarUn gran abrazo.
Siempre magnífica, Mirell. Apasionante la idea de tejer una manta con retazos de sueños...
ResponderEliminarQué son los sueños reales, sino una combinación desordenada y a destiempos de diferentes aspectos de experiencias pasadas?
Muchos besos y pronta recuperación.
Los sueños son la elaboración compleja y misteriosa que hace el inconsciente de nuestras vivencias y emociones. Es un mundo atrapante, que a la vez da temor.
EliminarGracias por los buenos deseos y por visitarme.
Un enorme abrazo, Soco.